Tuit Traders | Análisis técnico y el sentido común
El análisis técnico es una de las filosofías de inversión que sirven para operar en los mercados y decidir qué comprar y cuándo comprar. El análisis técnico analiza el movimiento de los precios (análisis chartista) y cualquier dato, indicador, oscilador o estadística que esté relacionada con el precio (análisis cuantitativo).
En mi opinión es una herramienta muy potente, ya que no solo sirve para elegir qué activo comprar/vender y cuándo comprar/vender, sino que además permite gestionar el riesgo y poner un stop; es decir, una orden de venta para salir del activo cuando este deja de subir y pierde un determinado nivel que hayamos prefijado.
Los stops no deben ponerse a capricho, sino en un punto del precio, donde el activo dejaría de ser alcista. La idea es solo mantener en cartera los valores que se encuentran en tendencia alcista. Mantener valores que bajan es muy peligroso y promediar a la baja (subir la apuesta y seguir comprando mientras siguen bajando) todavía más. Una de las razones es la asimetría entre las ganancias y las pérdidas.
Un activo que cae un 50%, para regresar al nivel inicial tiene que subir el 100%. Poner stops evita tener en cartera valores que bajan sin parar y además evita quiebras. A lo largo de la historia de los mercados, muchos valores han terminado por valer 0 y desaparecer. Los valores que están en subida libre (en máximos históricos) no quiebran. Antes de llegar a 0 o que se confirme una quiebra, el título inicia una fase bajista, cae durante meses o durante muchos años, ya que el mercado va descontando el deterioro en las expectativas de esas empresas.
La alternativa a no poner stops es la confianza ciega en una empresa y pensar que si algo cae está más barato. Es algo que puede funcionar a 15/30 años vista, si se diversifica, aunque asumiendo que en algunas estrategias lo perderemos todo o casi todo. En algunas empresas la situación irá cada vez va a peor junto a su cotización y lo único que no se pierde es la esperanza.
Hay dos sesgos muy peligrosos en este sentido. El sesgo de confirmación, por el cual leemos y escuchamos todo lo que nos interesa para reafirmar nuestra tesis, aunque el mercado (que no siempre es maníaco depresivo, y muchas veces es también muy sabio) nos esté llevando la contraria con caídas del 50%. Ese sesgo no ha parado de incrementarse en los últimos años, con el auge de las redes sociales, en las que puedes aislarte fácilmente con gente que piense exactamente igual que tú e ignorar y bloquear al resto.
Otro sesgo muy peligroso es el efecto dotación, por el cual le damos más valor a aquello que poseemos. Muchos inversores se enamoran de sus propias acciones y por tanto las sobrevaloran, perdiendo totalmente la capacidad de ser objetivos y haciendo oídos sordos a advertencias y al devenir de su cotización.
Por tanto la utilización del análisis técnico en exclusiva o combinada con otros métodos como el value investing, le permitiría filtrar las operaciones, manteniendo solo valores alcistas a largo plazo en su cartera, bajar el máximo drawdown (máximo retroceso o racha negativa) y evitar el riesgo a la pérdida total de la inversión en una estrategia determinada. Es de sentido común incorporarlo en nuestro proceso inversor.
* David Galán es director de Bolsa General desde 2007.