Ron (Popular): "Las filtraciones de las decisiones del consejo pusieron en riesgo la estabilidad del banco"
El presidente de Popular evita la autocrítica sobre su gestión, culpa a la crisis y la ausencia de ayudas públicas de la situación actual
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Actualizado : 15:48
El presidente de Banco Popular, Ángel Ron, se ha despedido del banco que ha liderado durante doce años con unas pérdidas masivas de 3.485 millones tras realizar saneamientos por valor de 5.700 millones, más que la capitalización en bolsa de la entidad. Pese a los números, Ron asegura irse “satisfecho” y que deja la presidencia "con la tranquilidad del deber cumplido y la suerte de haber trabajado con el mejor equipo de banca en España". Ron declinó pronunciarse sobre las decisiones del consejo de administración, “porque son conversaciones secretas”, pero sí hizo referencia a los acontecimientos que propiciaron su salida de la entidad a finales de 2016 y el actual proceso en curso que culminará con la proclamación de Emilio Saracho como nuevo presidente de Popular el 20 de febrero.
“He dicho que no voy a entrar en detalles sobre las decisiones del consejo, pero sobre el proceso de mi salida, sí voy a hablar. Nuestro consejo ha venido apoyando las decisiones del banco durante décadas, pero por primera vez en la historia reciente del banco se produjeron filtraciones. Para mí esas filtraciones pusieron en riesgo la estabilidad del banco que es mi principal mandato. Al ver el impacto que tenía en el mercado decidí poner mi voto al servicio del banco y en favor de una solución. (...) Deseo lo mejor al equipo del banco, a Emilio Saracho y... obviamente a Pedro Larena”.
Sobre la posibilidad de una fusión u operación corporativa con otros bancos, Ron admitió que ha mantenido conversaciones avanzadas con distintas entidades, pero sin mencionar a Sabadell o BBVA, con quien se relacionó al banco el pasado año. “Ninguna de estas conversaciones avanzó hasta el punto de que pudiese hacerse ninguna operación”. El futuro expresidente de la entidad descartó que se vayan a producir operaciones hostiles y evitó la autocrítica sobre la destrucción de valor de Popular durante su presidencia, cuya cotización ha perdido cerca del 95% desde los máximos de 2007.
“Respecto a la destrucción de valor, he de decir que a mí me ha correspondido ser presidente desde hace algo más de diez años y la crisis dura ya diez años. Lo que hemos tratado de preservar es el legado al banco y nuestra presencia en el sector. El mercado no ha reconocido nuestras fortalezas, pero llegará el momento en el que lo haga es un banco muy fuerte, que ha preservado la rentabilidad y ha crecido en todo este tiempo”, dijo.
El todavía presidente no se quiso pronunciar sobre la posibilidad de que Popular realice una nueva ampliación de capital después de los 2.500 millones de euros que tuvo que captar el pasado verano y que corresponderá al nuevo equipo gestor valorarlo. “Esta ampliación de capital llevaba adosado un plan de negocio que se está ejecutando, aunque el proceso de cambio de gobierno ha ralentizado la toma decisiones”, apuntó.
El banquero de Popular defendió en todo momento las decisiones tomadas por el banco durante su presidencia, si bien achacó la actual situación de la entidad a la crisis, el legado recibido y el hecho de que Banco Popular no haya recibido ayudas públicas a diferencia de otras entidades. "No me arrepiento de no haberlas pedido. Esas ayudas se tendrán que devolver y entonces veremos que pasa. Ya veremos cuál es la foto del sector cuando esas entidades devuelvan esas ayudas", apuntó después de cifrar en 2.000 millones de euros la aportación del Popular a la reestructuración financiera en España. "Es evidente que ha habido en el mercado una competencia en desigualdad de condiciones (...) Las ayudas públicas eran necesarias para estabilizar el sistema, pero las ayudas públicas requieren también que lo sean por poco tiempo".