Economía.- El Banco de España avisa de que la tensión en Oriente Próximo eleva el riesgo para la estabilidad financiera

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Europa Press | 30 oct, 2023

MADRID, 30 (EUROPA PRESS)

El Banco de España ha alertado de que los riesgos para la estabilidad financiera derivados de las tensiones geopolíticas han aumentado por la aparición del nuevo foco de tensión en Oriente Próximo, en relación al conflicto entre Israel y Hamás, según se recoge en el Informe de Estabilidad Financiera que ha publicado este lunes.

El supervisor señala que las tensiones geopolíticas continúan planteando "riesgos elevados" para la estabilidad financiera, puesto que siguen teniendo el potencial de afectar de forma adversa a las cadenas globales de valor, fundamentalmente a través del comercio de energía y otras materias primas, y de contribuir a descensos abruptos de los precios de activos financieros con riesgo.

Así, indica que la guerra de Ucrania, iniciada en 2022, y la reciente escalada de tensión en Oriente Próximo constituyen las principales fuentes de incertidumbre, aunque los riesgos geopolíticos tienen un alcance global y también observa mayores tensiones en África y en la zona de Asia-Pacífico.

"En el área de Latinoamérica, de especial relevancia para la actividad de los bancos españoles, se aprecian también algunas señales de inestabilidad política", apostilla.

CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y GAZA

Sobre el conflicto específico entre Israel y Hamás, iniciado el pasado 7 de octubre, el Banco de España señala que puede tener un impacto "importante" sobre la economía mundial, que se manifestaría a través de diversos canales comerciales y financieros, especialmente en los mercados energéticos de petróleo y gas, tal y como ha sucedido en otros episodios anteriores, como las crisis de los años 70.

Sin embargo, otros eventos más recientes han tenido un carácter "más transitorio", lo que depende de la incidencia de factores mitigantes, como la capacidad excedentaria de otros países productores o el recurso a 'stocks' y reservas estratégicas.

En este caso, señala que las tensiones no han afectado a la producción de petróleo y apenas a la de gas natural, de modo que el impacto inmediato en los precios ha sido "relativamente limitado", de unos seis dólares por barril de petróleo Brent --de referencia en Europa-- y unos diez euros por megavatio hora (MWh) en el caso del gas.

Sin embargo, los efectos "serán tanto más disruptivos cuanto más se extienda el conflicto, en particular si se vieran involucrados otros países exportadores de esas materias primas energéticas de la región o se produjesen disrupciones importantes a las principales rutas de distribución", explica.

Señala un escenario "especialmente preocupante" que sería el bloqueo de corredores estratégicos, como el tránsito marítimo por el estrecho de Ormuz, por el que circula alrededor de un 20% de la oferta mundial de petróleo y en torno a un 25% de la de gas natural licuado.

"Ello tendría un impacto directo en las importaciones energéticas que realizan la Unión Europea (UE) y España desde Oriente Próximo, que suponen alrededor de un 10% del total. Aunque se pudiera recurrir a importar esos productos de otros países, los efectos se harían sentir a través de un aumento de los precios de esas materias primas energéticas, en particular del petróleo, cuyo mercado está más integrado globalmente", explica.

IMPACTO EN LOS MERCADOS FINANCIEROS

El Banco de España indica que los mercados financieros internacionales han reaccionado "de forma mucho más contenida" en los diez días posteriores al comienzo del conflicto entre Israel y Hamás de lo que lo hicieron en el mismo período después de la invasión rusa de Ucrania. De hecho, esta última tuvo un impacto "más generalizado y pronunciado", y se mantuvo más allá de los primeros diez días de análisis, en particular en los mercados europeos.

A esto habría contribuido que los aumentos de los precios de la energía hayan sido moderados, y, en particular, inferiores a los observados tras el inicio del conflicto ruso-ucraniano.

Además, las rentabilidades de los bonos soberanos a diez años de Estados Unidos, Alemania y España cayeron en los primeros días del conflicto entre Israel y Hamás, aunque gran parte de esas caídas se han revertido en ese mismo plazo, principalmente en Estados Unidos. "Esto implicaría que los inversores no han revisado de forma significativa, a raíz del conflicto, sus expectativas de la senda futura de tipos de interés o buscado con intensidad valores refugio", explica.

El Banco de España sugiere, tras realizar un análisis histórico del conflicto, "cierta cautela" en la evaluación del potencial impacto económico y financiero que puede tener el conflicto actual entre Israel y Hamás a corto plazo.

"Por una parte, existen escenarios de escaso o nulo impacto, y el simple hecho de un inicio de conflicto en Oriente Próximo no implica certeza sobre la senda de evolución de los precios de la energía o los activos financieros. Por ejemplo, hay distintos ejemplos históricos en los que el inicio de un conflicto no ha sido obstáculo para que se produzcan bajadas del precio de petróleo en meses posteriores", explica.

"Sin embargo, esta experiencia histórica señala también que pueden darse, en función de la escalada que se produzca, fuertes disrupciones en el valor de los activos financieros o del precio del petróleo. Estas aparecen asociadas a aquellos conflictos más destacados por la mayor incertidumbre que implicaban sobre los equilibrios geopolíticos internacionales", concluye.

AVERSIÓN AL CRÉDITO

En el contexto de elevada inflación, crecimiento económico débil y el impacto de esta coyuntura sobre los hogares, el Banco de España ha incluido, entre las potenciales vulnerabilidad, el incremento de la aversión al riesgo por parte de los agentes económicos que conlleve un endurecimiento de los costes de financiación y reduzca la actividad al "posponer o reducir los agentes sus planes de consumo o inversión" por precaución.

Esta mayor aversión al riesgo podría ser consecuencia de la reducción de los recursos disponibles para afrontar pérdidas financieras o una percepción "más negativa" de la evolución económica.

En esta ocasión, el Banco de España ha excluido de la lista de vulnerabilidades la acumulación de desequilibrios inmobiliarios, de los que se observó alguna señal incipiente en 2022.

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