Alex Rovira de ¿Sabemos qué es el amor a sabemos amar? (II)

Por

Europa Press | 14 feb, 2019

MADRID, 14 (CHANCE)

Álex Rovira acaba de publicar su último libro Amor, tras el éxito de Alegría. En él, el reputado escritor explica cómo amar no solo a tu pareja... Sin embargo, la pareja es un pilar fundamental y por ello, es bueno preguntarse si sabemos amar y cómo podemos averiguarlo. Tal y como explica Rovira, el amor consta de seis variables como ya os contábamos anteriormente: Confort relacional, valores compartidos, orgullo social, acoplamiento afectivo sexual, proyecto de vida compartido y plenitud donde no estoy pendiente de abrir puertas a nadie.

P: O sea que se puede decir que aunque estés en esas 6 variables, puedes tener crisis y se va a discutir.

AR: Claro y la calidad se construye en la crisis, y esa es la cuestión. Otra cosa es si la crisis forma parte de un proceso crónico. El amor se trabaja, se forja como la cultura, y el amor se trabaja desde el comprender, cuidar e inspirar. Se da el caso de que hay gente que tiene que pasar por seis relaciones de aprendizaje.

P: Y, ¿qué pasa cuando se escucha tanto con el 'es que ya no siento lo mismo'?

AR: Es el camino del vértigo o del éxtasis que también decía el catedrático de ética Alfonso López Quintás y miembro de la Real Academia Española de Ciencias Morales y Políticas: "El camino del vértigo de entrada no te pide nada, de entrada te lo da todo y te lo quita todo". Ahí, están las drogas pero también la adicción al golpe que te da esas hormonas y es lo que hay gente que confunde entre la excitación y el amor. Esa excitación es un estado transitorio de alteración hormonal que tiene una función natural para generar un vínculo, de entrada muy potente. Luego está el camino del éxtasis que de entrada no te pide nada, te da todo y luego te lo quita todo. Es decir, yo no me refiero a un camino de sacrificio en el que uno se tenga que fundir con el otro, no, no, no, pero el amor implica un trabajo de conciencia, de diálogo y de ir construyendo esas dimensiones y que el vínculo prevalezca a largo plazo.

Iniciar un proceso es muy fácil. Por eso, es tan importante de lo que hablo en el libro de la mirada apreciativa, porque la gente confunde el amor con un pensamiento y el amor es conciencia por eso lo de la mirada apreciativa, de la bondades de esa persona, cuáles son sus activos. Si en ese ejercicio de balance emocional de qué doy y qué recibo, de los dones de esa persona, no observo que haya un contenido y que estoy yo dando mucho más de lo que recibo, o que tampoco respeto y admiro...

El amor depende mucho del respeto y de la admiración. En una relación afectiva, de amigos y de familia no solo de pareja, se rompe el amor cuando cede la estructura de admiración en primer lugar y este, cede el piso del respeto y por eso se rompe el amor.

Cuando estos ya no están, el vínculo del amor suele desaparecer. El compromiso nace de la confianza, y la confianza nace del respeto. Sin respeto no hay confianza, sin confianza no hay compromiso y se rompe la relación.

P: Pero hay una cosa que nos juega un mala en la sociedad que vivimos del no, y que por mucho que hayas hecho si un día haces algo malo te quedas con eso...

AR: El problema es que no ha habido una pedagogía de lo que podríamos llamar la inteligencia psicológica y que, por lo tanto, hay muchas personas que funcionan teniendo esquemas muy primitivos. Es decir, como estoy en el hábito de la mirada pesimista, de la mirada cínica, del buscar defectos, tengo la coartada perfecta para decir paso de esta persona y así voy de flor en flor.

Yo creo que hay que hacer una pedagogía de la inteligencia emocional y social muy profunda y de realmente, de qué estamos hablando de salud psicológica, cuando hablamos de bondad, cuando hablamos de ética, cuando hablamos de longanimidad. La longanimidad es una palabra en desuso desde el siglo XIX y que la gente se ha olvidado de ella, y es un valor crítico, que la gente no sabe lo que es. Ahora mucha gente habla de resiliencia, y está muy bien, que viene de una palabra inglesa, pero en nuestro castellano tenemos longanimidad, que es la capacidad de reiterar en entornos de adversidad y su segunda acepción que dice la R.A.E. es maravillosa, benignidad, clemencia y generosidad. Por lo tanto, lo que te hace ser resiliente lo que te hacer longánime es la capacidad de mirar al otro apreciativamente, de tener compasión y de ser generoso.

