¿Compensa tener un coche eléctrico? Esto es lo que cuesta cargarlo

Los vehículos eléctricos cada vez están más presentes en las ciudades, ganando terreno a los coches con motores de diésel o gasolina. Este tipo de automóviles se anuncian destacando su energía limpia y su respeto por el medio ambiente, además de ser más económicos. Sin embargo, la mayoría de la población puede desconocer cuánto cuesta en realidad cargar un coche de estos.

Existen dos opciones de carga: las estaciones que podemos encontrar por las ciudades o en determinados establecimientos, o hacerlo en el garaje de casa. El coste y el tiempo empleado varían en función del lugar donde se haga, del mismo modo que dependen del modelo de coche.

Así, teniendo en cuenta la tarificación, cargar un vehículo eléctrico para recorrer 200 kilómetros costaría algo más de 4,5 euros. Esto, calculando que al día podemos hacer una media de 40 kilómetros, el coste mensual se quedaría al borde de los 18,5 euros. Hay que tener en cuenta que si en casa tenemos contratado una tarifa con discriminación horaria, el coste puede oscilar entre los 2,3 euros y los 5,5 euros. Esto, si optamos por una carga lenta. Si por el contrario aumentamos la potencia para que la carga del vehículo sea más rápida, el coste supondrá 10 euros más al mes.

Si elegimos hacerlo fuera de casa, conviene buscar aquellos lugares en los que ofrecen la posibilidad de carga gratuita. Por ejemplo, muchos centros comerciales y hoteles dan este servicio a sus clientes.

Con el auge del coche eléctrico, ya son varias las compañías que ofrecen planes especiales para que los propietarios puedan realizar la carga de su coche en casa con la mejor tarifa posible. Generalmente, estos planes suelen ofrecer condiciones ventajosas durante las horas nocturnas y en ocasiones llevar incluido en la cuota mensual el coste de la instalación del equipo de recarga.

En definitiva, y como norma general, siempre será más asequible recargar el coche eléctrico en el hogar que fuera. Aunque, en ambos casos, resultará más barato que llenar un depósito de combustible. A esto, hay que sumar otras ventajas como que no tienen ningún tipo de restricción para circular por las ciudades.

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