Pacientes con espasticidad y distonía cervical tratados con toxina botulínica A suelen sufrir recurrencia de síntomas

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Europa Press | 27 may, 2020

MADRID, 27 (EUROPA PRESS)

El 80 por ciento de pacientes con espasticidad y distonía cervical tratados con toxina botulínica A (BoNT-A) sufren una recurrencia de síntomas debilitantes, según han puesto de manifiesto dos encuestas realizadas a más de 400 pacientes de cinco países realizadas por Ipsen.

Asimismo, los datos han revelado que la falta de un control prolongado de los síntomas entre las inyecciones tiene un profundo impacto en su vida personal y profesional. "Los resultados también destacan una preocupante desconexión entre las expectativas que tienen los pacientes sobre el tratamiento y su experiencia real. Los datos, que incrementan nuestro conocimiento sobre la espasticidad y la distonía cervical, nos proporcionan el potencial para desentrañar cambios significativos en la práctica clínica", ha comentado el e investigador principal de la encuesta sobre espasticidad, Alberto Esquenazi.

En concreto, el primer trabajo se centró en la carga que la espasticidad tiene en la vida de los pacientes. De los 210 encuestados de Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Estados Unidos, el 83 por ciento afirmó que los síntomas de espasticidad volvían a aparecer entre las dos sesiones de BoNT-A, y el 59 por ciento de ellos experimentaban esa reaparición en los tres meses siguientes a su último tratamiento.

La recurrencia de los síntomas impactó significativamente en la calidad de vida de los pacientes, afectando al sueño, a sus relaciones y al desempeño de las tareas diarias y la vida laboral. Además, el 47 por ciento de los pacientes que trabajaban afirmaron que no podían desarrollar sus funciones cuando reaparecían los síntomas y el 45 por ciento de los pacientes que trabajaban se sentían menos eficientes en el trabajo que antes.

Por otra parte, la segunda encuesta adoptó un enfoque similar, analizando los datos de 209 encuestados con distonía cervical de esos mismos países. De ellos, el 88 por ciento informó de la reaparición de síntomas preexistentes entre las inyecciones de BoNT-A. La mayoría de los encuestados que trabajaban reportaron un impacto significativo en su vida profesional, de los que un 66 por ciento afirmó que no se sentían cómodos en el trabajo y un 66 por ciento que no se sentían tan eficientes en el trabajo como de costumbre.

La vida personal de los pacientes también se vio significativamente comprometida por la recurrencia de los síntomas, con un impacto en su capacidad para socializar, dormir bien, conducir o realizar tareas diarias. Del mismo modo, en ambas encuestas, más del 70 por ciento de los pacientes dijeron que les gustaría obtener beneficios más prolongados del tratamiento.

"La espasticidad y la distonía cervical tienen un efecto devastador en la vida de los pacientes, afectando gravemente su movilidad, empleo y calidad de vida. En Ipsen, buscamos constantemente formas de mejorar el tratamiento de la enfermedad y la atención integral con un enfoque centrado en el paciente. De estos estudios se desprende claramente que se puede hacer más para aliviar la carga que suponen estas enfermedades complejas para la vida cotidiana de los pacientes", ha dicho el vicepresident, global medical affairs de Ipsen, Antony Fulford-Smith.

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