Menos provisiones, reputación y más garantías llevan a la banca a salvar a DIA

Si llega a ir a concurso, las entidades habrían perdido más dinero

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Bolsamania | 22 may, 2019

Actualizado : 11:06

Dia

16:12 23/12/24

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DIA está a salvo tras arrancar a la banca la firma del acuerdo propuesto por Mijaíl Fridman, fundador del fondo LetterOne, propietario del 70% de su capital. Las 17 entidades tenedores de su deuda (y especialmente, Santander) han cedido para sacar adelante a la compañía sin, aparentemente, ganar mucho a cambio. Fridman se ha salido con la suya: ha aplazado la deuda, ha conseguido más liquidez y ha logrado esquivar el concurso de acreedores. Pero, ¿qué ha conseguido la banca?

En primer lugar, un ahorro considerable de provisiones. Llevar a DIA a un concurso de acreedores obligaría a las entidades a dotar un 25% de entrada y el 100% en un año. Todo con una muy remota probabilidad de recuperar algo durante la liquidación.

Sin embargo, en la situación actual, con la deuda refinanciada hasta 2023, las dotaciones a las que están obligados a realizar los bancos acreedores son menores. Un experto en el sector explica a Bolsamanía que lo más probable es que los bancos tuvieran la deuda con DIA contabilizada como activo dudoso por la incertidumbre que ha asolado a la compañía durante los últimos meses (dudoso subjetivo). Esta situación implica que los bancos acreedores ya tendrían provisionada en parte la posible pérdida.

En ese caso, y dado que la deuda ha sido aplazada más de dos años, la normativa fuerza a las entidades a mantener el activo con la calificación de dudoso, sin la posibilidad de cambiarlo.

Eso lleva a los bancos a tener que provisionar igualmente el 100% de la pérdida, lo que según este experto podría ocurrir durante el próximo año y medio. La diferencia entre esta situación y la de concurso es que siempre tienen en el horizonte la recuperación de ese importe (las provisiones se pueden liberar y se consideran beneficio) cuando llegue el nuevo vencimiento, en 2023.

MÁS GARANTÍAS Y MEJOR REPUTACIÓN

En segundo lugar, la banca ha conseguido con este acuerdo obtener más garantías por parte de LetterOne para avalar el pago de la deuda. El resumen del acuerdo remitido por la firma a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se limita a indicar que “se otorgarán nuevas garantías”, pero no detalla cuáles ni las cuantifica.

En todo caso, es una buena noticia para la banca. Las provisiones que deben hacer las entidades por la hipotética pérdida se reducen restando las garantías, por lo que, cuantas más presente la compañía, menor será el riesgo para los bancos y menos cantidad tienen que provisionar.

Todo ello, a pesar de que LetterOne no se ha comprometido del todo a hacer pagar a los bonistas antes que a la banca, lo que suponía una línea roja para Santander durante las negociaciones en la que finalmente ha tenido que ceder.

En tercer lugar, el posible concurso de acreedores de DIA, además, se había convertido en un tema de alcance reputacional para la banca. A pesar de que la gestión de la compañía ha sido determinante para colocarla entre la espada y la pared, la banca se arriesgaba, en el caso de negarse a firmar el acuerdo de Fridman, a que se la relacionara con la extinción del empleo de 43.000 personas (26.000 de ellas en España), el fin de más de 3.700 franquiciados y la destrucción del negocio de un millar de proveedores. Era un riesgo que las entidades no podían correr, y más en una situación como la actual, en la que aún no han logrado recuperar el prestigio perdido tras la crisis financiera y algunas malas prácticas del sector. Y más cuando los propios bancos están acometiendo importantes Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).

En todo caso, es esperable que el negocio no le salga mal a la banca. La mejor garantía que tienen las entidades es que Fridman es el primer interesado en encauzar la marcha de DIA. El presidente de LetterOne ha invertido en la distribuidora unos 700 millones de euros comprando títulos en el mercado para hacerse con el 29% del capital y otros 170 millones en la opa con la que ha alcanzado el 70%. Y se ha comprometido a poner otros 500 en una inminente ampliación de capital. Fridman solamente recuperará su inversión después de que los bancos hayan cobrado su deuda, lo que no ocurrirá hasta 2023. En manos del inversor ruso está conseguir que la empresa siga adelante.

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