Nicolás y sus fiestas en Marbella rodeado de chicas, vodka y matones

Al pequeño Nicolás le gustaba aparentar. Le encantaba la sensación de sentirse poderoso en,mascarado en una identidad falsa con la que se elevaba a las más altas esferas del Estado y desde las que trataba de estafar a ingenuos empresarios que caían en sus redes.

AMIGO DE LOS AZNAR

Pero, la “megalomanía” de la que habló la jueza instructora no se ciñó solo a la Madrid. Al parecer, al joven le gustaba trasladar su mundo de fantasía a Marbella, en donde iba a fiestas exclusivas y presumía de ser del entorno cercano de Alonso Aznar, hijo del que fuera presidente del Gobierno José María Aznar, según ha informado El Confidencial.

Nicolás siempre pedía reservados para acudir a estos locales, a los que llegaba acompañado de chicas y amigos y en los que exhibía una aparente elevada capacidad económica. Además, le gustaba solicitar que se quedara uno de los porteros al pie del reservado para que nadie les molestara.

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BOTELLAS DE 500 EUROS

Así, la el portal digital ha informado de que Nicolás era un aficionado al vodka de la marca Velvedere, del que pedía botellas valoradas en 500 euros. De hecho, en una ocasión llegó a pedir hasta seis botellas de este licor, lo que asciende a un gasto de 3.000 euros en unas horas.

Sin embargo, esta muestra de opulencia no le hizo destacar entre el resto de la clientela. Personal de los establecimientos a los que acudía, como Funky Buddha, ha asegurado que se encuentran con miles de jóvenes con los aires y costumbres de Nicolás.

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