JP Morgan avisa: "Los precios del gas seguirán siendo muy altos en el corto plazo"
Preocupa la escalada rusa, que ha cortado el 40% del gas enviado a Alemania
El gas sigue siendo uno de los actores clave en la guerra de Ucrania. Los precios de esta materia prima han subido un 45% en la última semana, siendo la decisión tomada por Gazprom de recortar el 40% del suministro que da Alemania a través del gasoducto Nord Stream la principal impulsora de este repunte. En las últimas semanas, la UE, cuyo plan es reducir la dependencia energética de Rusia, siguió cortando lazos con el país presidido por Putin y ha propuesto racionar este combustible, al tiempo que países como Finlandia, Países Bajos o Polonia han sufrido cortes en el suministro por no acceder a las exigencias rusas de efectuar el pago en rublos.
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Moody's: la propuesta de la UE para eliminar el gas ruso conlleva riesgos y será costosaLa situación, lejos de mejorar, empeora y no tiene visos de que vaya a mejorar en el futuro próximo o eso es lo que creen en JP Morgan. “Pese a que el mercado europeo del gas está en una posición fundamentalmente mejor de lo que muchos habrían esperado a principios de año, ya que las reservas están al 52% de su capacidad, advertimos que los precios del gas a corto plazo pueden seguir siendo muy altos”, señalan desde el banco de inversión estadounidense, al tiempo que indican que la incertidumbre persistirá “hasta que se conozca la respuesta de la UE a esta nueva escalada de la tensión por parte de Rusia”.
En este contexto, la entidad dirigida por Jamie Dimon considera que la danesa Vår, la angloholandesa Shell y la alemana RWE están bien posicionadas. Asimismo, también mejoran su valoración sobre la petrolera estatal noruega Equinor “debido al riesgo macro de precios asimétricos relacionados con los últimos acontecimientos”.
Según señala JP Morgan, el movimiento de rusia pone mayor énfasis en la capacidad de Europa para encontrar vías de suministro alternativas. Así, destacan que Equinor y Vår son las dos compañías con mayor exposición directa (en torno al 35% de la producción), seguidas por Shell “a través del apalancamiento de gas natural licuado (GNL). “Seguimos viendo que la demanda de gas y gas natural licuado está bien respaldada”, apuntan.
Según las estimaciones del banco estadounidense, en torno al 40% de las exportaciones de energía de Rusia (1.500TWh) son hacia Europa, siendo los principales importadores Fortum/Uniper (cerca de 200TWh), Engie (121TWh) y RWE (7,5TWh). Así, señalan, aunque la Unión Europea consiga reducir su consumo de gas para el próximo invierno como tiene previsto, un recorte del gas ruso significaría que la región seguiría teniendo un déficit importante.
“En este caso, el déficit de gas para los consumidores sería responsabilidad del Estado, que daría prioridad a los hogares frente a las industrias no esenciales y, si fuera necesario, podría realizar cortes de gas”, apuntan desde JP Morgan, quienes creen que una intervención estatal en los mercados del gas se traduciría “en una exposición más limitada para las empresas de servicios públicos que la que actualmente fija el mercado”.
Asimismo, la firma neoyorquina destaca el riesgo que este contexto supone para el sector químico e indican que esperan que “las empresas de fertilizantes y otras con una mayor importancia estratégica/económica para las economías regionales, como las empresas de gases industriales y BASF reciban una prioridad en cuanto al suministro de gas”. “Vemos un riesgo para Wacker Chemie, ya que es una de las empresas más expuestas a Alemania/Europa en términos de cuota de volúmenes de producción global, en torno al 67%”, concluyen.