Crónica de la muerte del exespía ruso Alexander Litvinenko: Un crimen 'casi' perfecto
La investigación apunta a los colegas con los que se reunió Litvinenko como responsables del crimen
- El exespía y el Gobierno ruso eran viejos enemigos
- Acusó a Putin de pedófilo
- Tuvo que abandonar Rusia en el 2000
Actualizado : 18:48
El 1 de noviembre de 2006 el exespía Alexander Litvinenko quedó con sus colegas rusos Andrei Lugovoi y Dmitry Kovtun para hablar de negocios en el el londinense Hotel Millenium. A las pocas horas del encuentro comenzó a sentirse mal; dos días después fue ingresado y tras 20 días de lucha murió con sus órganos completamente destrozados. ¿La causa? No hay duda, envenemaiento por polonio-210.
Desde su ingreso en el hospital, tanto el exespía como su mujer, Marina Litvinenko, lo tuvieron claro y apuntaron al Gobierno ruso como causante del envenenamiento. Para ellos, solo era cuestión que se colocaran las piezas del puzzle de la manera correcta.
A pesar de que en un principio parecía difícil probar la causa de la muerte de Litvinenko, las investigaciones puestas en marcha por Reino Unido determinaron que la la muerte del exespía apuntaba directamente a Rusia: un veneno que únicamente se fabrica en la planta de Sarov, el polonio-210, fue el causante de la muerte.
LOS MOTIVOS
En 2006 Litvinenko escribió un artículo en el que acusaba al presidente Putin de pedofilia a raíz de un vídeo en el que el presidente ruso besaba el estómago de un niño
Según señala la BBC en una crónica de lo sucedido en torno a la muerte de Litvinenko, el exespía se había ganado a pulso su enemistad con el Gobierno ruso que ya había tratado de encarcelarlo acusado de asalto y robo de explosivos. Unas acusaciones que Litvinenko negó pero que hicieron que tanto él como su familia acabaran por huir del país en 2000 hasta Reino Unido.
Allí, el exespía trabajó como consultor de seguridad para accionistas que querían invertir en Rusia y colaboró con el servicio secreto británico pasando información relativa a su país.
Pero lo cierto es que Litvinenko, aún en la distancia, nunca dejó de estar en el punto de mira de Rusia. Se había ganado a pulso la enemistad con el Gobierno de Putin.
En septiembre de 1999 el exespía coescribió "Rusia dinamitada", un libro en el que aseguraba que el Gobierno ruso fue el verdadero responsable del ataque terrorista en el que murieron cientos de personas en Moscú. Litvinenko afirmaba que Rusia echó la culpa a los chechenos con el objetivo de iniciar una nueva guerra.
Años después, en 2006, escribió un artículo en el que acusaba al presidente Putin de pedofilia a raíz de un vídeo en el que el presidente ruso besaba el estómago de un niño. "No había nada detrás". "Era muy tierno. Sólo quise abrazarlo. Como a un gatito. Y resultó en ese gesto", aseguró el mandatario a la BBC.
LOS SOSPECHOSOS
Los sospechosos dejaron a su paso un rastro inconfundible, el del polonio- 2010, que supuestamente vertieron en el té de Litvinenko
Las investigaciones que durante los últimos años llevó a cabo Reino Unido señalan a los colegas rusos con los que quedó Litvinenko aquel día como responsables de su muerte. A su paso dejaron un rastro inconfundible, el del polonio- 2010, que supuestamente vertieron en el té que ese fatídico 1 de noviembre pidió Litvinenko.
Los sospechosos por su parte niegan su implicación en los hechos. No obstante, su buena relación con Putin es innegable. Según BBC, Andrei Lugovoy desde 2007 es parlamentario, por lo que goza de inmunidad para ser juzgado, año en el que fue condecodaro por sus servicios a la patria. Además, en la actualidad presenta un programa en televisión un programa llamado 'Traidores'.
Dmitry Kovtun trabaja como asesor de negocios en Rusia y asegura que las autoridades de su país le han negado el permiso para salir del país y declarar en la causa abierta que investiga la muerte de Litvinenko.
EL DESENLACE
Desde que su marido fue asesinado, Marina Litivinenko inició su particular cruzada para que los culpables del asesinato de Alexander fueran castigados. Así, en 2014, ocho años después de su muerte, Robert Owen, jefe de la investigación, apuntaba finalmente al Estado ruso como responsable de la muerte del exespía. El Gobierno ruso, al igual que los principales sospechosos, niega toda implicación en el caso.
Aunque el final de la historia de la muerte de Litivinenko está cerca, para conocer el desenlace habrá que esperar hasta finales de 2015, momento en el que se publicarán los resultados de la investigación.
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