Rozalén y Entreculturas visitan Chad para erradicar la mutilación genital femenina: "No es tradición, es violencia"
MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
La cantante María Rozalén colabora con la ONG Entreculturas en el programa 'La luz de las niñas' y junto con la intérprete de lenguaje de signos, Beatriz Romero, han visitado el país africano Chad, "uno de los países más difíciles para ser niña", según apunta la ONG, debido a la violencia que sufren, especialmente cuando son forzadas a sufrir la mutilación genital femenina.
Entreculturas tiene este programa implantado en quince países en los que casi 250 millones de niñas están conviviendo en entornos violentos y más de 200 millones de niñas han sufrido esta práctica considerada por las poblaciones locales (especialmente de África o Asia) como una tradición, una calificación que rechaza de manera tajante Rozalén al asegurar que "no es una tradición, es violencia".
La artista y la directora de relaciones institucionales de Entreculturas, Raquel Martín, han contado a Europa Press cómo ha sido su viaje y cuál es la realidad de muchas niñas. "Desde Entreculturas estamos centrados en ayudar a las niñas que viven amenazadas por la violencia y que están en entornos de vulnerabilidad. En 2019 hemos ayudado a más de 37.000 niñas de todo el mundo pero aún queda mucho trabajo que hacer. Como aquí en el Chad, donde dos de cada cinco niñas aún se enfrentan a este tipo de prácticas (mutilación genital femenina)", explica Martín.
En este país africano, que tiene más de siete millones de habitantes, la mutilación genital femenina está castigada con multas y penas de cárcel pero aún se siguen realizando de manera clandestina porque "hay una ley que es más difícil de cambiar que las legisladas por las instituciones, que son las tradiciones culturales", afirma Martín.
En este sentido, Rozalén también se desmarca de las tradiciones y apela por evolucionar culturalmente "porque el ser humano evoluciona". "Se piensan que el cumplimiento de las tradiciones va ligado al respeto que se tiene a la cultura y no es así. Las tradiciones tienen que evolucionar", lamenta la cantante, que ya colaboró con Entreculturas en 2019 cuando viajó hasta Guatemala para promover un mejor futuro para las niñas de este país.
Asimismo, Rozalén detalla, según ha podido comprobar en su viaje al Chad, lo que realmente depara a las mujeres que se ven sometidas a la mutilación genital femenina. "Esta práctica significa que nunca vas a tener placer sexual en tu vida y también supone una mutilación psicológica. Muchas rechazan el amor porque sus relaciones íntimas están asociadas para siempre con el dolor. Algo similar ocurre con el parto, que son muy peligrosos porque son heridas que se realizan de una manera incorrecta y son curadas y tratadas de una manera lamentable. Una mujer después de parir estuvo sangrando durante dos años", comenta la cantante, antes de contar la historia "estremecedora" de una maestra de infantil de Chad.
"Aysha es una de las mujeres maestras que nos está ayudando en este programa.Ella está mutilada desde los nueve años pero no quiere que su hija pase por eso. Ella tuvo que huir de una guerra y fue obligada a casarse con una persona que no amaba y a pesar de todo el dolor que ha pasado y todo lo que ha vivido, nos lo contaba con una sonrisa", cuenta Rozalén.
"LA VIOLENCIA MACHISTA SÍ ES UN VIRUS"
En los últimos años, Rozalén se ha comprometido progresivamente contra la violencia de género, como refleja en una de sus canción 'La Puerta Violeta', entre otras. A pocos días de la celebración del Día de la Mujer, el 8 de marzo, Rozalén se ha mostrado decepcionada por la alarma que existe entre la sociedad por el coronavirus pero no por la violencia machista que "eso sí es un virus". Además, ha lamentado la normalidad con la que la sociedad acepta los feminicios.
"Esta mañana he leído que otra mujer ha sido asesinada a manos de su marido y lo leemos como algo normal. Ahora con el coronavirus hay mucha alerta y mucha preocupación pero la violencia de género sí que es un virus", ha manifestado la artista, que pide a "determinados colectivos" que no impidan "la evolución en la igualdad de género" aunque advierte que, en caso de que lo intenten, "no lo van a conseguir" y para ello, ha hecho un llamamiento a mujeres y hombres: "Tenemos que salir a la calle para pedir que no se normalice la violencia".