P: Ya, pero ¿hay personas que solo sacan lo malo del otro?

AR: Cuando uno critica y se pasa la vida criticando es interesante ver que está hablando de sí mismo.

P: El libro de Amor lo que es, de Byron Katie habla de eso.

AR: Byron Katie es genial porque la pregunta es: ¿puedes afirmar con tal certeza que lo que estás afirmando es cierto?... Es la terapia más potente y yo la utilizo mucho con mis hijos, con mi pareja, con mi hermano el otro día y la gente se queda desmontada porque está muy apegada a lo mental y porque no nos han enseñado y educado a cuestionar los pensamientos tóxicos y destructivos. Por eso es importante hace una pedagogía buena.

P: Te puedo entender.

AR: El problema está en los pensamientos, de la inercia de la mente. Es un libro de cabecera y referencia. Y vuelvo a la primera pregunta que me hacías. ¿Es necesario hacer un libro sobre el amor? Sí, uno y los que hagan falta. En Alegría, le dediqué un capítulo entero y hay otro libro que es 'Los cuatro acuerdos' del autor Miguel Ruiz basados en: Sé cuidadoso en tus palabras; No te tomes nada personalmente; No hagas suposiciones y Procura hacer lo mejor que puedas hacer. Es muy sencillo con consejos muy útiles para tomar distancia de lo que en general, lo contamina todo, el pequeño yo.

Hay que tener pensamiento crítico y tener lucidez, porque el buen amor nos pide consciencia y se cultiva desde ella. No se cultiva desde la inercia, ni desde la simbiosis, ni desde el miedo, ni desde el sentimentalismo ni desde el egoísmo.

P: Lo bueno es que el enamoramiento no implica la entrega total.

AR: No implica tu suicidio, ni la muerte de tu yo, ni de tu disolución y tu simbiosis.

P: Pero, ¿por qué estamos a la orden del día de que suceda eso?

AR: Porque se han mamado patrones relacionales en su entorno. Somos mucho lo que hemos vivido y visto de nuestros padres. Si hemos visto que nuestra madre se simbiotizaba para complacer, a lo mejor se repite este modelo por pensar que así se es una buena pareja, una buena madre o un buen padre. Por eso es tan importante la definición de ti mismo y la autoestima.

P: Y, ¿por qué hay veces que tú no enseñas a tu hijo y ves que tiene a lo mejor tiene un complejo o falta de autoestima?

AR: Porque han mamado de la constelación. A veces caemos en el error de pensar que ha mamado algo y no se lo has enseñado, pero es que tu hijo no es hijo tuyo, es hijo de tu abuelo, de tu abuela, del otro abuelo, de los bisabuelos. Ya lo decía Khalil Gibran: Tus hijos no son tus hijos. Y nos podríamos quedar pasmados si viéramos a nuestros antepasados lo que uno se puede parecer a ellos. Lo importante es mantenernos en esa pedagogía, hacerles leer buenos libros, generar conversaciones... Y al igual que entrenas tu cuerpo físicamente, es necesario entrenar los sentimientos, es imprescindible una gimnasia. Y esa gimnasia se trabaja no solo desde la conceptualización, tienes que ser capaz de comprender y eso forma parte de los afectos.

P: Los hijos, ¿tienes un capítulo en el que hablas de si pueden fortalecer o no una pareja?

AR: Es simple. Hay parejas, que sacrifican el rol de pareja por el de mamá y papá, hasta el punto en el que se llaman papá o mamá el uno al otro. Lo decía el alquimista Paracelso: El veneno está en la dosis. Si te tomas mucho chocolate te peta el hígado, si bebes mucha agua te ahogas. Se confunde el vínculo de pareja y de mamá y papá y estás matando a Eros.

P: ¿Te conviertes en mamá o papá del otro o porque te centras en los hijos?

AR: Por las dos sistémicas y ahí se produce el riesgo. El riesgo es matar a Eros, y cuando está muerto no se resucita...

Últimas noticias