Más de 60 años de Inteligencia Artificial: de su introducción en las ciencias computacionales a la era del 'smartphone'
MADRID, 14 (Portaltic/EP)
La Inteligencia Artificial (IA) es uno de los desarrollos tecnológicos en boca de todos. En la actualidad lo asociamos a procesos que tienen lugar en nuestros dispositivos móviles conectados, pero también está presente en los hospitales, donde acelera y precisa los diagnósticos y sus tratamientos, o en el transporte, ayudando en la gestión del tráfico -entre otros sectores-.
Si bien parece que es una tecnología del presente, los científicos e investigadores computacionales llevan trabajando en ella desde la década de los cincuenta. Fue precisamente en 1956, durante la Conferencia de Dartmouth (Estados Unidos), cuando la Inteligencia Artificial recibió su nombre -acuñado por John McCarthy- y se estableció como disciplina dentro de las ciencias computacionales.
Un año antes, en la propuesta para celebrar el citado evento, McCarthy, junto con otros tres científicos, ya ofreció las bases de la nueva disciplina, que profundizaría en la conjetura de que "cada aspecto del aprendizaje o cualquier otra característica de la inteligencia puede en principio ser descrita con tanta precisión que una máquina puede ser fabricada para simularla"
La propuesta se refería ya por aquel momento a un intento de descubrir "cómo hacer que las máquinas usen el lenguaje, (desde abstracciones y conceptos), resuelvan tipos de problemas hasta ahora reservados a los humanos y se mejoren a sí mismas".
En la actualidad, y según una de sus definiciones, se entiende por IA la simulación de procesos de inteligencia humana por parte de máquinas, especialmente sistemas informáticos, tal y como explican desde Huawei, una de las compañías que más foco ha puesto en este campo en los últimos años. Estos procesos incluyen el aprendizaje (la adquisición de información y reglas para el uso de la información), el razonamiento (usando las reglas para llegar a conclusiones aproximadas o definitivas) y la autocorrección.
DE LA PROGRAMACIÓN A LA PREDICCIÓN
Al tiempo que nacía la Inteligencia Artificial los científicos desarrollaron los lenguajes de programación modernos, de alto nivel, que permitieron programar de forma escrita las instrucciones que una máquina debía seguir para ejecutar una determinada tarea.
Estas instrucciones se escriben a mano, y conforman líneas de símbolos y reglas gramaticales basadas en lenguaje humano, pero que las máquinas pueden entender. En los años cincuenta aparecieron Fortran, Lips y Cobol, pero en la actualidad los más habituales son Phyton (Google), Java (eBay) o Swift (Apple), entre otros.
Con los lenguajes de programación se desarrollan programas ('software') -o páginas web- que permiten a las máquinas (la parte física o 'hardware') realizar tareas específicas.
En la actualidad, los sistemas de Inteligencia Artificial se basan en lo que se ha llamado aprendizaje automático o aprendizaje de máquinas ('maching learning'). Es decir, una máquina -que puede ser un ordenador o un móvil- aprende lo que tiene que hacer sin que haga falta escribir las instrucciones.
Estas máquinas 'aprenden' de bancos con grandes cantidades de datos y utilizan algoritmos para detectar patrones y actuar de forma predictiva. Tecnologías como el reconocimiento de voz, los programas de traducción como Google Translator o Microsoft Translator, o las recomendaciones de búsqueda son ejemplos de uso de este 'machine learning'.
CÓMO FUNCIONA LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
"La inteligencia humana funciona exactamente igual que la artificial", aseguran desde Huawei. Así, la IA replica el proceso de toma inconsciente de decisiones, un proceso por el que una persona puede llegar a tomar en torno a 35.000 decisiones diarias, pese a que es consciente de una media de tan sólo 92, según el consenso científico citado por la compañía tecnológica.
Una Inteligencia Artificial aprende de la gran cantidad de datos que generan las personas en su actividad diaria, pero también de las propias personas. Y en base a los conocimientos acumulados es capaz de tomar decisiones.
Por ejemplo, un vehículo autónomo no sabe qué va a encontrar en la carretera, pero recurre a la memoria (datos se le han proporcionado) y a los sentidos (información que recibe en tiempo real de múltiples sensores conectados), igual que un cerebro humano, para tomar decisiones.
Lo que diferencia la Inteligencia Artificial de la humana es que la primera es "la codificación y programación de una serie de líneas de 'software' que permiten que la vida sea más fácil", añade la compañía, que trata de aplicar las ventajas de esta tecnología al día a día de sus usuarios.
LA ERA DE LOS 'SMARTPHONES'
En los últimos años, la integración de la Inteligencia Artificial en los 'smartphones' ha cambiado la forma en que interactuamos con los dispositivos y el mundo que nos rodea, un cambio que materializa la familia Mate 20 de Huawei, unos móviles presentados el pasado mes de octubre bajo el lema: 'Más InteligencIA, más poder'.
El fabricante chino introdujo por primera vez en la familia Mate 10 un procesador específico para Inteligencia Artificial. Kirin 970 integraba una red de procesamiento neural (NPU) que le permitía "simular el pensamiento humano", es decir, era capaz de analizar el entorno, reconocer hasta 2.000 imágenes por minuto, traducir texto en tiempo real sin conexión a la Red e, incluso, realizar recomendaciones y adaptarse al usuario.
Un año después, Huawei ha dotado a su familia Mate 20 con el procesador Kirin 980, con el que la compañía avanza en la evolución de la IA aplicada a los teléfonos móviles. De esta manera, aumenta en un 120 por ciento el reconocimiento de imágenes, siendo capaz de entender los hábitos de uso del usuario y, en consecuencia, predecir cuál es el modo de uso más eficiente y optimizar el rendimiento del terminal.
Asimismo, en este último terminal ofrece una experiencia fotográfica mejorada, gracias -entre otras cosas- a la solución de reducción de ruido 'Multi-pass', que emplea la IA para eliminar con precisión el ruido sin borrar los detalles de la imagen, lo que hace que las fotografías tomadas en condiciones de poca luz mejoren su calidad.
La Inteligencia Artificial promete revolucionar nuestro día a día y el 'smartphone' es clave en esta transición. La gestión eficiente de los recursos del teléfono ya está mejorando nuestra experiencia de uso, mientras que el 'machine learning' llevará la IA a otro nivel.