Por qué Sabadell no asumirá en TSB el deterioro que tiene que dotar Santander
El grupo que preside Botín pagará el coste del Brexit y la nueva regulación
Actualizado : 09:31
Santander tendrá que asumir un duro golpe en las cuentas de su filial británica. La factura asciende a 1.500 millones de euros a través de un deterioro de su fondo de comercio que se tiene que anotar por tres razones: la incertidumbre sobre el Brexit, la nueva regulación ring-fence y la presión competitiva. El otro gran banco español que tiene intereses en Reino Unido es Sabadell, pero esta entidad, que ya ha sufrido mucho en Reino Unido por los problemas de la migración tecnológica de su filial TSB, no tendrá que asumir ningún deterioro de este tipo.
La razón principal por la que Sabadell no va a sufrir un deterioro en su fondo de comercio en Reino Unido es que no lo tiene.
Cuando compró TSB, su filial en el país, allá por 2015, lo hizo valorándola en una vez su valor en libros, lo que implicó una prima de casi el 30% sobre su cotización. En la operación no se generó fondo de comercio, como confirmó entonces el propio Jaime Guardiola, consejero delegado de Sabadell.
En todo caso, las tres razones que esgrime Santander para reconocer este deterioro no son significativas para Sabadell. Por una parte, al banco que preside Ana Botín le afecta la nueva regulación ring-fence de Reino Unido, que entró en vigor en enero de este año y que obliga a los bancos comerciales a separar su negocio minorista del de inversión.
Esta circunstancia ha llevado a Santander a tener que adelgazar su balance y traspasar activos por unos 40.000 millones de euros desde Santander UK a la sucursal que Santander SA tiene en Londres, así como a asumir un incremento de costes procedente de tener que duplicar algunas funciones al contar ahora con dos entidades diferenciadas.
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Santander sufre un deterioro de 1.500 millones en el fondo de comercio de UKEsta normativa no afecta a TSB, a pesar de que es también un banco comercial. La entidad británica, que ahora dirige Debbie Crosbie y que presentará su nuevo plan estratégico en las próximas semanas, no tiene negocio de inversión, pues su mercado es, principalmente, el hipotecario.
El incremento de la presión competitiva es otra de las razones a las que achaca Santander tener que asumir este deterioro. De hecho, la fuerte competencia en el segmento de hipotecas es una de las causas a las que el banco lleva meses achacando las caídas en el beneficio de la filial británica.
Santander UK, que hace algo más de un año todavía era el segundo negocio del grupo, cada vez aporta menos a su beneficio y ya ha caído hasta el cuarto puesto. En el último semestre, la filial británica vio su resultado reducido en un 13% y en 2018 la caída fue del 8% y en ambos casos relacionó la caída de ingresos con la continuada presión competitiva en los márgenes de hipotecas.
TSB, por su parte, está acostumbrado a esta presión en el mercado de hipotecas, dado que es su principal segmento. En Reino Unido, en general, la competencia entre entidades para conceder hipotecas es más alta que en España, dado que los clientes tienen más fácil cambiar su préstamo de banco y, por tanto, se producen revisiones más frecuentes en el tipo de interés.
EL BREXIT NO ES PROBLEMA PARA TSB
Por último, Santander se ve obligado a provisionar por una tercera razón, la incertidumbre que genera el futuro de Reino Unido en relación con el Brexit, en un principio programado para el próximo 31 de octubre. En una publicación reciente, el banco ya reconocía que “podría” afectar a su negocio en Reino Unido, dado que “no está claro cuál será el régimen alternativo tras el Brexit".
Sabadell, por su parte, siempre ha defendido que está salvo de cualquier impacto por el Brexit más allá del que todo el país sufrirá como consecuencia de su salida de la Unión Europea. En numerosas ocasiones sus ejecutivos, y el propio banco en su informe semestral, han explicado que la filial británica tiene una cartera crediticia compuesta principalmente por hipotecas, de forma que el único impacto que sufrirá será el proporcional al que se lleve la economía.