Alemania se tambalea. ¿Qué será de Europa?
2025 podría ser el año de los grandes cambios. El mundo occidental está sumido en una profunda crisis. El crecimiento es bajo y la desigualdad ha aumentado drásticamente. Las tensiones geopolíticas con Rusia y China son preocupantes.
Una guerra devastadora en Europa del Este ha puesto de manifiesto que Europa ha descuidado su preparación en materia de defensa. Ahora, el futuro presidente de EEUU, Donald Trump, cuestiona el escudo protector norteamericano.
El diario británico 'The Economist' reitera que Alemania es el enfermo de Europa por su afición a sabotearse a sí misma. Angela Merkel, a quien Alemania adula de nuevo, hizo que el país germano dependiera de la defensa estadounidense, de la economía china y del gas ruso en 16 años de mandato intentando "salir del paso". ¿Quiere Europa seguir dependiendo de un país así?
Durante mucho tiempo, Alemania fue el motor de Europa. Tras la Segunda Guerra Mundial, las reformas de la economía de mercado bajo la supervisión de la potencia de ocupación estadounidense no solo crearon un milagro económico: mientras que, tras la Primera Guerra Mundial, una Alemania económica y políticamente inestable había arrastrado a toda Europa al abismo, Alemania Occidental se convirtió en un remanso de prosperidad y estabilidad política.
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JSS Sustainable AM: "Un cambio en Alemania es necesario sino quiere quedarse rezagada"Con el Tratado de Roma (1957), los principios alemanes de libertad económica se incorporaron al proceso de integración europea en forma de mercado único: libre circulación de mercancías, servicios, capitales y trabajadores. El sólido marco alemán se convirtió en la espina dorsal del rendimiento de la economía alemana y de la mejora del bienestar en Europa.
Francia forzó la redistribución de los recursos financieros del norte hacia el sur con las instituciones europeas comunes, en particular la política agraria y regional europea. Empujó a Alemania hacia una moneda única, sentando así las bases para la financiación del gasto público en la Europa común a través del Banco Central Europeo (BCE).
La errónea construcción del euro —la política monetaria común del BCE frente a la descoordinación de las políticas financieras nacionales— creó el caldo de cultivo de la crisis financiera europea (a partir de 2008), que abocó a Alemania a costosas operaciones de rescate financiero. Un fondo especial para la estabilización de los mercados financieros (dotado con 480.000 millones de euros) sostuvo a los bancos alemanes, que habían concedido cuantiosos préstamos al sur de la unión monetaria.
Después vinieron diversos "paquetes de rescate" para los países del sur de la eurozona con una considerable participación alemana, entre ellos el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (440.000 millones de euros) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad, con un capital de más de 700.000 millones de euros. Durante la crisis de la deuda europea, el Bundesbank alemán acumuló a través del balance del Banco Central Europeo créditos que a día de hoy siguen superando el billón de euros y que deben considerarse un préstamo a países del euro económicamente inestables como Italia y España.
Con el fondo de recuperación NextGenerationEU no solo se ha dado prioridad desde 2021 a la redistribución de más de 800.000 millones de euros a los países del sur de la eurozona; Alemania también está prestando apoyo indirecto al tolerar la financiación mediante bonos de la UE, algo que en realidad está prohibido por los tratados europeos. ¡Y encima les otorga solvencia gracias a su buena calificación!
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La inflación de Alemania sorprende al alza y repunta al 2,6% en diciembrePero ahora el Atlas alemán, que soporta financieramente a Europa sobre sus hombros, se tambalea. La Unión Europea sitúa a Alemania a la cola del crecimiento económico en 2024. La producción industrial germana y el clima empresarial llevan apuntando a la baja desde 2018.
La presión fiscal ha alcanzado un nivel récord entre los países industrializados. El costoso rescate del euro se ha producido a costa de dejar de invertir en infraestructuras. Las generosas prestaciones sociales, de las que ya no solo se benefician los alemanes, han entrado en competencia con la ambiciosa política climática de la UE. La menguante fortaleza económica y financiera ha contribuido en gran medida en los últimos tiempos al colapso del Gobierno.
Probablemente, Angela Merkel también aceptó el rescate del euro por parte del BCE bajo el lema "cueste lo que cueste" (desde 2012) porque habría sido difícil conseguir que el Bundestag aprobara más paquetes de rescate por valor de miles de millones para los países del euro en crisis. Sin embargo, los tipos de interés permanentemente bajos y las generosas compras de deuda pública por parte del BCE han aletargado a las antaño dinámicas empresas alemanas, que en lugar de prepararse para el futuro reclaman subvenciones. Los efectos negativos sobre el crecimiento y la distribución de la persistente política monetaria laxa del BCE han empujado a muchos votantes hacia el partido Alternativa para Alemania (AfD), crítico con la UE.
Esto plantea dudas sobre el futuro papel de Alemania en la UE. Las expectativas de que Alemania siga cumpliendo con su papel de mayor contribuyente neto de la UE parecen mantenerse sin cambios para el conjunto de Europa. Con su instrumento para la protección de la transmisión, el BCE ya ha señalado que comprará deuda pública de los países del euro sobreendeudados en caso de emergencia.
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Berenberg apuesta por las 'mid-caps' de Alemania pese a las sombrías perspectivasPuesto que Francia atraviesa dificultades financieras, la credibilidad del euro ya solo está respaldada por la buena calificación crediticia de Alemania. Sin embargo, el SPD y Los Verdes ya se muestran abiertamente a favor de suavizar el freno de deuda. Una "reforma" tampoco parece descabellada para la Unión. Desde el punto de vista de Alemania, no tiene mucho sentido renunciar a financiar mediante deuda la restauración de las maltrechas infraestructuras y la descuidada capacidad militar si al final toda la deuda nacional de la UE se socializa.
Sin embargo, anular el freno de deuda podría tener graves consecuencias para Europa. En su día, la reunificación alemana financiada con deuda sumió al resto de Europa en una crisis porque Alemania retiró sus ahorros de los países vecinos. Esto podría volver a ocurrir si Alemania financia una ofensiva inversora con deuda. Y si ya no cabe esperar flujos financieros de Alemania, algunos países podrían perder interés en la UE.
Si como consecuencia de ello se perdiera el mercado único, el daño para Europa sería aún mayor. Por tanto, es hora de que Alemania recupere su antigua fortaleza económica con reformas en la economía de mercado, lo que incluye estabilizar la moneda única europea.