Economía/Turismo.- Los hosteleros, los menos familiarizados con la directiva europea antimorosidad, según Intrum
Las pérdidas por impagos de este sector se sitúan en el 1,28%
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Los hosteleros son los menos familiarizados con la directiva europea de lucha contra morosidad, de hecho apenas un 20% de las empresas europeas del sector conoce la normativa, según la compañía de gestión y prevención de impagos Intrum que asegura que esta industria tiene una pérdidas por impagos del 1,28% de sus ingresos totales.
La hostelería afronta un comienzo de temporada estival con menos empresas. Desde 2010 la tendencia se sitúa a la baja y, concretamente en 2017, por séptimo año consecutivo, se redujo el número de establecimientos de bebidas en España hasta 184.430; es decir, 18.000 menos que en 2010, según los últimos datos de Hostelería de España.
Estos cierres, que también se producen en las empresas hosteleras europeas, en ocasiones son provocados por el incumplimiento de los plazos establecidos por la directiva europea de lucha contra la morosidad, que fija un límite de pago de 60 días para las empresas y 30 para las administraciones públicas.
Además, el 69% no emplea las medidas habituales de protección contra impagos como, por ejemplo, el pago por adelantado. Esta realidad deriva en un descenso de liquidez en el 32% de las empresas europeas hosteleras, propiciando, en muchos casos, que ellas tampoco puedan afrontar sus obligaciones de pago.
PRINCIPALES PROBLEMAS.
Ante esta situación, que afecta a más de 230.000 empresas españolas en la actualidad, los expertos de Intrum han analizado las principales implicaciones que puede acarrear para pymes y autónomos ser catalogados como una empresa de riesgo.
En primer lugar la dificultad para acceder a financiación privada. Al igual que ocurre con las personas físicas, las empresas o autónomos vinculados a un fichero de morosidad suelen perder el acceso a la financiación tradicional, ya sea a través de las entidades financieras o de los proveedores. Esto no solo significa disponer de menor liquidez, sino también, poner en riesgo la viabilidad del negocio y la posibilidad de invertir en una ampliación de este.
Además se pueden encontrar con un problema de disminución de las relaciones comerciales y de credibilidad. Y es que cada vez son más las empresas que comprueban si las sociedades con las que van a establecer relaciones comerciales aparecen en un fichero de morosidad. En caso de ser así, los posibles clientes verán la compañía poco fiable y se reducirá la posibilidad de alcanzar acuerdos con proveedores y otras empresas.
También se puede producir una descalificación en los concursos públicos. Lo más habitual es que las empresas que no pagan sus deudas a tiempo sean descatalogadas totalmente como proveedor, sin dar pie a analizar con más detalle el trabajo que podrían realizar. Además existe la imposibilidad de obtener créditos públicos e impedimentos para contratar seguros.