La plena inclusión laboral de las personas con discapacidad no se producirá hasta 2249, según Fundación Adecco
El 64,8% de personas con discapacidad en edad laboral no tiene empleo ni lo busca, frente al 22% de la población sin discapacidad
MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
La plena inclusión laboral de las personas con discapacidad no se producirá hasta 2249, según una proyección realizada por la Fundación Adecco, con motivo del Día Internacional de la discapacidad, que se celebra este 3 de diciembre.
El director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, ha detallado que "se trata de una aproximación empírica y de ficción que, sin ánimo de ser rigurosamente exhaustiva, predice cómo podría evolucionar el empleo de las personas con discapacidad, partiendo de la situación actual" con el fin de generar diálogo y servir de estímulo para potenciar iniciativas que impacten de forma real en la plena inclusión".
Actualmente, un 64,8% de las personas con discapacidad en edad laboral no tiene empleo ni lo busca, porcentaje que desciende hasta el 22% entre la población sin discapacidad, según el informe 'El empleo de las personas con discapacidad' del INE de 2017, por lo que la participación de las personas con discapacidad en el mercado se reduce a menos de la mitad que la genérica, con una actividad del 35,2%, frente al 78% de media estatal.
Fundación Adecco recuerda que, con anterioridad a los años 80, la participación de las personas con discapacidad en el empleo era residual, situación que cambió con la Ley de integración social del minusválido (actualmente LGD) aprobada en el año 1982, que estableció la obligatoriedad de incorporar en las empresas de más de 50 trabajadores un porcentaje de profesionales con discapacidad no inferior al 2%.
Sin embargo, la Fundación lamenta que, casi cuatro décadas después, las personas con discapacidad siguen encontrando grandes obstáculos de acceso al mercado laboral tanto extrínsecos (barreras en los centros educativos, en las empresas y en la sociedad general) como intrínsecos, como la sobreprotección familiar, la cultura de las políticas pasivas de empleo, miedos e inseguridad, que conducen a la inactividad o a la merma de voluntad a la hora de buscar empleo.
En cualquier caso, la institución argumenta que el objetivo debe ser alcanzar unas cotas de participación lo más elevadas posible por lo que, con el fin de analizar de una manera pormenorizada las tendencias futuras relativas a la inclusión laboral de personas con discapacidad, ha llevado a cabo un análisis de series temporales cuya hipótesis inicial toma como valor de referencia deseable una tasa de actividad para las personas con discapacidad que dobla a la actual, es decir, del 70%, un porcentaje que se alcanzaría dentro de 171 años, en 2189.
La predicción contempla que, para hablar de plena inclusión, esta actividad debería ir acompañada de un volumen de contratación similar a la del resto de los ciudadanos por lo que, aspirando a una proporción del 0,94 para una tasa de actividad del 70% de las personas con discapacidad (es decir, se contabilizarían 1.288.490 activos, el doble que actualmente, de un total de 1.840.700 personas en edad laboral), se puede concluir que las personas con discapacidad deberían firmar un total de 1.211.180 contratos para hablar de un nivel óptimo de inclusión.
Teniendo en cuenta que el año pasado las personas con discapacidad firmaron 110.068 contratos (SEPE, contratos a colectivos especiales 2018) y constatando que éstos crecen a un ritmo de 47.465 contratos por década, tomando como media aproximativa la diferencia entre 2017-2007 y 2016-2006, los 171 años anteriores se prolongarían hasta los 231 ejercicios, es decir, hasta 2249.
5 RETOS HACIA LA PLENA INCLUSIÓN
Para cumplir o incluso acelerar estos pronósticos, Fundación Adecco pide trabajar en aspectos como la accesibilidad universal, con una tecnología de dimensión más social y diseño universal para reducir la brecha digital que sufre este colectivo. Precisamente, esta semana, la Fundación ha presentado la campaña de sensibilización #ContraLasEtiquetas, protagonizada por Pablo Pineda, primer diplomado europeo con síndrome de Down, que alerta de la necesidad de acompañar el desarrollo tecnológico de espíritu inclusivo y humanidad.
Otros aspectos a tener en cuenta son la educación inclusiva (con el fin de buscar la equidad y la excelencia para todos los alumnos, reconociendo su derecho a compartir un entorno educativo común en el que todas las personas sean valoradas por igual) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una serie de conjunto de objetivos globales adoptados en 2015 para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible con el horizonte puesto en el año 2030.
También reclama poner el foco en las políticas de bienestar social y políticas activas de empleo, argumentando que, el contexto actual exige que estas políticas incidan más en los desempleados con mayor riesgo de cronificarse y en aquellas personas que no aportan su talento al mercado por cuestiones culturales, por ejemplo, los inactivos por razón de discapacidad.
Para ello, piden fortalecer la red de Servicios Sociales para ampliar y profesionalizar la atención a las personas con discapacidad. En España, en 2017, la tasa de pobreza y riesgo de exclusión de las personas con discapacidad (31,5%) fue 7 puntos porcentuales superior a la genérica (24,4%) según el estudio de la Red Española de lucha contra la pobreza y la exclusión social (EAPN).
Asimismo, Fundación Adecco subraya la importancia del compromiso empresarial pues, como detalla, el ciclo de inclusión de una persona con discapacidad empieza y termina en la empresa por lo que, sin la sensibilidad y el compromiso del tejido empresarial, la inclusión de este colectivo no podrá producirse o será deficitaria, nunca sostenible en el tiempo por lo que pide a las empresas abanderar un cambio cultural, introduciendo criterios de Diversidad e Inclusión, entre otros aspectos.
Por su parte, desde UGT han hecho un llamamiento a la necesidad de adaptar las leyes para lograr la integración laboral de las personas con discapacidad ya que, a su juicio, "aún queda mucho" para que la integración laboral de este colectivo "sea real y efectiva".
Por ello, también exige que las leyes se adapten a lo establecido en la Convención de la ONU de las Personas con Discapacidad de 2006, lo que implica replantearse todas las políticas de inclusión, porque para el sindicato "las actuales no funcionan" como refleja una tasa de empleo que se aproxima al 25% y una tasa de paro que se sitúa 10 puntos por encima de la general.