La tasa de deforestación de la Amazonía se ha incrementado un 30% en el último año, según un estudio
MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La deforestación del Amazonas ha ascendido a casi 10.000 km2 entre agosto de 2018 y julio de 2019, lo que representa un aumento del 30 por ciento de la tasa de deforestación, que además es la más alta desde 2008, según los datos del Proyecto de Monitoreo de Deforestación por Satélite en la Amazonía Legal (PRODES).
La organización Greenpeace se ha hecho eco de este estudio y considera que se cosecha "lo que el gobierno ha sembrado desde la campaña para las elecciones presidenciales"."La agenda antiambiental del presidente Bolsonaro ha eliminado la capacidad de Brasil para combatir la deforestación, favorece a quienes practican delitos ambientales y alienta la violencia contra las comunidades y pueblos indígenas que viven en la selva", ha declarado el responsable de la campaña sobre la Amazonía de Greenpeace, Cristiane Mazzetti.
De acuerdo con este estudio, los tres primeros meses que componen el próximo período PRODES (de agosto a octubre de 2019) muestran un aumento de casi el 100 por cien del área, con signos de deforestación, en comparación con el mismo periodo del 2018.
Por ello, Greenpeace "alerta" ante este "grave" escenario, ya que creen que el gobierno brasileño no ha presentado "ninguna política coherente" para proteger los bosques y sus pueblos, "al contrario, se han posicionado del lado de los responsables de estos crímenes ambientales".
Estos días en Brasil se encuentra una comitiva española junto con un grupo índigena brasileño para denunciar las políticas de Bolsonaro, tal y como señala Greenpeace. "La combinación de altas tasas de deforestación y falta de gobernanza cuesta vidas, sitúa al país en contra de la lucha contra el cambio climático y daña la economía, ya que el mercado internacional no quiere comprar productos que proceden de la destrucción y violencia ambiental", advierte el responsable de la campaña de bosque de Greenpeace España, Miguel Ángel Soto.
En definitiva, el grupo ecologista insiste en que es "necesario revertir de inmediato" el actual ritmo de destrucción ambiental y "exigir" un plan efectivo para combatir la deforestación, así como, tomar posición aquellas empresas que compran productos como la soja o la carne procedentes de Brasil.