Y después el drama griego, vuelta a la guerra de divisas en la economía mundial
El testimonio de Janet Yellen precede lo que está por venir
- El ECB y la Fed, volverán a dominar los designios del Euro/Dólar
Actualizado : 11:40
Muchas voces de expertos y analistas ya alertan que, una vez ahuyentado el fantasma de la salida de Grecia del euro, la guerra de divisas y la divergencia de políticas entre bancos centrales de los diferentes países volverán a dominar el panorama en el mercado Forex.
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Desde Danske Bank avisan que la atención se dirigirá hacia el testimonio de Janet Yellen ante el Congreso de los EEUU y esperan estos analistas una comparecencia de la presidente de la Reserva Federal más optimista que la que dejaron ver las últimas actas de la reunión del comité de política monetaria (FOMC) de este banco central que “presionarán al alza el dólar y el mercado de los bonos”.
El mercado parece estar esperando que Yellen se fundamente en la mejora económica, en lugar de mostrar cautela, lo que podría provocar una subida en el dólar que rompiera el estrecho rango que mantiene en su cruce con el euro por la franja del soporte de los 1,1270. No obstante, desde un punto de vista técnico, José María Rodríguez alerta que el precio “parece estar dando forma a un 'triángulo', a priori de continuidad alcista. Si bien es cierto que hasta que el precio no confirme por debajo o por encima del mismo nunca tendremos la certeza del lado por el que saltará”.
El euro espera un catalizador de su siguiente impulso, que bien podría llegar de la mano del inicio de las compras mensuales de bonos por parte del Banco Central Europeo (BCE), aunque, en palabras de Alberto Muñoz, fundador de X-trader.net, “ya está más que descontado en el precio”, y añade: “Sólo un cambio de la forma o las condiciones de la política expansiva del BCE podría impactar en el Euro/Dólar”.
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GUERRA DE DIVISAS
Se pregunta el equipo de análisis de Rabobank en un reciente análisis sobre el estado actual de la guerra de divisas, en qué momento estamos en medio de esta contienda que lleva forjándose en los últimos años y qué implicaciones directas puede tener en el mercado. Recuerdan que el objetivo final es obtener una devaluación competitiva de la moneda local contra otra rival, que se consigue mediante una intervención activa en los mercados financieros de las autoridades monetarias, mediante venta de divisas, rebajas de tipos de interés, anclando la moneda local a otra, etc.
Los países se embarcan en cruzadas de este tipo cuando necesitan impulsar sus exportaciones, principalmente, pero alertan que “se ha generado una dependencia excesiva del rol de los bancos centrales en la economía mundial”. La alternativa a este intervencionismo de quien lleva la batuta en política de divisas es, según los analistas del banco holandés, que los países emprendan profundas reformas estructurales, no sólo del lado de la oferta, sino también “abordar la desigualdad de ingresos, que es cada vez más reconocida como uno de los conductores de la relación entre el superávit y los activos -y la correspondiente entre déficit y pasivo- que se ejecuta tanto entre las naciones como dentro de ellas”.
Entraremos en un extenso período de devaluaciones de divisas rotativas informales
En este sentido, indican desde Rabobank, las políticas expansivas de los bancos centrales se presentan como una “solución de escape rápido”, alternativa al esfuerzo que representaría para las naciones adentrarse en estas reestructuraciones más costosas.
En cualquier caso, aventuran los expertos de la entidad holandesa que lo más lógico en que acabemos viendo un incremento de la volatilidad de la guerra de divisas y una vuelta de las políticas económicas hacia el proteccionismo. En este sentido dibujan desenlace en el que se vivirá un “extenso período de devaluaciones rotativas informales”, como en la actualidad. Esto significa, detallan, que “los países endeudados seguirían turnos de máximo un año de duración de ‘devaluación competitiva’ para experimentar una breve recuperación económica y aliviar así las presiones sociales y políticas nacionales”.
Cuando se acabe el turno de una nación, la “antorcha” pasaría al siguiente afortunado, lo que es “un escenario poco apetecible en el futuro”, reconocen. Y concluyen: “Pero, dadas las circunstancias, tampoco es el peor resultado que se puede dibujar”.
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