La banca española debería cerrar 7.700 oficinas más para ser 'europea'
El masivo cierre de sucursales durante la crisis todavía no cierra la brecha con la Eurozona
- En España hay una oficinas cada 1.613 habitantes...
- ...cuando en la Eurozona la proporción se limita a una cada 2.278 habitantes
- En català: La banca espanyola hauria de tancar 7.700 oficines més per ser 'europea'
Actualizado : 13:39
La última radiografía del sector bancario ofrecida este lunes por el Banco Central Europeo (BCE) constata que el ajuste de capacidad de la banca española aún está inconcluso. Pese a que las entidades españoles acaparan la mitad de las oficinas cerradas desde 2008, la red existente todavía supera con mucho los registros europeos.
El informe emitido por el BCE este lunes muestra que, con datos de 2016, en la Eurozona hay una oficina para 2.278 habitantes. Hay países, sin embargo, en los que la proporción es muy superior. Sobresalen Estonia, con una oficina cada 13.292 habitantes, y Holanda, con una cada 10.173. Entre las grandes potencias de la región, la ratio se asemeja más a la media. En Alemania hay una cada 2.575 ciudadanos; en Italia, cada 2.067; y en Francia, cada 1.794.
Y luego vendría España, donde la proporción continúa alejada de la media, con una sucursal cada 1.613 habitantes. Aunque este dato refleja la 'poda' registrada durante la crisis, puesto que en 2008 existía una oficina cada 998 personas, arroja como conclusión principal que el sector bancario español todavía muestra una evidente sobrecapacidad. Con una población de 46,5 millones de habitantes, la convergencia con la media de la Eurozona situaría la red de oficinas es 20.435, 7.698 menos que las 28.123 oficinas existentes al cierre del segundo trimestre, según los datos del Banco de España.
Y eso que, como destaca el BCE, España acapara la mitad de las oficinas cerradas durante la crisis. En 2008, en España se contaban más de 46.000 oficinas. Por el camino se han quedado 18.000. O lo que es lo mismo, un tijeretazo del 39% en los últimos nueve años. Este recorte ha respondido a la necesidad de las entidades de reducir su capacidad para contener sus costes y mejorar su eficiencia en un contexto en el que no andan sobradas de ingresos, con los tipos de interés en el 0% -y el euríbor por debajo del 0%-, con la presión regulatoria y con la llegada de competidores tecnológicos.
El ajuste de la sobrecapacidad existente en el sector bancario y la reducción de los créditos dudosos son dos de los argumentos que el BCE ha esgrimido en los últimos años como retos necesarios para fortalecer los cimientos de la banca europea.