Los dos escenarios para las tarjetas revolving cuando el Tribunal Supremo dicte sentencia

La decisión que tomen en el Alto Tribunal creará jurisprudencia y marcará el futuro de estos créditos

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Bolsamania | 27 feb, 2020

Actualizado : 10:01

Desde este miércoles el Tribunal Supremo debate sobre la decisión de determinar si las tarjetas revolving son usura o no y si gozan de la adecuada transparencia. A la espera de que se conozca la sentencia definitiva, se abren dos escenarios en función de si sale favorable para la banca o de si se da la razón al consumidor. Aunque desde diversos sectores se espera que sea a priori positiva para los consumidores, podría tener también tener efectos negativos para los particulares.

Si sale favorable para el consumidor, es decir, si el Alto Tribunal considera que pueden clasificarse como usura, podría abrir la puerta a reclamaciones en masa por parte de los afectados, algo que costaría millones a la banca. Incluso es probable que se cambie la forma en la que estos productos se conceden, así como sus características, rebajando los intereses o limitando los plazos de reembolso, como explican desde el comparador financiero HelpMyCash.

Sin embargo, una decisión en este sentido no significa de por sí una buena noticia para los clientes, puesto que si la rentabilidad de las tarjetas revolving ya no compensa los riesgos que asumen los bancos al emitirlas, es posible que las entidades cancelen muchos contratos de tarjetas de crédito o rebajen los límites de crédito actuales.

También consideran que es posible que para compensar la bajada de rentabilidad de estos productos se comiencen a cobrar comisiones sobre las tarjetas y otros productos bancarios. Asimismo, se endurecerán las condiciones para acceder a este tipo de productos, por lo que solamente personas con un buen perfil financiero podrán acceder a este método de financiación.

El otro escenario tendrá lugar si el Tribunal Supremo decide sentenciar a favor de las entidades. En un principio, creará desconcierto al no seguir lo que han fallado antiguas sentencias. Después, la banca podría tomar medidas con el objetivo de cubrirse las espaldas ante reclamaciones futuras haciendo cambios en las características de estas tarjetas, así como en la comunicación en la contratación.

Este tipo de financiación lleva varios años en el centro del huracán de las reclamaciones. La Ley de Usura determina como nulo cualquier contrato de préstamo, extensible a un crédito, en que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y desproporcionado, habiendo motivos para estimar que ha sido aceptado por el prestatario a causa de una situación angustiosa, de su inexperiencia o de lo limitado de sus facultades mentales. Las tarjetas revolving pueden llegar a tener unos intereses por encima del 25%, cuando el de los créditos al consumo se sitúa, de media, en el 7,5%. De hecho, el Tribunal Supremo ya sentenció hace unos años que eran abusivos al declararlos "notablemente superiores" y "manifiestamente desproporcionados". Pero no es lo único: la falta de información y el desconocimiento es otro de los factores que incluyen las reclamaciones.

"La mayoría de las personas no sabe que está pagando estos intereses desorbitados y se da cuenta tiempo después" debido a que "al aplazar los pagos en 'cómodas cuotas' están pagando dos o tres veces el préstamo principal y, para cuando toman cartas en el asunto, se dan cuenta de que no solo han pagado mucho más de lo prestado sino que aún les queda mucho dinero pendiente de devolver", explican en la plataforma de abogados Reclama por mí. "Por mucho que pago parece que el crédito nunca termina" es la frase más repetida por las personas afectadas por este tipo de financiación, añaden.

¿QUÉ SON LAS TARJETAS REVOLVING?

Se trata de una modalidad mediante la que las entidades conceden créditos. Su principal característica es que permite el cobro aplazado mediante cuotas que pueden variar en función del uso que se haga y de los abonos que se realicen en la cuenta de crédito asociada. Las cuantías de las cuotas que el titular de la tarjeta abona de forma periódica vuelven a formar parte del crédito disponible, por lo que constituye un crédito que se renueva de manera automática a su vencimiento mensual, de tal forma que en realidad es un préstamo rotativo equiparable a una línea de crédito permanente, según explica el Banco de España.

Su peculiaridad está en que la deuda derivada del crédito se va renovando mensualmente: disminuye con el pago de las cuotas, que genera así un nuevo disponible, pero aumenta mediante el uso de la tarjeta, así como con los intereses, las comisiones y otros gastos generados, que se financian conjuntamente. En definitiva, una auténtica bola de nieve ya que, al ir renovándose, el cliente nunca termina de pagar capital e intereses.

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