El FROB plantea salir de Bankia tras la fusión con CaixaBank mediante ventas graduales
Generará un 45% de valor para accionistas, mientras otras opciones solo entre un 18% y un 42%
Actualizado : 15:25
El presidente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), Jaime Ponce, ha abierto la puerta a privatizar Bankia una vez completada su fusión por absorción en CaixaBank, mediante programas de 'dribble-out' o ventas graduales en el mercado.
Durante su comparecencia en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital en el Congreso de los Diputados, Ponce ha explicado que el menor peso relativo de la participación del FROB en la nueva CaixaBank "abriría la posibilidad de emplear eficazmente otros instrumentos de desinversión". De este modo, se ha referido a la posibilidad de realizar ventas diarias equivalentes a un pequeño porcentaje del volumen negociado en la jornada, un instrumento utilizado por ejemplo por el Gobierno británico para vender su participación final en Lloyds.
Ponce ha explicado que la participación actual no se puede vender con este método porque no hay una negociación tan elevada diariamente, pero con paquetes tan diluidos será factible. Esta nueva estrategia también aliviaría en cierto modo la presión que existe sobre la acción de Bankia ante la expectativa de que el Gobierno venderá, lo que deriva en una aprovechamiento de la presión vendedora.
En cualquier caso, según el análisis realizado por su asesor Nomura, Ponce ha asegurado que la operación de consolidación facilitaría la posterior desinversión mediante operaciones de mercado, apoyadas en la mayor liquidez de la acción al tratarse de una entidad de mayor tamaño y en el menor peso relativo del paquete a vender. Además, esta nueva posición -el FROB se quedará con el 16,11% del grupo combinado- reduciría el número de operaciones necesarias para completar la privatización. "Permitiría aprovechar de manera más eficiente las ventanas útiles futuras y mejorar la certeza de la ejecución", ha señalado Ponce ante la Cámara Baja de las Cortes Generales.
En definitiva, el FROB ha concluido que la fusión con CaixaBank mejoraría el valor de la participación indirecta en Bankia y tendría un efecto positivo sobre las perspectivas de recuperación de ayudas públicas en el futuro. Según la normativa actual, el Estado debería salir del banco a finales de 2021.
En respuestas a los diputados, Ponce ha asegurado que el FROB ha planteado esta operación desde la perspectiva de un accionista "responsable y diligente", ya que el marco de desinversión se basa en una enajenación y esta vía es solo un cambio de condición. "No existe liberación del mandato legal", ha apostillado.
LA FUSIÓN CON CAIXABANK SOBRESALE RESPECTO A OTRAS OPCIONES
Por otro lado, Ponce ha explicado que Nomura también estudió otras posibles operaciones corporativas, que comprendían tanto la fusión con adquisición por parte de Bankia de una entidad cotizada de menor tamaño, como la fusión por absorción de Bankia por una entidad nacional de mayor tamaño e incluso la adquisición de Bankia por una entidad internacional.
Del análisis se extrajo que la combinación de CaixaBank es la opción "preferible", tanto porque generaría valor por un 45%, sin considerar sinergias de ingresos, frente al resto de alternativas que oscilarían entre un 18% y 42%.
También ha resultado la mejor alternativa desde una perspectiva operacional, sin tener en cuenta una ampliación de capital, la ejecutividad de las sinergias, el modelo de negocio, la posición comercial o la experiencia gestora en integraciones, así como de la consistencia con el mandato de desinversión del FROB.
RECORTAR COSTES
Ponce ha reconocido que la fusión entre CaixaBank y Bankia es una operación de sinergias, de reestructuración y de ajustes, mientras que decir lo contrario solo crearía una "confusión innecesaria". Dicho esto, el presidente del FROB ha indicado que son los gestores los que deben realizar el análisis de la capacidad instalada y la propuesta, que "aún no se ha hecho". En este sentido, confía en la experiencia de los gestores tanto de CaixaBank como de Bankia para acometer este proceso de forma "razonable y equilibrada con enorme sensibilidad".
Respecto a los posibles problemas de competencia en los que podrían derivar las fusiones en el sector, Ponce considera que aún hay margen, porque la banca española "está moderadamente concentrada" en comparación con otros países, a pesar de que ha reconocido el "camino importante" hecho hasta ahora.
En esta línea, ha señalado que la competencia no solo depende del número de agentes, sino también de los precios y de la provisión de servicios. Desde este punto de vista, ha asegurado que la competencia "es muy elevada", dándose unas condiciones positivas en la financiación de las familias y de las empresas. "Son de una profundidad competitiva razonable", ha apostillado.
También considera relevante tener en cuenta la capacidad de financiación que tienen otras compañías, como los gigantes tecnológicos, ya que la autorización del Banco de España solo permite desempañar de forma reservada a la banca la actividad de captación depósitos. De cualquier forma, ha subrayado que la decisión de dar el visto bueno a la operación que dará lugar a la nueva CaixaBank corresponde a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). "Tendrá que ser este organismo quien haga su valoración de las implicaciones desde la perspectiva de la competencia", ha añadido.
Por otro lado, ha reconocido que las entidades más grandes son más difíciles de gestionar en caso de inviabilidad. "Esto es inapelable", ha aseverado, si bien considera que una banca de mayor tamaño tiene más potencial para apelar mediante instrumentos financieros a acreedores privados y recapitalizarse así en caso de ir mal sin tener que solicitar una inyección de dinero público.
En su opinión, este no es el planteamiento que se hace sobre las entidades medianas o pequeñas, de ahí que uno de los objetivos del organismo que preside sea el de mejorar el marco resolutivo de la banca de menor tamaño. Aunque no hay tanto riesgo por el efecto contagio en quiebras con este tipo de bancos, sí que es más probable que requieran de recursos públicos. No obstante, ha admitido que, en caso de darse un escenario de resolución, prefiere encontrarse con una entidad mediana que con el de una grande por el desafío que supone.