UPyD se cita el 30 de noviembre para decidir su futuro, con su antiguo núcleo dirigente desperdigado en Cs, PP y PSOE
Tres listas compiten por dirigir el partido que fundó Rosa Díez y que llegó a sumar más de un millón de votos
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Unión, Progreso y Democracia (UPyD) no tira la toalla y quiere seguir adelante para buscar el espacio del centro político que una vez defendió en el Congreso, mientras, su antiguo núcleo dirigente está desperdigado en PP, PSOE, Ciudadanos o incluso pidiendo el voto en blanco en ausencia de una formación en la que se sientan representados.
UPyD cuenta en la actualidad con alrededor de 800 afiliados que el próximo 30 de noviembre se reunirán en un Congreso Extraordinario para decidir el futuro del partido y renovar su dirección. A esta cita se presentan tres candidaturas con diferentes proyectos, pero ninguna contempla la disolución como propuesta, según han explicado a Europa Press fuentes del partido.
Una de las listas está encabezada por Cristiano Brown, quien lleva ya casi tres años como portavoz de la formación y quiere revalidar el cargo para seguir adelante con el proyecto al considerar que el "centro político" es cada vez más necesario en España y que UPyD tiene todavía un papel importante que jugar en este escenario.
En declaraciones a Europa Press, Brown aboga por "resistir para volver a las instituciones", pero sin renunciar a acuerdos con otros partidos. Así ocurrió en las generales del pasado domingo, donde el portavoz de UPyD ocupó el número 11 en la lista de Ciudadanos liderada por Albert Rivera, y en las europeas de mayo, en las que Maite Pagazaurtundua logró el acta de eurodiputada.
LO QUE QUEDA
Precisamente Maite 'Pagaza' y una decena de concejales repartidos por diferentes municipios españoles son ahora los únicos cargos electos de UPyD, un partido que nació en 2007 de la mano de Rosa Díez y la plataforma civil vasca 'Basta Ya'.
Rosa Díez era entonces eurodiputada del PSOE, pero abandonó las filas socialistas para emprender este nuevo proyecto. En su primera cita electoral en las elecciones generales de 2008 se alzó con un escaño que vivió como un éxito por haber conseguido introducir "una piragua entre dos portaaviones", como definía la propia Díez el espacio abierto en el entonces todavía hegemónico bipartidismo (PSOE y PP sumaron juntos en esos comicios 323 de los 350 escaños del Congreso).
Este apoyo se multiplicó en las generales de 2011, cuando UPyD consiguió cinco diputados superando el millón de votos e incluso se hizo con grupo parlamentario propio en el Congreso. Sin embargo, los siguientes años fueron convulsos para el partido --sobre todo por su frustrada colaboración con Ciudadanos-- y tuvieron como colofón la dimisión de Rosa Díez tras los malos resultados en las autonómicas y municipales de 2015.
La situación no mejoró en las generales de diciembre de ese mismo año, ya con Andrés Herzog como candidato, cuando UPyD cayó a los 155.000 votos y se quedó fuera de un arco parlamentario que contaba en sus filas con las novedades de Podemos y Ciudadanos.
ROSA DÍEZ Y SU NÚMERO DOS, CON EL PP
Cuatro años después, el que fuera 'núcleo duro' de UPyD y sus diputados en el Congreso están lejos de las filas magenta y divididos en sus apoyos políticos. La propia Rosa Díez, que llegó a pedir la disolución del partido para darle un final "digno", sorprendió en la última campaña electoral participando en un mitin del PP y pidiendo el voto para su candidato, Pablo Casado.
También mostró su apoyo a los 'populares' en esta campaña el que fuera 'número dos' de Díez en toda su etapa en UPyD, Carlos Martínez Gorriarán; mientras que Herzog no se ha manifestado abiertamente pero deja ver en las redes sociales que sigue fiel a la línea de su mentora política.
Tras la marcha de Díez, Gorriarán y Herzog, UPyD quedó en 2016 en manos de su diputado en el Parlamento Vasco, Gorka Maneiro. Una vez fuera del partido, Maneiro intentó impulsar una plataforma de izquierda no nacionalista bajo el nombre de 'Ahora' que no logró alzar el vuelo y anunció su disolución el pasado mes de octubre. Desde entonces, Maneiro abogó por el voto en blanco este 10N en "ausencia" de una formación que promueva a la vez la protección de las políticas y derechos sociales y la unidad de España.
PSOE, CIUDADANOS Y SECTOR PRIVADO
El resto de diputados que representaron a UPyD en el Congreso también están actualmente divididos. Irene Lozano ocupa el cargo de secretaria de Estado de España Global en el Ejecutivo en funciones de Pedro Sánchez; Toni Cantó es diputado de Ciudadanos en el Parlamento valenciano; y Álvaro Anchuelo, Rafael Calduch y Julio Lleonart han recuperado sus ocupaciones en la empresa privada y la universidad.
Además, una de las mayores caras visibles de UPyD desde su fundación, aunque nunca ha ocupado un cargo público, ha sido el filósofo Fernando Savater, quien sigue respaldando al partido magenta a la vez que ha pedido el voto para Ciudadanos o apoyado otras plataformas. Una de ellas fue la iniciativa que pedía la Alcaldía de Barcelona para el ex primer ministro francés Manuel Valls, que también tuvo la firma de otro miembro de la dirección de Rosa Díez, David Ortega, en su día portavoz en Madrid capital.