El BoJ mantiene los tipos pero flexibiliza más el control de la curva de rendimientos

El Banco de Japón (BoJ, por sus siglas en inglés) ha finalizado este martes su reunión de dos días de política monetaria. En ella ha decidido mantener los tipos de interés a corto plazo sin cambios, en el -0,1%, incluso a pesar de que la inflación básica en el país ha superado el objetivo del 2% durante 18 meses consecutivos.

También ha acordado aumentar la flexibilidad en el control de la curva de rendimiento, de forma que el nivel objetivo de bono a 10 años se mantendrá en el 0%, pero tomará el límite superior del 1% "como referencia".

Cabe recordar que el pasado mes de julio el Banco de Japón amplió efectivamente su banda objetivo de rendimiento para el bono a 10 años en 50 puntos básicos hasta el 1% en ambos lados. Sin embargo, el banco indicó que se comprometerá a permitir que los rendimientos fluctúen en el rango de alrededor de más y menos 0,5 puntos porcentuales desde su nivel objetivo del 0% que se instituyó en diciembre pasado.

El banco central ha aprobado la flexibilización del control de la curva de rendimiento en una votación que se ha saldado por 8 a 1, según ha detallado la institución en un comunicado, en el que ha dicho que existen "incertidumbres extremadamente altas" en torno a las economías y los mercados financieros nacionales y extranjeros, por lo que ve "apropiado" aumentar la flexibilidad en la política de control de la curva de rendimiento.

En él, el BoJ también ha explicado que se han elevado las perspectivas de inflación respecto a las proyecciones de julio, de forma que ahora estima que el IPC subyacente (que excluye los precios de los alimentos) sea del 2,8% para el año fiscal 2023, desde el 2,5% anterior, y también ha incrementado su pronóstico al 2,8% y 1,7%, respectivamente, para los años fiscales 2024 y 2025.

La previsión anterior era del 1,9% para 2024 y del 1,6% para 2025, y el año fiscal de Japón va de abril a marzo.

Tras la decisión el BoJ, las acciones japonesas han terminado al alza. En concreto, el Nikkei 225 ha revertido las pérdidas que venía registrando para cerrar con un alza del 0,53% hasta los 30.858,85 puntos, mientras que el Topix ha cerrado con un alza del 1,01% hasta los 2.253,72 enteros.

En el país nipón se han publicado también las ventas minoristas de septiembre, que aumentaron un 5,8% interanual. Es una expansión más lenta en comparación con el crecimiento del 7% observado en agosto, y también se sitúa ligeramente por debajo del 5,9% que esperaba el consenso, pero eso no ha mermado el optimismo inversor.

Sí lo han hecho, en cambio, los otros datos macroeconómicos que se han conocido en la región Asia-Pacífico, y que han provocado un cierre mixto en el resto de bolsas. Lo que más ha pesado en el sentimiento ha sido la contracción inesperada de la actividad manufacturera de China en octubre, que se situó en el 49,5, frente al 50,2 que esperaba el consenso de analistas.

El Kospi de Corea del Sur ha perdido un 1,41% y ha cerrado en 2.277,99 puntos, mientras que el Kosdaq ha caído un 2,78% hasta los 736,10 enteros.

El índice Hang Seng de Hong Kong se ha dejado un 1,69%, y el índice CSI 300 de China continental ha perdido un 0,31%, rompiendo una racha ganadora de cinco días y terminando en 3.572,5 puntos.

En Australia, el S&P/ASX 200 se ha desmarcado con un alza del 0,12% hasta los 6.780,7 puntos.