El futuro de la agricultura y el papel de la mujer, claves de Bayer para impulsar el desarrollo sostenible en África
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El futuro de la agricultura, con gestión moderna basada en la ciencia y en la tecnología, junto al papel de la mujer, que desempeña más de la mitad del trabajo del sector en África son las claves que Bayer considera fundamentales para el desarrollo de este continente y en particular en el este, donde el 70 por ciento de la economía del país está ligado a la agricultura.
La directora comercial de Bayer para Kenia y Uganda, Everlyn Musyorka, ha manifestado en una entrevista con Europa Press que el sector está en la actualidad ligado "indisolublemente" a la pobreza y es preciso que empiece a ser considerado como una forma de vida y un negocio próspero.
La joven representante en el este de África de una de las empresas líderes del sector alimentario a nivel mundial, tras la fusión hace un año de Bayer con Monsanto, asegura que la agricultura en Kenia, su país de origen, se enfrenta a los mismos problemas que otras zonas del mundo, pero con el problema añadido de una gran falta de acceso a la tecnología y a financiación para adquirir nuevas semillas y modos de cultivo.
Así, ve fundamental encontrar "una solución" porque hay 4 millones de keniatas que sufren graves problemas por la sequía, la falta de infraestructuras en un país que cuenta con 8,6 millones de agricultores, que representan a 4,5 millones de hogares.
En ese contexto, Musyorka ve crucial el papel de la mujer en un país donde persiste una falta de infraestructuras pero comienza a haber una incipiente nueva y moderna agricultura que, sin embargo, aún no es accesible a todos. Esto genera, además, según añade, grandes impactos sociales porque hay "muchas mujeres que han de elegir si apuestan por invertir en los cultivos o por llevar a sus hijos al colegio".
Por ello, ha explicado que la estrategia de Bayer en el país pasa por trabajar con pequeños agricultores de una manera integral, facilitándoles soluciones y semillas de un crecimiento más rápido con el que puedan blindar su seguridad alimentaria, mejorar su calidad de vida y garantizar la educación y la salud a sus hijos.
Como directora comercial en Kenia y Uganda y procedente de un pequeño pueblo en Kenia a 200 kilómetros de Nairobi, la capital, ha apostado por ir a cada pueblo e identificar a los líderes locales, al pastor o sacerdote local, a los mayores, al alcalde, a agricultores y ciudadanos respetados para que sean sus prescriptores. "El agricultor tiene que ver resultados para confiar en el producto y apostar por él", ha dicho.
En la zona, los programas de Responsabilidad Social de la compañía Bayer Fund y Africare promueven el acceso a la tecnología a los agricultores, simplemente con teléfonos móviles, con los que se conectan al mundo exterior sin necesidad de desplazarse caminando durante cientos de kilómetros, por ejemplo para comprar suministros o hacer una transferencia bancaria.
Asimismo, Bayer ha desarrollado una plataforma digital con la que desde su teléfono, los agricultores pueden verificar que sus semillas son reales y no están falsificadas. "Así empoderamos a nuestros agricultores para que sepan lo que están plantando", comenta.
LA MUJER EN ÁFRICA, CLAVE DEL FUTURO
Pero además, Musyorka da a la mujer un valor "importantísimo para el cambio social y económico de Kenia" porque en la actualidad, el 50 por ciento de quienes trabajan en la agricultura son mujeres y por eso son uno de sus principales públicos objetivo.
"Recurrimos como prescriptoras a agricultoras, como mi madre, para formar a la población en las nuevas tecnologías y les distribuimos pequeños lotes de semillas para que las prueben para que tenga acceso. Las agricultoras solo sembrarán grandes extensiones si antes lo han probado a pequeña escala", comenta.
La representante asegura que hay un enorme hueco aún por cubrir en este ámbito y "romper el círculo" porque en la actualidad, uno de los problemas es que las mujeres tengan acceso a la financiación, ya que en la actualidad, ningún banco comercial les presta dinero y tienen que lograr financiación por sí mismas, lo que les lleva a tener que elegir entre distintas necesidades básicas en conflicto.
AGRICULTURA NO ES SUBSISTENCIA
La ingeniera de Bayer expone que su perspectiva de sostenibilidad empresarial pasa por tratar de ayudar a mejorar el empoderamiento de los pequeños agricultores locales, para que incrementen su calidad y nivel de vida a través de una actividad económica como la agricultura que, hasta la fecha está asociada, indisolublemente, a la pobreza extrema.
"Hay que conseguir cambiar la mentalidad. La agricultura puede ser una forma de vida con beneficios económicos, no tiene por qué estar ligada a la pobreza ni desde una perspectiva económica ni desde el punto de vista de la seguridad alimentaria", plantea.
Respecto al papel del Gobierno de Kenia, cree que para colaborar con este reto debe ejercer su responsabilidad para mejorar y garantizar la seguridad alimentaria, para lo que reclama cambios regulatorios que faciliten este desarrollo.
Mientras el requerido cambio llega, Everlyn Musyorka, observa como los kenianos son conscientes de como el cambio climático ha cambiado su entorno, ya que por ejemplo, lo normal es que comience a llover en marzo, pero en 2018 no empezó a llover hasta mayo y eso perjudicó a la cosecha, pero después, tras la sequía, llegaron grandes episodios de inundaciones.
Por ello, reitera la importancia del papel de la mujer en la mitigación y la adaptación al cambio climático en un país en el que la agricultura es el 70 por ciento de su economía y son las mujeres quienes tienen la responsabilidad de sacar adelante a sus familias para lo que, en ocasiones, tienen que convencer a sus maridos sobre qué sembrar en cada momento.
"El papel de la mujer en África es crítico, porque dará forma a la sociedad y modelará a las próximas generaciones", insiste.
En ese contexto, ha dicho que Bayer reconoce el papel de la mujer en África para superar el déficit alimentario. Por ello, afirma que no hay opción y es preciso adoptar nuevas tecnologías y facilitar su acceso a ellas ante una población creciente, que llegará a 9.000 millones de habitantes en la Tierra en 2050, y con la necesidad de cuidar y preservar los recursos del planeta".
"La responsabilidad del cambio climático es de todos los países, desarrollados y en desarrollo. Todos nosotros debemos cuidar de nuestros recursos. Hacerlo es lo natural. Debemos adoptar una responsabilidad individual y analizar qué es lo mejor para nosotros, para nuestros hijos e indudablemente eso no pasa por impactar de forma negativa en nuestro entorno. Los recursos naturales son irremplazables", ha sentenciado.