Administrar un tipo de antibiótico antes de la radioterapia puede ayudar a combatir el cáncer, según estudio en ratones
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Un estudio en ratones del Centro Oncológico Abramson de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) ha demostrado que administrar una dosis del antibiótico vancomicina no solo ayuda a las células inmunitarias a matar los tumores tratados directamente con radioterapia, sino también a matar las células cancerosas que estaban más alejadas del cuerpo.
Más de la mitad de todos los pacientes con tumores sólidos se someten a radioterapia en algún momento durante su tratamiento. En los últimos años, múltiples estudios han demostrado que dar a los pacientes dosis más altas de radiación en el curso de menos tratamientos (llamados radioterapia hipofraccionada) puede inducir una respuesta inmunológica más fuerte en los pacientes. Además, las dosis hipofraccionadas tienen la capacidad de afectar a otras células tumorales del cuerpo que no fueron tratadas directamente con radiación. Esto se conoce como efecto abscópico.
"Nuestro estudio muestra que la vancomicina parece aumentar el efecto de la radiación hipofraccionada en sí misma sobre el sitio del tumor en cuestión, al mismo tiempo que ayuda al efecto abscópico, ayudando al sistema inmunológico a combatir los tumores fuera del sitio de tratamiento", explica Andrea Facciabene, el autor principal del estudio, que se ha publicado en la revista 'Andrea Facciabene'.
Los investigadores eligieron la vancomicina por algunas razones. En primer lugar, se dirige principalmente a las bacterias grampositivas, lo que las hace perjudiciales para el microbioma intestinal. Segundo, es una molécula grande, lo que significa que permanece en el intestino y no circula al resto del cuerpo como lo hacen otros antibióticos. El hecho de que no sea sistémico limita el impacto que tiene en el resto del microbioma del cuerpo.
En este estudio, los investigadores encontraron que la vancomicina mejora específicamente la función de las células dendríticas, que son las células mensajeras de las que dependen las células T para saber qué atacar. Aunque los investigadores usaron modelos de melanoma, pulmón y cáncer cervical para este trabajo, notaron que el enfoque podría tener implicaciones para una amplia variedad de tipos de cáncer.