Scranton, vinculado a la familia Grifols, llega a un acuerdo para refinanciar su deuda

El acuerdo contempla la refinanciación de 377 millones de la deuda de Scranton Plasma

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Bolsamania | 03 jul, 2024

Actualizado : 12:46

Scranton Enterprises, el vehículo inversor vinculado a la familia Grifols, habría llegado a un acuerdo con un inversor privado para refinanciar parte de la deuda de una de sus filiales. En total, el acuerdo contempla la refinanciación de hasta 377 millones de euros de deuda que vencían este mismo verano.

Según ha informado la agencia 'Reuters', ha sido Scranton Plasma la unidad que ha alcanzado un acuerdo para refinanciar a tres años su deuda. Esta filial es la encargada de recoger el plasma de 75 centros repartidos a ambos lados del océano Atlántico entre Alemania, Hungría y Estados Unidos y se lo entrega a Grifols para que la farmacéutica pueda producir terapias para pacientes con inmunodeficiencias.

Scranton ha estado bajo un intenso escrutinio durante el primer semestre del año tras los informes críticos de Gotham City Research contra Grifols, que han provocado una elevada volatilidad en la cotizada en los últimos meses. De hecho, en lo que va de año, la firma catalana ha perdido casi un 50% de su valor en bolsa debido a las dudas levantadas sobre su elevada deuda y su capacidad para generar caja.

A mediados de mayo, el fondo bajista dirigido por Daniel Yu acusó a Grifols de irregularidades en las operaciones entre la cotizada, algunas de sus filiales y el 'family office' de la familia Grifols. Entre otros, acusaba a la compañía de que BPC Plasma había prestado "a lo largo de los años" fondos que "recibió de un tercero, muy probablemente Grifols" a Scranton.

"Sin embargo, a diferencia de Haema, BPC ha declarado desde entonces un dividendo a Scranton. En lugar de pagar este dividendo en efectivo, BPC ha cancelado préstamos por valor de unos 266 millones de euros que había concedido a Scranton. Esto nos lleva a pensar que Scranton nunca tuvo la intención de reembolsar estos préstamos", añadía la firma de análisis. A finales de febrero, BPC reconocía ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que abonó un dividendo de 266,4 millones de euros a Scranton Plasma.

De igual modo, Gotham detalló que "casi toda esta suma ha sido transferida sospechosamente de los accionistas de Grifols en beneficio de los accionistas de Scranton, dando la apariencia de haber sido transferida incorrectamente". Por ello, el fono dirigido por Daniel Yu habló de "un fracaso total del gobierno corporativo" de Grifols, debido a la presencia de "accionistas de Scranton en el consejo de Grifols mientras se realizaba esta transacción".

En los últimos meses, Grifols ha tratado de poner remedio a esta situación realizando una serie de cambios en su gobierno corporativo y en su modelo de gobernanza, siendo la medida más destacada la desvinculación de la familia Grifols de cualquier puesto con funciones ejecutivas. Asimismo, Thomas Glanzmann, presidente ejecutivo de la cotizada, dejó el puesto de consejero delegado y fue sustituido por Nacho Abia, una elección que contó con el respaldo de numerosas firmas de análisis.

Con todo, las medidas adoptadas por Grifols no ha sido suficiente para despejar las dudas que rodean a la compañía. Especialmente después de que la CNMV reconociera en su análisis que había detectado "deficiencias relevantes" en las cuentas de la compañía, aunque no obligó a la compañía a reformular sus cuentas. No obstante, sí obligaron a la cotizada catalana a modificar sus ratios de apalancamiento y deuda.

En las últimas semanas, Grifols ha completado la venta de un 20% de Shanghai RAAS por unos 1.600 millones de euros, una operación que, junto a la emisión de 1.000 millones en bonos, se espera que dé algo de aire a la compañía en los próximos meses. No obstante, la compañía cayó con fuerza a finales de junio debido al recorte de calificación por parte de Moody's, la cual lanzó serias advertencias sobre la compañía y alertó de una gestión de riesgos "deficiente" y una liquidez "frágil". De su lado, Fitch, que se mostró ligeramente más optimista, defendió la mayor parte de estas tesis. Poco después, la compañía trató de calmar al mercado asegurando que pagarían todos los vencimientos de la deuda de 2025 y "no dejando vencimientos adicionales hasta 2027".

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