Dime cómo inviertes y te diré cómo tener éxito: qué clase de inversor eres
Mark Cook los divide en 'Innys' y 'Outies'
- El éxito radica en ser siempre fiel a quien realmente eres
- Los 'Innys' apuestan por la acción y los 'Outies' por la reflexión
Actualizado : 10:41
Los inversores y traders deben saber quiénes son. Deben conocerse así mismos y saber si son 'Inny' o 'Outie'. Dos rasgos opuestos pero cruciales, a la hora de tener éxito en los mercados. Este es el consejo de Mark Cook, experto de MarketWatch.
La personalidad de los inversores “Inny” (“dentro”) está más inclinada a actuar que a observar. Un “Inny” siente obligado a estar inmerso en la situación, con el fin de experimentar una gran descarga de adrenalina. Está dispuesto a probar cosas nuevas y se nutre de la acción.
¿Cómo funciona este enfoque en las bolsas? Su impulso se traduce en una abrumadora búsqueda de la acción. El “Inny” compra títulos en muchos sectores diferentes y a distintos precios: desde un dólar hasta duplicar o triplicar este precio.
Lea aquí: El Ibex se prepara para caer hasta los 10.600 puntos: las bolsas adolecen de volúmenes bajos
La amplia gama de sectores representados en sus carteras son seleccionados y las oportunidades estudiadas con el fin de sentir la adrenalina de un ganador. Los títulos con más éxito serán mantenidos en cartera durante mucho tiempo, debido a que un “Inny” siempre busca un rendimiento óptimo. Si el 10% es bueno, el 20% es mejor. En consecuencia, se suele quedar con acciones ganadoras durante mucho más tiempo que un “Outie”.
Por desgracia, el “Inny” sufre muchos fracasos y está expuesto a numerosos reveses. El porcentaje de victorias con acciones individuales está muchas veces por debajo de 50%, aunque no se asustan con mucha facilidad ante las derrotas. De hecho, un movimiento adverso es visto por este tipo de inversor como una oportunidad para marcar la posición.
En la otra cara de la moneda están los “Outie”, su antítesis. Estos traders prefieren a reflexionar, digerir, estudiar y esperar a situaciones con alta probabilidad de éxito antes de invertir. Un “Outie” anhela el conocimiento. Son lectores u observadores de interés apasionado y voraz.
Lea además: Mohamed El-Erian y la razón de las limitadas y poco profundas correcciones
Los “Outies” optan por el camino lento y metódico con pequeños pasos, pero la progresión uniforme describe su camino. Están diseñados para evitar los contratiempos: no quieren sufrir percances, aborrecen el fracaso y sus objetivos siempre son prácticos y alcanzables.
Estudian a otros maestros “Outie” y analizan sus tendencias, mientras que un “Inny” apuesta por emular el comportamiento de aquel al que admira. Este tipo de inversor opta por la estabilidad y la reducción de riesgos. El primer pensamiento de un “Outie” siempre pasa por evaluar el riesgo: “si la recompensa vale la pena el riesgo, es aceptable”.
La constancia marca el éxito de un “Outie”. Perfeccionan sus habilidades en mercados específicos o a veces en uno solo. Son especialistas en una bolsa y conocen un sector a fondo antes de invertir. Ningún detalle es demasiado pequeño como para ignorarlo.
Los “Outies” hacen crecer sus carteras de forma modesta, pero también de forma constante. Siempre prefieren los mercados bajistas, ya que son especialisas en evaluar los riesgos. Son los primeros en abandonar si las cosas no salen como han estimado. Normalmente, mantienen acciones durante períodos cortos y cuando la rentabilidad alcanza un 10% la mejor opción siempre es la venta.
Lea además: Los 20 títulos más calientes de la bolsa española de cara al otoño
La pregunta del millón, esa que ahora todos se están haciendo es: ¿soy un “Inny” o un “Outie”? La respuesta es sencilla. Si usted no puede esperar para ponerse a prueba y ver qué personalidad tiene, usted seguramente es un “Inny”. Mientras, si usted está estudiando sus patrones de comportamiento, evaluando sus reacciones antes las diferentes situaciones y reflexionando sobre sus decisiones, sin duda, es usted un “Outie”.
Cualquiera de estos dos tipos inversores puede tener éxito. Simplemente, tiene que ser fiel a lo que realmente es.