Panorama político en Cataluña: entre la consulta soberanista y el caso Pujol
¿Cómo encaran los partidos el otoño de 2014 y las municipales de 2015?
- ¿Comparecerá Pujol en el Parlament?
- Convergència debilitada: demasiados malabarismos y asuntos en su agenda
- Nombres nuevos en la política catalana
- El Parlament de Catalunya aprobará la ley de consultas en septiembre
Actualizado : 08:57
El escándalo de la confesión del ex president de la Generalitat, Jordi Pujol, de evasión de capitales durante 34 años nos ha dejado sin la tregua veraniega que necesitábamos para digerir los cambios en el panorama político catalán y enfrentarnos con energías a los retos del otoño de 2014.
Muchas dimisiones y caras nuevas en un escenario dominado por la consulta soberanista, la debilidad de CDC y el PSC desde las elecciones europeas, el auge de Esquerra Republicana de Catalunya y la irrupción del fenómeno Guanyem Barcelona.
En Bolsamania.com queremos hacer nuestro particular balance de lo que ha pasado en los últimos meses en Cataluña. Y nos preguntamos: ¿cómo afrontarán los catalanes el nuevo curso político?
ELECCIONES EUROPEAS, DIMISIONES Y SAVIA NUEVA
Permítannos remontarnos a la noche electoral del 25 de mayo. Los resultados demostraban que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) aventajaba a Convergència i Unió (CiU) en casi dos puntos. La fuerza de Oriol Junqueras triplicaba los resultados obtenidos en 2009. El PSC protagonizaba un descalabro mayúsculo al caer a la tercera posición. El Partido Popular de Catalunya (PPC) no salía en absoluto bien parado ante unos reforzados Ciutadans (C’s) e Iniciativa per Catalunya (ICV) se mantenía.
Este panorama contenía también el germen de la creación de nuevos partidos que irrumpían con fuerza como Podemos (Podem), un terremoto cuyas réplicas alcanzan los cimientos de la izquierda española y que en Cataluña ha impulsado el auge de Guanyem Barcelona, la formación para las municipales de la activista de la Plataforma de los Afectados por las Hipotecas (PAH), Ada Colau.
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Las consecuencias fueron inmediatas para los socialistas catalanes: la dimisión del primer secretario de la federación, Pere Navarro, llegaba poco más de quince días después. Tras muchas idas y venidas, el PSC acabó poniendo al frente de su nueva ejecutiva a caras nuevas, como la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlón, quien es la número dos de la formación, y otras no tan nuevas como la de Miquel Iceta que demostró ser un hombre de partido y asumió la secretaria general.
CiU tuvo su propia cuota de abandono, mucho menos a causa de las europeas y más por culpa de otros factores: cansancio, proceso soberanista, largas desavenencias con el president de la Generalitat, Artur Mas… Lo cierto es que la dimisión como secretario general de Convergència i Unió por parte de Josep Antoni Duran i Lleida ha dejado un vacío en el partido que cuesta llenar. El todavía portavoz de la coalición en el Congreso de los Diputados y líder de Unió abandonaba el cargo el 21 de julio y le sustituía el actual conseller de Interior, Ramon Espadaler.
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LA REFUNDACIÓN DE CDC…
Dediquemos un epígrafe completo a repasar el año horribilis de los convergentes. Desde la imputación de Oriol Pujol Ferrusola, secretario de la federación, en marzo de 2013 por el caso de un supuesto tráfico de influencias en la concesión de las oficinas de ITV, no han dormido tranquilos. Unos meses antes, la ex amante de Jordi Pujol Ferrusola, María Victoria Álvarez, había declarado ante el juez Pablo Ruz de la Audiencia Nacional como el hijo del ex president de la Generalitat transportaba mochilas de 500 euros a Andorra. Dos hechos que extienden sus ramificaciones hasta el presente y que han ido desgastando la imagen de un partido hegemónico durante mucho tiempo en Cataluña, con permiso del PSC en la etapa de Pasqual Maragall y José Montila.
