Greenpeace celebra la decisión de Endesa de cerrar todas sus centrales térmicas en la Península para 2022
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
Greenpeace considera como "éxito" en la lucha contra el cambio climático que Endesa, en su plan estratégico 2020-2022, haya fijado la fecha de cierre de todas sus centrales térmicas de carbón en la Península para 2022, según ha informado la organización ecologista.
De esta manera, se cumplen los deseos de Greenpeace que, tal y como detallan, habían pedido "insistentemente", tanto en sus informes como en sus intervenciones en la Junta de accionistas de la eléctrica, así como en reiteradas acciones de denuncia, que la empresa estableciera la fecha del fin de carbón no más tarde de 2025.
"Nos decían que no querían fijar una fecha poniendo todo tipo de excusas, porque en realidad querían dejar la puerta abierta a seguir quemando carbón. Ahora los hechos han demostrado que Greenpeace tenía razón: el carbón es inviable ambiental y económicamente y fijar una fecha temprana de cierre es la mejor señal de ello", ha declarado la responsable de energía de Greenpeace, Raquel Montón.
Con motivo de la celebración de la COP25 en Madrid, la organización ecologista considera que el Gobierno español tiene una oportunidad excelente para alinearse con el resto de países europeos que ya tienen un plan de cierre del carbón con fecha determinada y anunciar que España no permitirá que el carbón se siga utilizando para generar electricidad a partir de 2025 como tarde.
"Ahora que las tres grandes eléctricas (Endesa, Iberdrola, Naturgy) han adelantado el cierre de todo su parque de carbón, no debe ser difícil para el Gobierno español exigir a las otras dos eléctricas importantes (Viesgo y EDP) que hagan lo mismo con sus centrales restantes: Los Barrios (Cádiz), Aboño y Soto de Ribera (Asturias), detalla Greenpeace.
Respecto a Endesa, la organización recuerda que produce aproximadamente la mitad de electricidad nuclear en España. A primeros de año, Endesa y el Gobierno llegaron a un acuerdo para abandonar definitivamente la energía nuclear entre 2028 y 2035 pero esto implica inversiones de la compañía y extender la vida útil de las plantas de cuatro a doce años más allá de su vida operativa esperada.
Por ello, según Greenpeace, que Endesa siga inviertiendo en viejos reactores nucleares contribuye a aumentar el volumen de residuos radioactivos peligrosos y contaminantes para el planeta y dificulta la transición a más energía renovable en España y Europa. Por todo esto, los ecologistas piden el cierre de estos reactores a medida que vayan expirando sus licencias de explotación.
Por último, el grupo ecologista considera que para los planes de cierre, tanto de las nucleares como de las térmicas, se deben incluir medidas concretas para conseguir una transición justa, sin perder de vista la perspectiva de género, que aseguren que todas las comarcas afectadas tengan alternativas viables de desarrollo sostenible.