El oro cae tras la Fed, pero Julius Baer cree que se ha abierto una "oportunidad de compra"
"Las compras de oro de los bancos centrales son la fuerza estructural más fuerte", señalan
El oro cotiza con pérdidas moderadas tras la última decisión de política monetaria de la Reserva Federal (Fed). El organismo ha bajado los tipos de interés, pero ha reducido su previsión de recortes para el año que viene y ha aumentado sus previsiones de inflación para los próximos 12 meses.
"El ritmo más lento de bajadas para el año que viene refleja tanto las lecturas de inflación más altas que hemos tenido este año como la previsión de que la inflación será más alta. Nos vemos todavía en posición de recortar. Hemos hecho mucho por apoyar la actividad económica al recortar 100 puntos básicos, y apoyo esa decisión y creo que era la correcta. Nos movimos muy rápido para llegar aquí, a partir de ahora nos moveremos más despacio", ha destacado Jerome Powell, presidente de la Fed.
Los mercados ahora esperan que la Fed mantenga sin cambios su tasa de referencia durante la reunión del 28-29 de enero. Tasas más altas reducen el atractivo de mantener activos que no generan rendimientos, como es el caso del oro y de otras materias primas.
"Estas declaraciones indican que la Fed continuará con su política monetaria agresiva en el futuro próximo. Por lo tanto, veo esto como un factor negativo para el oro a corto plazo, ya que las tasas de interés altas continúan presionando a los activos sin rendimiento como el oro. En última instancia, si la Fed mantiene su postura agresiva, es probable que la presión sobre los precios del oro persista frente a los movimientos del dólar", explica Rania Gule, analista sénior de mercados de XS.com.
Sin embargo, los analistas son más optimistas de cara al futuro. En un reciente informe, Carsten Menke, jefe de Investigación Next Generation del banco helvético, señala que se están dando las condiciones para que el oro consiga cerrar con buena nota un año "extraordinario" y viva otros doce meses iguales o mejores… y para que los inversores que sepan jugar sus bazas se aprovechen de ello.
"Subiendo y bajando en la montaña rusa navideña, los precios del oro cayeron hasta un 2.5% desde el máximo del miércoles. Recuperaron algo del terreno perdido en las primeras operaciones del jueves tras un llamado del presidente electo Trump para bloquear un acuerdo de financiación que amenaza con un cierre del gobierno de Estados Unidos", apunta.
En retrospectiva, señala Menke, tales cierres "nunca han tenido un impacto duradero" en esta materia prima, ya que se tratan "principalmente de juegos de poder político, generando más ruido que noticias para los mercados financieros en general".
"La declaración de la Reserva Federal sirve como un recordatorio contundente de que el oro no es un refugio contra la inflación por sí mismo, aunque goza de esta reputación. No protege contra la 'buena inflación', derivada de una economía fuerte, como ocurre en EEUU, la cual es contrarrestada por una política monetaria más restrictiva. En contraste, el oro sí protege contra la 'mala inflación', relacionada con políticas fiscales y monetarias irresponsables que conducen a una pérdida fundamental de confianza en una moneda y a una devaluación masiva", subraya.
Por ello, si bien el panorama económico "a corto y mediano plazo" en EEUU que podría traer "más vientos en contra que a favor" para el oro, a largo plazo la situación cambia. Principalmente porque los riesgos potenciales relacionados con las políticas de Trump y la reanudación de las compras de oro por parte de los bancos centrales deberían impulsar nuevamente los precios al alza.
"Consideramos que las compras de oro de los bancos centrales son la fuerza estructural más fuerte en el mercado del oro, no solo en 2025, sino más allá. Por lo tanto, los retrocesos a corto plazo deben considerarse oportunidades de compra a largo plazo", sentencia el experto de Julius Baer.