Convergència Democràtica de Catalunya debe ahora lidiar con su extrema dependencia de una saga familiar que se ha deshonrado y está totalmente desprestigiada. Fue Jordi Pujol i Soley quien fundó el partido y Oriol Pujol era el delfín llamado a sucederle. Ahora, con todo el peso de los últimos acontecimientos sobre la federación, el nuevo comité de dirección, encabezado por Josep Rull en el papel de secretario general, reclama reciclaje y refundación, pero el próximo 6 de septiembre CDC presentará la nueva ejecutiva sin congreso extraordinario, que no llegará hasta 2016.
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…Y EL PAPEL DE ARTUR MAS
Si algo no se le puede negar al president de la Generalitat es que tiene redaños. En menos de un mes se ha enfrentado a la dimisión de Duran i Lleida, la de Oriol Pujol y a la caída de su padre político, Jordi Pujol. Se ha entrevistado en Madrid con Mariano Rajoy y con las 23 propuestas que entregó al presidente del Gobierno, ha acallado a quienes desde la oposición, especialmente la líder del PPC, Alicia Sánchez Camacho, le acusaban de no tener otro argumento que el de la independencia. Por si esto fuera poco, ha sido capaz de enarbolar un discurso que muchos han tachado de triunfalista sobre la recuperación económica de Cataluña -y de España, porque no olvidemos que expresó que el crecimiento del Estado tiene acento catalán.
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Aún así, el desgaste de Mas es innegable y su credibilidad también está en tela de juicio ante las crecientes evidencias de que se le está investigando. El fantasma de aquel falso informe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) que publicó El Mundo en 2012, en el que se le acusaba, junto con Jordi Pujol i Soley, de tener cuentas en paraísos fiscales, ha vuelto a aflorar tras demostrarse que al menos la parte de Pujol era cierta. Y aunque sea una patraña, ya se sabe que la mujer del César no sólo debe ser honrada sino parecerlo.
La oposición no le dará tregua. El PPC ya ha pedido que explique si conocía las actividades de los Pujol Ferrusola y Ciutadans que convoque elecciones anticipadas. Defienden que estuvo 30 años al lado del ex president y ocupó conselleries tan importantes como la de Política Territorial y Obres Públiques, la de Economia y la conselleria en Cap, por lo que consideran que debió hacer la vista gorda.
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Pero lo que sorprende de Mas es que a él ya le está bien toda la situación y se antoja que quiere ser un mártir de la causa. Sus recientes palabras: “tengamos fortaleza psicológica para afrontar las pruebas que están por venir”, tienen ecos casi religiosos, como dando a entender que no le importa ser el hombre convertido en instrumento al servicio de un único objetivo: celebrar la consulta del 9 de noviembre sobre la independencia de Cataluña. El proceso ha fagocitado a un político -por otra parte de talla indiscutible- a quien muchos acusan de oportunista y de haber asumido el discurso de su principal rival: la Esquerra Republicana de Oriol Junqueras.
¿A QUÉ JUEGA ERC?
Está claro, ¿no? La estrategia de los republicanos: no entrar en el Govern y evitar quemarse de cara al electorado, les ha dado unos resultados que han llevado a la formación liderada por Oriol Junqueras a superar a CiU en intención de voto. Según la última encuesta del CIS obtendrían un 3,3% frente al 2,9% de los convergentes.
Junqueras rechazó tras las elecciones de 2012 formar parte del Govern de la Generalitat, pero ha estado marcando el destino de Cataluña desde la oposición, hipotecando la estabilidad parlamentaria del govern de Artur Mas a que el president trazara una “hoja de ruta” clara del proceso soberanista. En 2012 apoyaron la investidura del jefe del Ejecutivo catalán con la condición de que llevara a cabo un referéndum de autodeterminación y desde entonces, Mas ha ido diciendo amén a las propuestas de Junqueras sobre la consulta, a cambio del apoyo de los republicanos a las leyes convergentes, incluso a aquellas que han ido en contra de ejercer una política económica más social, una de las reivindicaciones de ERC al inicio de la legislatura.
