Moody's introduce a Ericsson en el 'bono basura'
Como consecuencia del impacto negativo que causará el plan de reestructuración de la firma tecnológica sueca en su rendimiento operativo
- La agencia aprecia que una estrategia basada en la reducción de costes "no es sostenible a largo plazo
Actualizado : 15:05
La agencia de calificación crediticia Moody's ha degradado un escalón la nota de solvencia de la deuda a largo plazo emitida por Ericsson hasta 'Ba1', en grado especulativo o 'bono basura', como consecuencia del impacto negativo que causará el plan de reestructuración de la firma tecnológica sueca en su rendimiento operativo durante los dos próximos ejercicios.
En concreto, Moody's ha revisado desde 'Baa3' a 'Ba1' con perspectiva 'estable' el rating a largo plazo de la tecnológica escandinava al entender que las implicaciones financieras en el corto y medio plazo de la nueva estrategia son "negativas".
"La rebaja del rating de Ericsson refleja principalmente el impacto negativo sobre las ganancias operativas y el flujo de caja que ocasionarán unos cargos y provisiones por reestructuración cada vez mayores en 2017 y 2018", comentó al respecto el vicepresidente de Moody's y analista principal para la firma nórdica, Alejandro Nuñez.
El analista, además, subraya que el deterioro de las métricas crediticias que causará el nuevo plan estratégico de Ericsson provocará que "no estén en concordancia" con un rating en grado de inversión.
En el primer trimestre, Ericsson registró pérdidas por importe neto atribuido de 10.897 millones de coronas suecas (1.132 millones de euros) como consecuencia de las amortizaciones de activos y cargos por reestructuración asumidos por la multinacional, que pretende intensificar sus medidas de reducción de costes.
De hecho, en los tres primeros meses del ejercicio las cuentas de la firma escandinava reflejan un impacto negativo de 3.300 millones de coronas (343 millones de euros) por el deterioro del valor de sus activos y que asumió provisiones por importe de 8.400 millones de coronas (872 millones de euros).
En este sentido, Moody's reconoce que la intención de la reestructuración es incrementar la inversión en las áreas estratégicas de la compañía y comprende que las iniciativas de reducción de costes deberían generar ahorros de gastos en el largo plazo.
No obstante, aprecia que una estrategia basada en la reducción de costes "no es sostenible a largo plazo y podría limitar la competitividad de la compañía, incluyendo su capacidad para innovar y mantener su histórica posición de liderazgo tecnológico".