Viaje a Roma: la Ciudad Eterna, en un fin de semana
La ciudad de Roma es el inicio de uno de los imperios más fuertes de toda la Historia
- El Trastevere, uno de los barrios más de moda en Roma
- El Panteón y el Vaticano, citas ineludibles
Uno de los sitios que están marcados en rojo para los amantes de los viajes es Roma. La ‘Ciudad Eterna’ es el inicio de buena parte de la cultura española y europea y posee un valor arquitectónico infinito.
21 de abril de 753 a. C. Una de las ciudades más importantes del mundo se pone en pie. Decenas de emperadores quisieron hacer de ella una verdadera joya. Y lo consiguieron. Es difícil encontrar por Europa y por el mundo un lugar en el que a cada paso en el que se da es digno de contemplar. La arquitectura, la gastronomía y el clima son el combinado perfecto para dejarse caer por la capital de Italia.
El metabuscador Skyscanner ofrece vuelos desde Madrid hasta Roma por 160 euros el tercer fin de semana de septiembre. Con salida a las 12:05 del viernes, la llegada es a las 14:30 horas en el aeropuerto de Fiumicino. La vuelta el domingo está programada a media mañana con llegada a Madrid a las 13:40. En cuanto a la pernoctación, el mismo site ofrece hoteles a menos de 500 metros del centro de Roma por 75 euros las dos noches.
Con las maletas cargadas de zapato cómodo para moverse por Roma, lo ideal es comenzar el viernes por el Foro Romano. A diferencia que en el resto de Europa, el transporte público es la mejor opción debido a que el tráfico en la capital italiana es caótico. Aunque la recomendación, en este caso es poder hacerse el tour por Roma caminando. Así pues, el Foro Romano es el inicio de uno de los recorridos más impresionantes en Europa. Este lugar era el centro neurálgico para la vida de los romanos. Allí, tenían cabida el comercio, los negocios, la religión, la justicia o la religión. A pesar de la Segunda Guerra Mundial, Roma sigue manteniendo buen aspecto y los principales edificios se encuentran en buen estado.
El Coliseo es el símbolo de la eternidad de Roma y se levanta en pleno corazón de la ciudad
A escasos metros se encuentra uno de los monumentos que se encuadran dentro de Las Siete Maravillas: el Coliseo. El lugar donde gladiadores se batían en duelo para regocijo de cien mil personas y donde los emperadores disfrutaban con las peleas entre personas y animales. El símbolo de la eternidad de Roma se levanta en pleno corazón de la ciudad. Fue el emperador Vespasiano el que lo hizo construir en el estanque de Nerón para borrar del mapa la memoria del antiguo emperador. Es recomendable visitar la zona exterior como la interior. Por ser residente europeo existen descuentos y por 7,5 euros hay acceso al Coliseo y al Foro Romano.
Una vez abandonada la zona del Coliseo, seguir caminando en dirección sureste es la mejor opción. A escaso kilómetro se aposenta uno de los monumentos más llamativos de la ciudad. Si todos los caminos llevan a Roma, todas las principales avenidas romanas desembarcan en este lugar y se convierte en uno de los principales puntos de tráfico. Está presidida por una enorme estatua ecuestre de Emanuele II en el que se honra la reunificación italiana. La plaza está semicerrada por el Palazzo di Veneccia lo que hace que le de un aspecto aún más espectacular.
TARDE PARA EL TRASTEVERE
Es la hora de comer. Caminando del Palazzo di Veneccia hasta uno de los barrios con más solera de Roma se tarda unos 30 minutos. El Trastevere se ha convertido en uno de los lugares santos para perderse por sus cientos de calles en el que las cafeterías, los bares y los comercios artesanales. Pero antes de adentrarse toda la tarde por el enjambre de calles la gran recomendación es almorzar en ‘Pizza Menta’, uno de los mejores restaurantes de la capital italiana para comer el plato estrella de la gastronomía trasalplina.
Una vez pasada la tarde en el Trastevere, es buen momento para ver iluminada la Piazza del Popolo. Situada al comienzo de la Vía Flaminia y era una de las entradas que accedía a Roma. En esta plaza se encuentra el obelisco egipcio de 24 metros dedicado a Ramses II. Además, se puede visitar las iglesias de Santa María dei Miracoli y Santa María de Montesanto. Las mejores vistas de la plaza se obtienen desde los Jardines del Pincio, subiendo por las escaleras de su parte este.
SÁBADO PARA EL VATICANO
Tras haber descansado el sábado lo suficiente después de haberse pateado Roma. Toca visitar al país más pequeño del mundo: El Vaticano. La ciudad donde duerme la máxima autoridad religiosa cristiana bien merece adentrarse toda la mañana. La Basílica de San Pedro, la Necrópilis Vaticana o la propia Plaza de San Pedro son algunos de los monumentos que hay que visitar.Y como no, La Capilla Sixtina es uno de los puntos clave de la visita de la Ciudad del Vaticano.
Después de comer, la siguiente parada es visitar el Panteón. Es uno de los edificios má conservados de Roma. El Panteón constituye una de las cumbres de la arquitectura romana, perfecto en el equilibrio y armonía de sus formas y en su imponente construcción con el mítico agujero en el centro del monumento. A escasos metros es obligatorio tomarse un buen café italiano en la Tazza D’ Oro, donde ponen los mejores expressos de la ciudad.
La Fontana di Trevi espera a escasos minutos del Panteón. Una de las fuentes más monumentales es visitada por millones de personas al año. No se olviden de echar una moneda de espaldas para volver a Italia. Los últimos coletazos del fin de semana antes de embarcarse el domingo por la mañana pasan por la Plaza de España y la de Neptuno. En el Ristorante Tre Scalini sirven uno de los mejores espaguetis a la carbonara del mundo.