La inspección del Banco de España acusa a sus jefes de falsear informes de Bankia
El compañero de Casaus en la entidad confirma las advertencias de sus correos
Actualizado : 09:18
Los inspectores del Banco de España que trabajaron en Bankia en 2011 y 2012 están desfilando estos días por los pasillos de la Audiencia Nacional por el juicio de la salida a bolsa de la entidad. El último ha sido José Antonio Delgado Manzanares, inspector de cabecera de Bankia en esos años junto con José Antonio Casaus, el autor de los correos electrónicos en los que se advertía de la inviabilidad de la entidad antes de su salida a bolsa. Según su relato, los inspectores reflejaban la situación real de Bankia en sus informes de seguimiento y emails, algunos de los cuales se “perdieron” en su camino a la cúpula de la entidad, que colaboró al “maquillaje del muerto”, como se refiere el inspector a una operación de ocultación de la situación real de la entidad en la que colaboraron el Banco de España y la CNMV, entre otros.
“Aquí había una situación real, que era la que exponíamos en los informes [de seguimiento] y un maquillaje del muerto para que pareciera que no existían problemas en esa operación. En esa operación necesitabas que todos los actores no se salieran de pata: la CNMV, el Banco de España... a medida que uno de ellos levantara el banderín, desbarraba [la operación]”, apuntó durante su declaración como testigo, en la que añadió: “Nosotros éramos transparentes con nuestra jefatura”.
Delgado es uno de los inspectores que han sido llamados a declarar como testigos en el caso Bankia. Su comparecencia llega después de que hayan pasado por los pasillos de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares el exgobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez y el exdirector de Supervisión Mariano Herrera, así como el exinspector Pedro Bravo. Este martes es el turno de José Antonio Casaus, del que Delgado ha ejercido de telonero.
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Rato reconoció al Banco de España que BFA-Bankia era inviableDurante más de cinco horas de declaración como testigo, el exinspector de Bankia puso como ejemplo de ese “maquillaje” que a los inspectores se les pidió que rellenaran unas “plantillas” con su opinión sobre uno de los planes de saneamiento que presentó Rodrigo Rato para la entidad en las que no se les daba ninguna opción para manifestar que no querían aprobar el plan.
“Los saneamientos estaban claramente infravalorados, porque no se estaba tomando toda la morosidad. Entendíamos que la información que se estaba dando no respondía a la realidad”, apuntó.
Así, “la conclusión era que no [debía aprobarse]. Ellos [sus superiores] cambiaron la conclusión y dijeron que sí [se aprobaba]”, relató Delgado, según quien “el jefe de grupo transmitió que se debía dar la aprobación” a pesar del informe contrario de los inspectores.
UN MORIBUNDO Y UN MUERTO
No obstante, a preguntas de la defensa de Rodrigo Rato, a quien Delgado acusó de confirmar la inviabilidad de Bankia apenas dos meses antes de abandonar la entidad, el exinspector ha afirmado que el Banco de España disponía de “la información completa” de Caja Madrid, aunque no de Bancaja. “En esa inspección hubo problemas críticos, graves”, relató. Con todo, manifestó que Caja Madrid era un “moribundo” antes de que se integraran las siete cajas, mientras que Bancaja estaba “muerta”.
Siempre según la versión de Delgado, las cajas de ahorro arrastraban problemas desde años antes. En el caso concreto de Caja Madrid, “la entidad había acumulado hipotecas minoristas concedidas a determinados sectores de la sociedad que tenían pocos recursos. Tenía un volumen muy importante de pérdidas en el hipotecario”, explicó.
El exinspector criticó que nadie del supervisor había revisado los balances de las cajas antes de la fusión, a pesar de que todas ellas fueron auditadas, como explicó en sede judicial Francisco Celma, el socio de Deloitte encargado de la auditoría de Bankia en 2011.
La declaración de Delgado abre paso a la de Casaus, una de las más esperadas, en la que la fiscal del caso, Carmen Launa, le cuestionará sobre los polémicos correos electrónicos enviados a sus superiores, en los que advertía sobre la inviabilidad de Bankia y que Delgado respaldó en su declaración.