El PP celebra su martes y 13 con un día de retraso entre broncas, dimisiones y polémicas

La jornada de este miércoles del PP es para olvidar. El día ha arrancado con una sorprendente entrevista de Montoro en “El Mundo”, en la que en un impropio rapto de sinceridad el todavía ministro de Hacienda aseguraba que compañeros suyos se avergüenzan de ser del PP y arremetía contra alguno de sus conmilitones, como García Margallo.

A este paso, podrá decirse con propiedad que los populares, sentados en su crónico inmovilismo y perdido por completo su sentido del ridículo, están cavando su propia tumba.

Y al tiempo que se conocía la dimisión de la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, por su error de cálculo con las víctimas del terrorismo, ofendidas porque el PP haya dejado de exigir la condena explícita del terrorismo etarra, la díscola Cayetana Álvarez de Toledo hacía pública una carta en la que aseguraba que ella no iría en las listas del PP con este presidente (Rajoy).

En el Congreso de los Diputados se bordeaba también el esperpento: el PP ha organizado una fiesta-mitin en que el ministro de Sanidad y exportavoz Alfonso Alonso, acompañado de la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría y del portavoz actual Rafael Hernando, recomendaba a los miembros del grupo parlamentario que se sientan "orgullosos" de su labor en esta legislatura y de haber aprobado 100 leyes que han "mejorado España" de arriba a abajo. Por añadidura, al término de esta celebración pintoresca en la que se degustaron “bebidas y canapés”, se proyectaba un vídeo electoral en el que se presenta a España como una mujer muriéndose en una camilla de urgencias en 2011, y que, tras el tratamiento adecuado (a cargo del PP), sale por su propio pie del hospital. Poco después se conocía que la grabación presentada por el partido de Mariano Rajoy es un plagio ya que el vídeo es prácticamente idéntico al que utilizó el Partido de la Liberación Dominicana durante una campaña electoral en 2007.

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LA POLÉMICA POR EL PADRE DEL RAJOY

Y por si fuera poco, “eldiario.es” también ha hecho público que Mariano Rajoy Sobredo, padre del presidente del Gobierno, vive en La Moncloa, donde recibe asistencia y acompañamiento día y noche a cargo de dos personas contratadas por Presidencia; la secretaría del presidente se ha resistido a proporcionar aclaración alguna a la noticia, y se ha limitado a decir que "el presidente se conduce exactamente por los mismos criterios que sus predecesores", como si este argumento fuera garantía de legalidad.

Todo esto ha sucedido horas más tarde de que la comisión europea echara un jarro de agua fría sobre el principal activo de Rajoy, el balance económico, y pocos días después de una encuesta de suficiente prestigio que asegura que PP, PSOE y C’s están empatados con porcentajes de votos algo superiores al 20%, lo que parece excluir la posibilidad de que Rajoy pueda formar gobierno después del 20 de diciembre. Se puede entender la frustración de los populares ante semejante coyuntura, pero no parece que el mejor medio de mejorar las perspectivas sea el que han emprendido. A este paso, podrá decirse con propiedad que los populares, sentados en su crónico inmovilismo y perdido por completo su sentido del ridículo, están cavando su propia tumba.

Antonio Papell

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