Los obispos españoles y Cáritas hacen un llamamiento para descubrir "el valor" de estar junto a las personas pobres

MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

La Conferencia Episcopal Española (CEE) y Cáritas han hecho un llamamiento para "descubrir el valor de estar junto a las personas más pobres y vulnerables", con motivo de la II Jornada Mundial de los Pobres, puesta en marcha por el Papa Francisco y que se conmemorará en todo el mundo el próximo domingo 18 de noviembre.

En el marco de esta convocatoria, la Iglesia quiere "poner en valor la dimensión estratégica que tiene la lucha contra la pobreza en su misión evangelizadora". Según los últimos datos de la CEE, la Iglesia española acompañó y atendió a más de 4,7 millones de personas en situación de precariedad social en alguno de sus 9.110 centros sociales y asistenciales en el año 2016.

La idea de impulsar la Jornada Mundial de los Pobres nació el 13 de noviembre de 2016, coincidiendo con el cierre del Año de la Misericordia y cuando en la basílica de San Pedro, el Papa celebraba el Jubileo dedicado a las personas marginadas. De manera espontánea, al finalizar la homilía, Francisco expresó su deseo de que ese día fuera la "jornada de los pobres".

Esta celebración, que se conmemora cada año y en toda la Iglesia universal el último domingo del tiempo ordinario, es "una ocasión idónea para poner de relieve el protagonismo de los más pobres en la vida de las comunidades", según señalan la CEE y Cáritas.

El lema bajo el que se convoca este año es 'Este pobre gritó y el Señor lo escuchó', tomado del salmo 34. "Estas palabras --señala Francisco en su mensaje para la jornada-- se vuelven también las nuestras a partir del momento en que somos llamados a encontrar las diversas situaciones de sufrimiento y marginación en las que viven tantos hermanos y hermanas, que habitualmente designamos con el término general de pobres".

Para la CEE y Cáritas, el mensaje del Papa contiene tres palabras claves que ayudan a preparar y animar la jornada: Gritar (como "un clamor del que sufre", que necesita que se le "escuche"); responder (igual que lo hizo "Dios curando heridas, restituyendo la justicia e impulsando a vivir la vida con dignidad"); y liberar ("salvar, acoger, proteger, acompañar e integrar a las personas que más sufren").

La Conferencia Episcopal y Cáritas recuerdan que uno de los objetivos prioritarios de la celebración es "redescubrir el valor de estar junto a las personas más pobres y vulnerables de las comunidades, a través de la oración comunitaria y la comida del domingo, el banquete de la Eucaristía, como expresión de la mesa compartida en familia".

Asimismo, invitan a seguir el ejemplo de "la primera comunidad cristiana que perseveraba en las enseñanzas de Jesús, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones, aprendiendo a vivir unidos y compartiendo los bienes que repartían entre ellos para que ninguno pasara necesidad".

Además, recuerdan que Francisco critica en su mensaje, que "a menudo tantas iniciativas, aunque de suyo meritorias y necesarias, están dirigidas más a complacerse a uno mismo que a acoger el clamor del pobre" y denuncia cómo "se está tan atrapado en una cultura que obliga a mirarse al espejo y a cuidarse en exceso, que se piensa que un gesto de altruismo bastaría para quedar satisfechos, sin tener que comprometerse directamente".

Por ello, destacan que la Jornada Mundial de los Pobres pretende ser "una pequeña respuesta que la Iglesia entera, extendida por el mundo, dirige a los pobres de todo tipo y de toda región para que no piensen que su grito se ha perdido en el vacío".

IMPULSAR LA CELEBRACIÓN EN PARROQUIAS

La Conferencia Episcopal y Cáritas han preparado diversos materiales para impulsar la celebración en todas las parroquias y comunidades de España de esta II Jornada Mundial de los Pobres, disponibles en las páginas web de la CEE y de Cáritas.

Así, para el subsidio litúrgico, proponen subrayar el "fuerte llamamiento" que esta jornada hace a la conciencia, para estar "cada vez más convencidos de que compartir con los pobres permite entender el Evangelio en su verdad más profunda y de que los pobres no son un problema, sino un recurso al cual acudir para acoger y vivir la esencia del Evangelio".

También se recuerda que el Santo Padre invita a no amar de palabra sino con obras. "Hemos de ofrecer así la cercanía sincera, la oración, y la ayuda generosa y efectiva a tantas personas que, cerca y lejos de nosotros, sufren las muy variadas formas de pobreza que se dan hoy en nuestro mundo", reza el subsidio propuesto.

Asimismo, en el guión para la homilía, se propone al sacerdote que explique a los fieles que esta "no es una jornada para hacer una colecta más en favor de los pobres" ni tampoco "para hacer algo por los pobres, sino con los pobres"; y que les recuerde que la pobreza "no es algo inherente a la propia condición humana, como algunas corrientes de pensamiento muy presentes en la cultura sostienen, sino que es causada por el egoísmo, el orgullo, la avaricia y la injusticia".