España aprovecha la ruptura entre Francia y Marruecos para destacar en lucha antiterrorista

Las relaciones entre Francia y Marruecos tocaron fondo en febrero de 2014, decha desde la que se encuentra suspendida toda la cooperación judicial y en materia de seguridad entre los dos países. España, que ha aprovechado esta situación, es ahora uno de los socios más importantes del reino magrebí y mantiene con Rabat una cooperación a niveles sin precedentes.

TORTURAS DE AGENTES SECRETOS

El conflicto entre Marruecos y Francia se produjo después de que la Policía francesa se presentara en casa del embajador marroquí, Chakib Benmoussa, para llevar ante un tribunal de instrucción al director de la Dirección de Supervisión del Territorio, Abdelatif Hamouchi. La DPS es el equivalente marroquí al CNI.

El embajador magrebí se negó a que Hamouchi, acusado de varios casos de tortura, acompañara a los agentes de seguridad, lo que se convirtió en un punto de inflexión entre los Gobiernos de ambos países. Desde entonces, no cooperan en temas de seguridad, aunque sí se mantienen los vínculos en cuestiones económicas o culturales.

CONDECORACIÓN A HAMOUCHI

España ha aprovechado este incidente para mejorar su relación con el país vecino, que es el segundo Estado árabe que más jóvenes combatientes a las filas del Estado Islámico y de otros grupos yihadistas de Oriente Próximo. De esta forma, Rabat ha mostrado su confianza en la Policía española para tratar de localizar a estos milicianos antes de que se unan a las filas de las tropas dirigidas por Abu Bakr Al Baghdadi, el máximo dirigente del Estado Islámico.

De hecho, esta buena relación ha llegado al punto de que España ha reconocido los trabajos de Hamouchi, perseguido en Francia, con una condecoración policial en reconocimiento a su lucha antiterrorista, según han señalado fuentes consultadas por El Mundo. Es más, las autoridades españolas son las únicas que todavía colaboran con las marroquíes.

'SOLO FALTAN LAS CLAVES DE ACCESO'

En este marco de cooperación, destacan las seis operaciones con éxito que han realizado en el último dos años los dos países. Policías españoles han estado en un contacto continuo con sus homólogos magrebíes, hasta el punto de que han señalado que “solo les falta al clave de acceso de sus ordenadores”, según han bromeado con la cabecera de Unidad Editorial.

Ahora, España quiere dar un paso más en esta colaboración tan estrecha y convertirse en el punte entre Francia y Marreucos, aunque desde Rabat no termine de agradar este nuevo papel. Los cuerpos de seguridad españoles han informado a Francia de material relacionado con operaciones terroristas que pueden tener relación con el país galo. Sin embargo, esta intermediación no equivale a las relaciones suspendidas entre París y Rabat.

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