Los grandes empresarios catalanes piden a Torra que cumpla la Constitución

Las empresas reclaman un Govern estable, diálogo y soluciones dentro de la legalidad

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Bolsamania | 20 may, 2018

Empresarios e inversores no esconden su desasosiego ante el resurgimiento de un nuevo Govern independentista en Cataluña liderado por Quim Torra. Después de meses de calma en el tejido productivo nacional, tras la imposición del artículo 155 de la Constitución, la incertidumbre planea de nuevo sobre el crecimiento, la inversión interna y externa y el impacto en el PIB que “va a pinchar sí o sí”, asegura un gestor de carteras a 'Bolsamanía', si no se reconduce el conflicto entre el Estado y la región.

Para los expertos de Barclays, la disputa no tiene visos de acabarse. La entidad británica señala que bajo la presidencia de Torra se perseguirán ideales independentistas, por lo que seguirán los desencuentros entre ambas instituciones. Sin más detalles por ahora que las pinceladas ofrecidas durante su discurso de investidura, el flamante president ha marcado perfil al señalar que pretende culminar la república que inició Carles Puigdemont y desplegar las estructuras de Estado que se quedaron a medias, como la Hacienda catalana.

“Estamos bastante hartos. Lo único que queremos es que esto se resuelva mediante la negociación y que haya resultados”

Y aunque primero debe librar una batalla interna con la CUP, ya que tendrá que aprobar unos presupuestos que respalden sus pretensiones y lograr, al menos, la abstención de los cuatro diputados independentistas, la tensión ha vuelto a hacer mella en las compañías de todo el Estado. “Estamos bastante hartos. Lo único que queremos es que esto se resuelva mediante la negociación y que haya resultados”, comenta a 'Bolsamanía' un empresario madrileño que no ha querido dar su nombre.

Desde Cataluña, el comité ejecutivo de Foment que lidera Joaquim Gay de Montellà ha reclamado un Govern "estable", con una acción "comprometida con el Estatut y la Constitución" y que tenga una actitud "de entendimiento y concordia con el Gobierno y el resto de administraciones públicas".

A esta voz se añade la del presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Francisco Riberas, que ha apostado por caminar hacia soluciones sensatas y dentro de la legalidad para paliar el nerviosismo económico que pueda derivar de un nuevo envite independentista. El también consejero delegado de Gestamp lamentó, durante su estreno como presidente del organismo, que se mantenga una elevada incertidumbre "que no nos deja tranquilos". Y demandó un entorno de normalidad.

Por otra parte, la patronal de pymes catalanas (PIMEC) espera que "se conforme Gobierno con la máxima celeridad posible para recuperar las instituciones catalanas y levantar el artículo 155". Tanto PIMEC como Foment, han felicitado a Torra por su investidura. Sin embargo, Empresaris de Catalunya (EC), asociación empresarial en contra del independentismo, no está convencida de que el perfil de Torra sea el más adecuado para que la economía sea próspera en Cataluña.

En este sentido (EC), han valorado negativamente "al nuevo presidente de la Generalitat, de extrema radicalidad y con tintes xenófobos". Además, consideran que el programa de gobierno de Quim Torra se basa "en la ruptura de la legalidad mediante la redacción de una constitución catalana" y por eso, "Cataluña se asoma a un nuevo periodo de paralización administrativa, falta de iniciativa por parte de la Generalitat y confrontación impulsada desde los poderes públicos"

¿NUEVA FUGA DE EMPRESAS?

Mientras en público tratan de mantener las formas, ‘sotto voce’, en cambio, el empresariado catalán está “a punto de perder los nervios”, asegura un gestor de patrimonios a este medio. “La inversión vuelve a paralizarse y el flujo de fondos se ha vuelto a congelar en un contexto político en el que se espera que acabe por imponerse otro 155”, agrega. La situación se agrava en el entramado industrial o en sectores como el cárnico, donde no se puede “desmontar toda la infraestructura y moverla a otro punto del territorio nacional por el elevado coste de la operación”, lamenta.

Pero lo que sí se produce es una huída hacia otras partes de España o de Europa de grandes empresas que cuentan con centros de producción fuera de la región. En última instancia, industrias como la alimentaria volverán a presionar al Govern con trasladar sus centros productivos como ya lo hicieron después del referéndum del 1-O, revelan fuentes empresariales a 'Bolsamanía'.

El empresariado catalán está “a punto de perder los nervios”

Más de 4.500 empresas abandonaron Cataluña durante la gran fuga que se produjo desde el mes de octubre y que sólo se mitigó después de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy tomara el control de la Generalitat. Pero el cambio de sede social y fiscal fue principalmente estratégico, para proteger los intereses de sus accionistas, inversores y clientes. De las pocas grandes empresas que mantuvieron su sede en Cataluña, ni Seat ni Freixenet han indicado cuáles pueden ser sus intenciones.

La compañía vitícola abortó su traslado tras la aplicación del 155 y el fabricante de automóviles insiste en que la planta de Martorell funciona con absoluta normalidad, pero que "sigue muy de cerca cómo evoluciona la situación". Seat ha ampliado en 515 los puestos de trabajo en Cataluña y ha sustituido la producción del Audi Q3 por el nuevo Audi A1.

En cuanto a Grifols, la única compañía del Ibex que mantiene su sede en la capital catalana, reconocía a 'Bolsamanía' que ”si se ve comprometida la situación económica, el consejo de administración de la compañía tomará las medidas oportunas”.

LA DESACELERACIÓN ES UN HECHO

Los números corroboran que el clima de estancamiento y la desinversión ya se filtran en la economía. Cataluña ha pasado de crecer 3,3% en el último trimestre de 2017, dos décimas por encima de la media española, a crecer un 2,9% en los tres primeros meses de 2018 y situarse en la misma media que el conjunto de las comunidades autónomas, según datos de la la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) de abril. Y la inversión extranjera en Catalunya cayó el 40% en 2017, recoge el Registro de Inversiones Extranjeras (RIE) de la Secretaría de Estado de Comercio.

El Círculo de Empresarios también ha dado la voz de alerta. El presidente de su Comité de Economía y Presupuestos, Josep Piqué, ha indicado que "evidentemente" ya hay un impacto derivado de la crisis política en la región ya que algunos indicadores reflejan que se está produciendo una desaceleración "muy fuerte" de las inversiones interiores y exteriores en Cataluña. Algo que podría llegar a lastrar "enormemente" la capacidad de crecimiento catalana, aunque por el momento conlleve un impacto "relativamente pequeño" en la demanda interna a nivel nacional, reconoce.

De momento, el PIB catalán se mantiene en más del 19% y las previsiones de crecimiento del Gobierno son del 2,7% en 2018. Unos números que instan a ambas partes a sentarse a negociar porque, de lo contrario, el freno a la expansión económica podría acabará por contagiarse al ámbito nacional.

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