Junqueras ha pospuesto la decisión de ocupar una o varias conselleries, a pesar de la insistencia de Mas y todo parece apuntar a que dejará a su rival político consumirse en el cargo. Una de las últimas informaciones que llegaron al respecto especulaba con la idea de que podrían participar en el Ejecutivo a partir de otoño, pero el caso Pujol habría ahuyentado una vez más a los republicanos.
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EL CASO PUJOL
Desde la confesión por parte del ex president de la Generalitat, Jordi Pujol, de poseer una herencia sin regularizar, se ha escrito de todo sobre el caso. Se ha vinculado el origen de este capital que estuvo 34 años en Andorra, con el cobro de comisiones por concesiones administrativas que salpican a Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito de los siete hijos del ex president, y se ha iniciado una investigación por parte de la Fiscalía Anticorrupción aglutinando presuntas actividades de blanqueo de capital, fraude fiscal y corrupción política por parte de los Pujol Ferrusola.
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El caso es de una gravedad tal que amenaza con sacudir los mismos cimientos de la identidad catalana y del proceso soberanista. Asimismo, puede desembocar en una crisis institucional de consecuencias desconocidas. De momento, la clase política no ha perdido la ocasión de ensañarse con quien fuera el “honorable” president de la Generalitat durante 23 años con críticas de todo tipo hacia Pujol, Mas, CDC y la Generalitat. Por ahora, todos los grupos parlamentarios, a excepción de CiU, han pedido al ex dirigente que de explicaciones: Jordi Pujol i Soley deberá comparecer en el Parlament catalán tan pronto como se reanude la actividad en septiembre, ante la Comisión de Asuntos Institucionales del Parlament. Cabe destacar que la respuesta a la convocatoria es voluntaria por parte de Pujol.
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LA CONSULTA DEL 9 DE NOVIEMBRE
¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado? En caso afirmativo: ¿Quiere que este Estado sea independiente? Esta es la doble pregunta acordada en el Parlament de Cataluña el 12 de diciembre de 2013, con el apoyo de CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP, un total de 87 diputados de los 135 del Parlament. Desde entonces, la Generalitat de Cataluña se ha concentrado en conseguir que los catalanes puedan votar. Una opción que persigue un altísimo porcentaje de la población de la comunidad: entre un 60% y un 80%, según las encuestas de varios medios como La Ser o La Vanguardia.
Artur Mas ha reivindicado tantas veces como se le ha querido escuchar que su obligación, como depositario de la voluntad de los catalanes, es conseguir que se celebre la consulta del próximo 9 de noviembre, que pone en jaque al Gobierno de Mariano Rajoy, quien ha repetido hasta la saciedad que es “ilegal” y que “ni se puede ni se va a celebrar”.
El plan de Mas tiene varias fases, que pasan por aprobar una ley de consultas en la cámara catalana, según lo permite el Estatut de Cataluña, para que la votación se pueda llevar a cabo en el marco legal catalán. Lo más probable es que el Ejecutivo central denuncie esta ley ante el Tribunal Constitucional para que declare su inconstitucionalidad y se invalide la posibilidad de que los siete millones y medio de habitantes de la comunidad puedan decidir sobre su futuro.
Llegados a este punto, los siguientes pasos de la “hoja de ruta” no se han desvelado. Artur Mas ha sido absolutamente críptico en sus mensajes a la población, aunque ha dejado entrever que si no se puede celebrar la consulta desplegará las siguientes fases de “su plan” que no excluyen el convocar una elecciones plebiscitarias -los ciudadanos elegirían entre los grupos políticos partidarios de la independencia y los que no-, que llegarían al término de su mandato, en 2016, o llamar al electorado a las urnas en 2015, con el mismo fin.
En cualquier caso, viviremos tiempos interesantes.
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