El coste de las fracturas por fragilidad aumentará un 23% en los países europeos para 2030, según un estudio

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Europa Press | 04 may, 2020

MADRID, 4 (EUROPA PRESS)

Un nuevo estudio dirigido por la Fundación Internacional de Osteoporsis (IOF, por sus siglas en inglés) que examina la carga y el tratamiento de las fracturas de fragilidad en seis países europeos (Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido y Suecia) prevé que los costes relacionados aumenten a 47.400 millones de euros para 2030, es decir, un 23 por ciento más que en la actualidad.

La osteoporosis es una enfermedad crónica en la que la masa y la fuerza ósea disminuyen, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Las fracturas por fragilidad son una de las principales causas de discapacidad y muerte prematura en los adultos de edad avanzada, ya que una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres de 50 años o más sufren una fractura en el resto de su vida.

Los autores señalan que, en 2017, se estima que 2,7 millones de fracturas de fragilidad en los seis países provocaron un coste anual asociado de 37.500 millones de euros. Se prevé que para 2030 el número de fracturas de fragilidad anuales aumente en un 23 por ciento, hasta alcanzar los 3,3 millones, con un coste proyectado de aproximadamente 47.400 millones de euros.

La carga de las fracturas de fragilidad supera a la de muchas otras enfermedades crónicas. Se estima que en 2017 se perderán 1,02 millones de años de vida ajustados en función de la calidad (QALYSs) debido a la fractura. Los actuales años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) por cada 1000 individuos de 50 años o más se estiman en 21 años, lo que es más alto que las estimaciones para el accidente cerebrovascular o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Las fracturas también dan lugar a una pérdida de productividad, ya que los días de enfermedad tomados en 2017 por personas no jubiladas en los seis países suman un total de 7,6 millones de días.

El deterioro debido a las fracturas de fragilidad, que incluye el dolor, la inmovilidad y el miedo a las caídas, puede dificultar incluso actividades diarias sencillas como vestirse y lavarse. En consecuencia, la carga para los cuidadores informales, como los miembros de la familia, puede ser considerable. Se ha comprobado que el promedio anual de horas de atención de los familiares después de una fractura de cadera es de 744 horas y 652 horas, por año, por cada 1000 personas, en España e Italia, respectivamente.

Otra carga importante y costosa causada por las fracturas de fragilidad es el impacto a largo plazo en la independencia, que puede requerir que las personas se trasladen a centros de atención a largo plazo (LTC). El porcentaje de pacientes que se trasladan a LTC varía del 2,1% a las edades de 50-60 años al 35,3 por ciento a las edades de 90 y más.

Además de cuantificar la pesada carga que suponen las fracturas de fragilidad para los pacientes, sus familias y los sistemas nacionales de atención de la salud, el estudio también identifica una enorme brecha en el tratamiento en todos los países, sobre la base del porcentaje de personas elegibles que no reciben medicación. La menor brecha de tratamiento se da en el Reino Unido (64% en las mujeres y 43% en los hombres) y la mayor en Alemania, donde solo el 20 por ciento de los hombres elegibles y el 22 por ciento de las mujeres reciben una intervención farmacológica para prevenir futuras fracturas.

"Con la identificación y el tratamiento oportunos de la afección subyacente, las fracturas de fragilidad en los individuos de alto riesgo se pueden prevenir en gran medida. Sin embargo, hemos encontrado que el porcentaje de individuos elegibles que no reciben medicación para la osteoporosis es inaceptablemente alto y se estima que es, en promedio, un 73 por ciento para las mujeres y un 63 por ciento para los hombres. Lo que es más preocupante, la brecha en el tratamiento ha aumentado notablemente en la última década, con un incremento aproximado del 17 por ciento desde 2010", detalla el presidente honorario de la IOF, John A. Kanis.

Dado que una primera fractura es un signo de advertencia de futuras fracturas, la atención posterior a la fractura para tratar la osteoporosis tiene una importancia crítica y es la clave para prevenir un ciclo de fracturas recurrentes, dolor y discapacidad a largo plazo. No obstante, la proporción de pacientes con fracturas que inician el tratamiento es baja. En Francia, Suecia y España, el 85, el 84 y el 72 por ciento de los pacientes con fracturas permanecen sin tratamiento un año después de la fractura.

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