Economía/Transportes.- El nuevo aeropuerto de Estambul no asumirá el tráfico del de Ataturk al menos hasta diciembre
Los retos del periodo de transición y las protestas laborales empañan el arranque de la gran infraestructura de Erdogan, que en su inversión inicial ya ha superado los 10.000 millones
ESTAMBUL, 25 (Del enviado especial de Europa Press, Daniel Herrero)
Estambul contará desde el 29 de octubre con un nuevo aeropuerto que, si bien aspira a ser el mayor del mundo, arrancará de forma "suave", con un periodo de transición en el que apenas asumirá un puñado de las conexiones que tiene actualmente el aeródromo de Ataturk, que debería quedar inoperativo en un plazo de poco más de dos meses
El nuevo aeropuerto de Estambul nace con la ambición de ser una referencia a nivel mundial. Construido al norte de la ciudad, en un área potencial de 76,5 millones de metros cuadrados, se desarrollará en cuatro fases, la primera de las cuales ha finalizado este año con tres pistas y una única terminal y capacidad para 90 millones de pasajeros al año.
Una vez se hayan completado las instalaciones, el consorcio gestor (IGA) prevé que conectará más de 300 destinos y moverá anualmente hasta a 200 millones de pasajeros, si bien por ahora este nuevo aeródromo seguirá conviviendo con el de Ataturk. Se trata, en palabras del consejero delegado de IGA, Kadri Samsunlu, de una "apertura suave": apenas cinco destinos, todos ellos operados por Turkish Airlines.
En su opinión, serán unos meses de "oportunidad" para determinar posibles cuestiones por resolver. El 31 de diciembre es la fecha marcada para la "apertura dura", como ha definido Samsunlu a la fecha en la que el nuevo aeropuerto asumirá por completo --o al menos así se ha fijado en el calendario inicial-- las operaciones de su hermano mayor.
Hasta entonces, sin embargo, tanto la industria como las principales autoridades han presumido de la que es ya una de las grandes infraestructuras de Turquía. No en vano, su inauguración oficial se ha fijado para el 29 de octubre, Día de la República, y contará con la presencia del presidente Recep Tayyip Erdogan.
IGA estima que, para 2025, la infraestructura habrá generado 225.000 empleos y tenido un efecto en la economía turca equivaente al 4,89% del PIB. Solo la inversión empresarial inicial ya ha superado los 10.000 millones de euros, pero se estima que las arcas públicas podrían recaudar más de 22.000 millones hasta 2025 gracias al "gigante".
"Queremos que el mayor número posible de aerolineas vengan a Estambul", ha declarado Samsunlu, en un encuentro con los medios en la terminal aún sin estrenar. En este sentido, ha apelado a la historia de Estambul y a la unión entre culturas para sugerir que la ciudad será un núcleo clave para conexiones internacionales.
SIN NOMBRE
El aeródromo es, a día de hoy, el Nuevo Aeropuerto de Estambul, tal como han venido denominándolo las autoridades desde que se firmó la concesión en mayo de 2015. Sin embargo, el responsable de IGA ha sugerido que no será el definitivo y a estas alturas no está claro si el bautismo oficial se hará el martes.
"No sé el nombre", ha declarado Samsunlu al ser interrogado al respecto, por lo que por el momento tan solo ha trascendido su denominación provisional --presente incluso en las señales de la carretera y en la cartelería del propio aeródromo-- y el código con la que operará al menos hasta diciembre: ISL y no IST, reservado por ahora a Ataturk.
PROTESTAS
Las obras, visiblemente inacabadas a pie de pista, no han estado exentas de críticas. A las habituales que suelen asociarse a este tipo de macroproyectos se han sumado en estos últimos meses las movilizaciones de los trabajadores que denuncian malas condiciones laborales y retrasos en los pagos.
La empresa concesionaria ha cifrado en una treintena los trabajadores que han perdido la vida en accidentes laborales desde que comenzaron las obras en mayo de 2015,. Estos datos han generado suspicacias no solo de índole sindical, sino también de organizaciones defensoras de Derechos Humanos como Amnistía Internacional.
Samsunlu ha defendido que desde IGA se están "arreglando lo problemas" y que la empresa está "abierta" a escuchar las peticiones de los trabajadores, pero ha defendido que no se puede controlar en todo momento a una masa salarial que comprende sobre el terreno a unos 4.000 obreros.
Respecto a la última ola de protestas, que se saldó con decenas de detenidos, ha apuntado que corresponde a las autoridades dirimir las posibles responsabilidades individuales, aunque ha sugerido que las movilizaciones se habían vuelto violentas. "Si alguien bloquea el tráfico, acosa a los trabajadores o controla quien entra en el campamento, no es una protesta pacífico"", ha apostillado.
En este sentido, ha explicado que durante un tiempo se llegó a perder incluso "el control de las puertas" de acceso al complejo, algo intolerable en su opinión. La seguridad es precisamente una de las grandes marcas que aspira a tener este aeropuerto, que estará vigilado por 9.000 cámaras de seguridad en su primera fase.