Sánchez juega su última carta para que el Fondo de la UE no nazca bajo otra 'troika'

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tenido que superar a toda prisa el revés de la semana pasada, cuando la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicoa, Nadia Calviño, perdió carrera por al presidencia del Eurogrupo, lo que allanaba el camino para las pretensiones españolas y de los países del sur para el Fondo de Recuperación de la Unión Europea (UE) y el presupuesto plurianual del bloque. Con la ministra española fuera de la ecuación, el jefe del Gobierno se ha empleado a fondo en su gira europea de esta semana, que ha empezado el lunes en La Haya y seguirá el martes en Alemania y el miércoles en Suecia, para lograr que los países del norte cedan en sus estrictas exigencias para los beneficiarios de las ayudas comunitarias. Le acompaña el primer ministro portugués, Antonio Costa.

España será previsiblemente el segundo país más beneficiado, tras Italia, en el reparto del fondo, que son, además, los dos estados miembros más afectados por la pandemia. El Gobierno busca que la mayor parte de lo que perciba España sea a través de ayudas directas, un punto en el que choca con los llamados cuatro frugales -Holanda, Suecia, Austria y Dinamarca-, que prefieren préstamos e imponer condiciones fiscales a cambio de los fondos. Son reacios también a la cantidad del fondo, 750.000 millones de euros, y a la proporción del mismo para su distribución, 500.000 millones se repartirían en subvenciones directas y 250.000 millones serán en forma de préstamos. Estas condiciones han sido refrendadas por la Comisión Europea y por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

El encuentro con el primer ministro holandés, Mark Rutte, no ha ido bien y ha pedido a Pedro Sánchez “buscar una solución dentro de España” a la crisis, adelantando así que el acuerdo para aprobar el Fondo de Recuperación europeo “no va a ser nada fácil”.

La línea roja del Gobierno de Sánchez está en un acuerdo que contenga estrictas condiciones que conlleven la repetición de una 'troika' o que permitan vetos por parte de un solo Estado miembro a los planes de cualquier otro. Y el mensaje trasladado a La Haya y a Estocolmo es claro: el de exponer a los "frugales" que a ellos también les interesa este acuerdo.

Como han recalcado fuentes del Gobierno, recogidas por 'Efe', Sánchez les advertirá del riesgo que también ellos corren si la recuperación de la UE es asimétrica y deja a otros países atrás, porque supondría una fragmentación del mercado interior, del que los 'frugales' también se benefician, y lo debilitaría aún más de lo que ya está. Pero además, España recuerda que el acuerdo ayudaría a mantener la estabilidad financiera actual -las primas de riesgo han bajado y las bolsas han subido ante la expectativa del acuerdo- que no se puede poner en peligro.

El líder socialista tampoco apoyará que el proceso se retrase o sea poco eficiente y no garantice un reparto rápido de las ayudas. De hecho, ha insistido una y otra vez, por eso, en que julio debe ser el mes del acuerdo, porque los países no pueden esperar más. En Moncloa apuestan por que sea ya en este Consejo del viernes y sábado próximos, aunque haya que alargarlo al domingo, y no se tenga que esperar a una cumbre extraordinaria sobre la que ya se especula para finales de mes.

DÓNDE CEDERÁ SÁNCHEZ

Según recogen algunos medios, el Gobierno de Sánchez está dispuesto a aceptar que el Consejo Europeo supervise los planes de reformas de los países e incluso que los apruebe con mayoría cualificada, pero nunca por unanimidad.

Según la propuesta de la Comisión Europea, a España le corresponderían más de 140.000 millones de euros del fondo, aunque dicha cantidad puede variar si salen adelante los cambios propuestos por el presidente del Consejo, Charles Michel. La idea que llevará Michel a la mesa del Consejo el día 17 es mantener el montante total del fondo aunque con un mayor control de los estados miembros, y plantea reducir en un 2% el presupuesto plurianual (2021-2027).