"Hay razones de peso para ser prudentes a la hora de invertir en renta variable"
Los inversores siguen llamando a la cautela pese a que las bolsas están aguantando bien
Aunque las bolsas están aguantando muy bien, subiendo y recibiendo con suma alegría las buenas noticias -como el IPC de octubre en EEUU, mejor lo esperado, o la decisión de China de relajar las medidas anti-Covid-, lo cierto es que siguen proliferando las voces que piden prudencia a los inversores porque el mercado continúa siendo bajista y porque el complicado contexto persiste.
"Mientras las perspectivas de futuro sean tan borrosas como ahora, hay razones de peso para ser prudentes a la hora de invertir en renta variable, sobre todo porque la fuerte subida de los tipos de interés ha convertido a determinados bonos en alternativas serias", escriben Björn Jesch y Christoph Schmidt, estrategas de DWS.
"Esperamos que los beneficios de las empresas sigan bajo presión, con un crecimiento cero para 2023"
Desde la firma alemana enumeran todos los problemas actuales -la guerra, las presiones inflacionistas, la actuación de los bancos centrales, la ralentización económica de China... - y precisan que los valores de los sectores de tecnología (como demuestra el hundimiento de las grandes tecnológicas estadounidenses), las comunicaciones y el comercio electrónico, que son muy sensibles a los movimientos de tipos, corren un riesgo especial.
"Además, esperamos que los beneficios de las empresas sigan bajo presión, con un crecimiento cero para 2023", comentan.
En este sentido, advierten de que los tiempos en que muchas empresas eran capaces de impulsar precios más altos y, en parte, márgenes aún más elevados, deberían desaparecer durante un periodo. "Por lo tanto, la precaución sigue estando a la orden del día para los inversores en acciones. Seguimos siendo positivos con los valores defensivos del sector sanitario, aunque están lejos de estar baratos en términos absolutos", explican.
BASTANTE IMPROBABLE QUE SE FRENEN LAS ALZAS DE TIPOS
Jesch y Schmidt consideran bastante improbable que los bancos centrales terminen su ciclo de subidas de tipos a corto plazo pese al último dato de inflación en EEUU publicado el pasado jueves. El IPC se situó en octubre en el 7,7% en tasa interanual, frente al 8,2% registrado en septiembre. En lo que respecta a la inflación subyacente, quedó en el 6,3% en tasa interanual, mejorando ligeramente el dato de agosto (6,6%) y las previsiones del consenso.
Estos economistas recuerdan las últimas declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), y de Christine Lagarde, presidenta de Banco Central Europeo (BCE), y consideran que no dejan lugar a dudas sobre la persistencia de sus planes.
"No obstante, sí crecemos de las subidas de tipos provocarán una recesión modesta. Esta es la buena noticia", afirma Björn Jesch. La mala noticia, añade, es que el crecimiento en la era posterior a la crisis podría ser "significativamente más débil durante un período más largo que en el pasado". Esto se debe a los numerosos interrogantes con respecto a motores hasta ahora muy fiables, como la globalización y el rápido crecimiento de la economía china, detalla.
Los mercados de valores se enfrentan a un entorno difícil. Apenas hay margen para que los beneficios suban el próximo año, insiste este experto. "Por otro lado, los bonos, y en particular los bonos corporativos, han vuelto a ser una alternativa seria a la renta variable. Pero una cosa es segura: siempre hay que vigilar los riesgos geopolíticos", concluye Jesch.