El mercado de las divisas baila al son de la recesión mundial: "El dólar seguirá fuerte"
Los inversores han virado el enfoque de los bancos centrales a la economía
Actualizado : 06:56
El mercado de las divisas cierra una semana de intensa volatilidad, que ha dejado para la historia el momento de la caída del euro a mínimos de 20 años contra el dólar y, lo que es más importante, que ha dejado a la moneda única encarada hacia la paridad con su contraparte estadounidense. La libra no lo ha pasado mejor y ha cedido hasta niveles de precio no vistos desde la pandemia frente al ‘billete verde’. En el ánimo de los operadores se ha instalado el temor a una recesión, por la persistente elevada inflación y el deterioro de algunos indicadores económicos, y eso se traduce, a la postre, en un dólar fuerte.
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Nomura espera una recesión en Europa desde este segundo semestre y durante 2023Esta situación presenta un cambio frente a la tendencia de meses anteriores en que las divisas han cotizado en gran medida en consonancia con la lucha de los bancos centrales contra la inflación, reflejando así las fuertes oscilaciones de los rendimientos relativos. Sin embargo, con los datos macroeconómicos de junio, que han sorprendido predominantemente a la baja, “los mercados han cambiado su enfoque hacia el creciente riesgo de una recesión mundial”, comenta Claudio Wewel, estratega de divisas de J. Safra Sarasin SAM. “Esperamos que el crecimiento mundial se desacelere aún más, el dólar debería seguir fuerte durante más tiempo”, apostilla.
“Quizás estemos ante unos temores un poco exagerados; sin embargo, lo que sí es real es el efecto que este sentimiento tiene en los mercados”, indica por su parte Itsaso Apezteguia, analista de Ebury. Y “el ambiente “risk off” que impera en los mercados, debido a los factores mencionados anteriormente, ha perjudicado al euro”. La moneda europea ha perdido más del 9% en lo que va de año y ha alcanzado prácticamente el cambio 1:1 con el dólar.
Además de la aversión al riesgo y la fortaleza generalizada del dólar, activo refugio por excelencia, la falta de concreción del Banco Central Europeo (BCE) y la falta de prisa por subir los tipos han perjudicado a la divisa. Las actas de la reunión de junio del Consejo de Gobierno del supervisor monetario certifican que el BCE no ve en la prisa por subir los tipos una prioridad ni en acometer incrementos mayores de 25 puntos básicos en junio un hecho que vaya a cambiar las dinámicas inflacionarias.
Además, “la preocupación por una crisis energética en Europa se ha acentuado en los últimos días, y podría suponer una amenaza para la economía de la eurozona, lo que añade una presión adicional a la moneda común”, apostilla Apezteguia, Entretanto, el dólar sigue beneficiándose de su condición de divisa refugio y de la agresividad de la Reserva Federal, que intenta hacer frente a la elevada inflación mediante agresivas subidas de tipos de interés.
Las recesiones también pesan de forma desproporcionada sobre el consumo de bienes duraderos, lo que sitúa a las economías con gran peso del sector manufacturero en relativa desventaja. “En consecuencia, hemos rebajado nuestro objetivo de final de año para el par euro/dólar a 1,05 dólares”, dice Wewel. “La creciente probabilidad de que los flujos de gas procedentes de Rusia sean limitados durante la segunda mitad del año constituye un importante riesgo a la baja para nuestras previsiones”, enfatiza.
LA LIBRA SEGUIRÁ LASTRADA POR LA INCERTIDUMBRE POLÍTICA
Las perspectivas para la libra esterlina son igualmente moderadas. Las incertidumbres políticas constituyen un lastre para la moneda británica y pese a que se vivió un leve rally de alivio tras la noticia de esta semana de la dimisión del primer ministro británico, Boris Johnson, “los vientos en contra derivados de los fundamentos económicos actuales (una pronunciada estanflación y un Banco de Inglaterra menos agresivo que muchos otros) son más dominantes”, apuntan los expertos de Julius Baer.
“No creemos que la política sea un apoyo importante para la libra”, sentencian. “El pronunciado entorno de estanflación (con una previsión de aumento de la inflación por encima del 10% interanual y una marcada desaceleración del crecimiento económico, incluida una contracción en el segundo trimestre), que probablemente hará que el Banco de Inglaterra suba los tipos de interés con menos intensidad y en menor medida que sus homólogos, es un motor mucho más dominante”, opinan.
En otras monedas, el experto de J. Safra Sarasin SAM se muestra optimista con respecto al franco suizo y cree que “debería seguir beneficiándose de su ventaja en materia de inflación, que se mantendrá hasta bien entrado el próximo año”. Es probable que el Banco Nacional Suizo (BNS) permita que su moneda se siga apreciando, dado que ya no considera que el franco esté "muy valorado". “La reciente dinámica de los depósitos a la vista de los bancos sugiere que el BNS no ha intervenido a favor de su moneda en las últimas semanas, por lo tanto, pensamos que, durante el resto del año, el par euro/franco suizo debería cotizar mayormente por debajo de la paridad”, vaticina.
También es positivo con el yen japonés, “que está históricamente barato según múltiples parámetros”. Existen varios factores que podrían invertir la tendencia de debilitamiento del yen, como un posible ajuste del objetivo de rendimiento del Banco de Japón o una ventaja de rendimiento algo menor en EEUU”, redondea Wewel.