Los resultados de los bancos españoles confirman su capacidad para "absorber shocks"

Los bancos españoles siguieron mostrando un "sólido comportamiento" en los nueve primeros meses de 2018, impulsados por las menores dotaciones y la positiva evolución de las comisiones. Así lo cree la agencia de calificación DBRS, que destaca que el repunte de la actividad crediticia continúa, lo que podría allanar el camino para reducir la presión sobre el margen de intermediación.

DBRS considera que los resultados de la reciente prueba de resistencia de la EBA (Autoridad Bancaria Europea) confirman el buen giro del sector y que los bancos españoles están bien equipados para hacer frente a posibles condiciones económicas y de mercado adversas.

En conjunto, la banca española ha registrado un "buen comportamiento" en los nueve primeros meses de 2018, con un crecimiento interanual del 37,4% en el beneficio atribuido, hasta alcanzar los 5.600 millones de euros, según DBRS. "Esta evolución es consecuencia, principalmente, de las menores dotaciones a saneamiento crediticio, como consecuencia de la mejora del entorno económico. Como resultado, la capacidad de absorción de pérdidas de los bancos españoles ha mejorado, con provisiones para insolvencias que representaron el 16% del beneficio antes de provisiones e impuestos", explica la agencia.

Tras años de desapalancamiento, las tasas de crecimiento interanual de los préstamos a empresas no financieras (NFCs) y a hogares han comenzado a repuntar lentamente en 2018, lo que se refleja en un crecimiento interanual positivo de la evolución del NII nacional de algunos bancos españoles en los primeros nueve meses del año. En opinión de DBRS, el aumento de la demanda de préstamos podría, sin duda, impulsar los ingresos por intereses, compensando parcialmente los efectos de la persistencia de los tipos de interés bajos, y debería ayudar a los bancos españoles a lograr una mayor rentabilidad.

Los test de estrés de la EBA de 2018 han demostrado los avances logrados por el sector bancario español en el tratamiento de los problemas de la calidad de los activos, tanto de forma orgánica como a través de transacciones de activos adjudicados, y en el fortalecimiento de la generación de capital interno en los últimos años. Así lo considera la agencia, que espera que todos los bancos españoles puedan cumplir con los requisitos derivados los test de estrés.