El 'violador de Pirámides' pide perdón a sus víctimas y reclama una segunda oportunidad para reinsertarse en la sociedad
Vivirá con su madre en Valencia de Alcántara (Cáceres), a cuyos vecinos pide que no le teman y que demostrará "día a día" que está rehabilitado
- Ha asegurado que "casi la mitad" de su condena en prisión ha estado "trabajando con psicólogos", por lo que sus vecinos "no tienen que temer de nada"
- "Lamento mucho lo que hice. Ojalá no hubiera pasado nunca, pero pasó, y lo siento como la persona que más"
Actualizado : 12:31
Arlindo Luis Carbalho, conocido como 'el violador de Pirámides', ha pedido perdón a sus víctimas después de salir de la cárcel en la que ha cumplido 20 años de condena y ha reclamado a los vecinos de su pueblo natal, Valencia de Alcántara (Cáceres), donde vivirá con su madre, que le den una segunda oportunidad para poder reinsertarse en la sociedad, puesto que se considera rehabilitado para ello.
En una entrevista concedida a Canal Extremadura Televisión recogida por Europa Press, Carbalho, de 51 años, ha asegurado que "casi la mitad" de su condena en prisión ha estado "trabajando con psicólogos", motivo por el cual ha querido trasladar a los vecinos que "no tienen que temer de nada".
Asimismo, es consciente de que decir esto de palabra "es muy fácil", pero que lo va a demostrar con hechos "día a día", tras reconocer que "se tiene que armar revuelo" entre los vecinos con su llegada, pues considera que "forma parte de la vida social" en este municipio con una población que ronda los 6.000 habitantes muy cercana a la frontera con Portugal.
Ha pedido a los vecinos que no piensen que cualquier día se le van "a cruzar los cables", porque para ello cuenta con "apoyo y ayuda"
"LAMENTO MUCHO LO QUE HICE"
En sus declaraciones ante la cadena autonómica extremeña, subraya que hasta ahora nunca había tenido la oportunidad de decirle a sus víctimas que lo siente "de verdad". "Lamento mucho lo que hice. Ojalá no hubiera pasado nunca, pero pasó, y lo siento como la persona que más".
"He asumido mi responsabilidad. Soy consciente de lo que he hecho, me arrepiento", ha dicho, al tiempo que ha añadido que cree que merece tener una segunda oportunidad, porque considera que tiene "actitud y capacidad para ello".
Por ello, ha pedido a los vecinos que no piensen que cualquier día se le van "a cruzar los cables", porque para ello cuenta con "apoyo y ayuda", si bien ha señalado que no va a "bajar la guardia". "Si algo he aprendido en las terapias es que hay que estar ahí en todo momento".
Sobre su futuro, espera poder establecerse en esta pequeña localidad, donde tiene su primer contacto con la sociedad tras dos décadas en prisión en las que no ha disfrutado de ningún permiso penitenciario, aunque reconoce que encontrar un trabajo será complicado.
AUTOR DE 35 VIOLACIONES
Ha estado en prisión 20 años por 35 violaciones cometidas entre 1988 y 1996
Carbalho ha recalado en esta localidad extremeña después de abandonar el pasado sábado la prisión tras cumplir 20 años de cárcel por 35 violaciones cometidas entre 1988 y 1996 en el barrio madrileño de Pirámides.
En mayo de 2006, el Tribunal Supremo confirmó la condena de 514 años de prisión impuesta a Carbalho, ahora con 51 años, por la Audiencia Provincial de Madrid por 28 delitos de agresión sexual con detención ilegal y robo con intimidación. En 1996 fue detenido y encarcelado tras confesar que había violado a más de un centenar de mujeres en la capital.
Pese a ello, solo ha cumplido veinte años de internamiento, dado que era el límite de cumplimiento efectivo del Código Penal de 1995. En su sentencia, el Alto Tribunal rechazó la petición de su defensa de que se le aplicara una atenuante por trastorno mental.
Los magistrados señalaron que sus víctimas eran "mujeres, siempre diferentes, a las que seguía el acusado tras haber terminado su jornada laboral, en unos hechos que se desarrollan en un largo periodo de tiempo: ocho años, desde 1988 cuando el acusado tenía 23 años, hasta 1996".
En el juicio, las víctimas relataron que su agresor las abordaba en una estación de Metro, en su mayoría en la de Méndez Álvaro. Tras ello, las llevaba a un parque cercano al paseo de las Acacias.