Un experto advierte de que a La Albufera le quedan 100 años para "acabar siendo un Bioparc o un parque con jardines"
VALENCIA, 6 (EUROPA PRESS)
El catedrático emérito de la Universitat Politècnica de Valencia Herminio Boira ha alertado este miércoles de que al lago de La Albufera le quedan cien años "para acabar siendo un Bioparc o un parque natural con jardines" ya que su diagnóstico es que está "prácticamente en la UCI".
"Actualmente, el lago es una sopa, una especie de caldo, verde- gris, con muchas algas microplactónicas", en el que ha lamentado "las circunstancias de una colmatación muy rápida y el poco interés de solucionar estos problemas, desviando además la atención del pueblo hacia otras cosas como la agricultura", cuando es una actividad que ha vivido "en armonía completa con los arroces", ha defendido.
Así lo ha indicado en declaraciones a los medios con motivo de la 'II Jornada de Humedales Valencianos: los problemas y el futuro de La Albufera', que se celebra en el Salón de Actos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural. Boira sigue trabajando profesionalmente en otros proyectos que realiza el Instituto Agroforestal Mediterráneo, por ejemplo, en el Norte de África o en las Galápagos.
Boira ha explicado cómo, a su juicio, se encuentra La Albufera. Al respecto, ha apuntado que como lago tiene unas condiciones de vida "muy limitadas porque la naturaleza lo que quiere es que donde haya sustrato de agua o tierra debe aparecer un bosque". No obstante, el hombre está acelerando esa desaparición "empezando por cargarse la calidad y la cantidad del agua". Y ha deseado "equivocarse" porque ve "imposible" un cambio dada la actividad social, urbana e industrial que hay sobre el lago.
"ROBIN HOOD NATURALISTA"
A su juicio, lo que hace falta para que la Albufera se recupere es un "Robin Hood naturalista e intelectual que fuera a los despachos de políticos y dijera: 'Tenéis un mes o dos para devolver el agua de La Albufera". En esta línea, pide un Comité Científico-Técnico "totalmente independiente de poderes políticos y económicos", que actúe con "total libertad" y que se base "en su conocimiento".
Sobre las aportaciones de agua al lago y si serán suficientes --los tres hectómetros cúbicos que llegan ahora y los ocho acordados ante Generalitat y Condeferación Hidrográfica del Júcar (CHJ)-- ha hecho notar que a mediados del siglo pasado llegaban 500 y ahora se señala esa cifra y "en la calidad en que llega". Por tanto, y sobre la discusión acerca de si se debe dragar el lago, sostiene que "están un poco tapando el problema".
PROPUESTAS
Los organizadores de la jornada, el propio Boira y el profesor de la UPV Miguel Jover y Herminio Boira, destacan que este lago, el más reconocido de los humedales valencianos, lleva "varias décadas en la UVI tras el enorme impacto de la contaminación de sus aguas que tuvo lugar a partir de la década de los años 70", según ha señalado la institución académica en un comunicado.
En este caso, la falta de calidad y cantidad de agua se perfila como el asunto "más grave" porque el "alarmante descenso de los caudales" --de más de 500 Hm3 en los años 70 y apenas 200 en la actualidad, y la baja calidad del agua impiden su recuperación.
Los expertos de la UPV subrayan que los órganos responsables de la gestión del Parque "llevan varios años tratando de solucionar el problema sin que, hasta la fecha, se hayan tomado decisiones oportunas ni hayan buscado soluciones a medio o corto plazo". Como consecuencia, ha desaparecido la vegetación sumergida, sustituida por una proliferación de algas cianofíceas, y con ello la descomposición de la pirámide trófica, provocando una drástica reducción de las especies acuáticas y de la diversidad de las poblaciones de aves.
Por ello, los técnicos aconsejan, en primer lugar, considerar las actuaciones de carácter técnico como la necesidad de mayor cantidad de agua de calidad, proveniente del Júcar, y también de las depuradoras, previamente tratada para eliminar nutrientes; el dragado de los sedimentos para recuperar el nivel original de agua; recuperar las praderas de vegetación sumergida; una revisión de la gestión de las compuertas de las golas, para permitir el mantenimiento de unos adecuados niveles de agua en el humedal y encontrar alternativas para la retirada y valorización de la paja del arroz, evitando su quema y putrefacción en los campos.
IMPLICACIÓN DE LOS ORGANISMOS
Además, para llevar a cabo las anteriores medidas, se necesita la "implicación" de los tres organismos con competencias en el Parque Natural de la Albufera, Ayuntamiento de Valencia, Generalitat Valenciana y CHJ, así como la "complicidad" de los ayuntamientos ribereños, los sectores profesionales, las universidades, asociaciones ambientalistas y la sociedad civil valenciana.
En este sentido, consideran que la Junta Rectora del Parque Natural de la Albufera es el nexo que une a todos los actores del humedal pero tiene un funcionamiento que "no es operativo, ni sus trabajos y decisiones conocidas por la sociedad". De ahí la necesidad de crear una comisión científico-técnica.
Por su parte, el vicealcalde de València, Sergi Campillo, ha reconocido que la situación de La Albufera es un "problema histórico porque no tiene asignación del Júcar" y aunque el consistorio considera que necesita una aportación de 70 hm3, la CHJ calcula que le llegue el sobrante de agua de riego del arrozal, las escorrentías de aguas subterráneas y la pluviometría.
"OBJETIVO IRRENUNCIABLE"
Campillo ha instado a resolver el problema ya que han pasado más de 30 años desde la declaración del parque natural y "no es aceptable para la sociedad que el agua siga así, verde y no tengamos un lago transparente, lo que es objetivo irrenunciable del Ayuntamiento".
No obstante, ha admitido que el agua que entra a la Albufera es competencia del Estado y el Júcar está sobreexplotado pero "hay una posibilidad de desarrollo inmensa que es la reutilización de aguas depuradas". En este sentido, se ha preguntado por qué no se utiliza este agua reciclada para uso industrial o agrícola y "liberamos los ecosistemas acuáticos de la presión de tantos usos y necesidades".
"Llegará un momento en que tendremos que decir que no es asumible y utilizaremos todos los mecanismos al alcance si en el próximo ciclo de planificación hidrológica no se soluciona la situación", ha advertido, y ha lamentado que no entra agua en el lago "aunque cerremos todas las compuertas".
Por su parte, la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, ha recalcado que los expertos coinciden en que la Albufera mejoraría "sustancialmente con un mayor aporte de agua del Júcar", por lo que ha propuesto mejorar los aportes hídricos del río y llevar a cabo las obras del colector oeste para mantener el equilibrio del lago.
Mollá ha reconocido que el lago "no está en la condición que debiera" aunque ha apelado a la responsabilidad "compartida". A su juicio, el aporte de 8 hm3 por año hidrológico pactado entre la Conselleria y la CHJ es el "punto de partida sobre el que trabajar para garantizar la supervivencia de este ecosistema único en Europa".