Elegir el momento, clave para aprovechar los brotes verdes en las tecnológicas
Las compañías del sector comienzan a dejar atrás su "annus horribilis"
No está siendo un curso fácil para las compañías tecnológicas, hasta el punto de que desde la gestora Oddo Bhf lo califican como un "annus horribilis" para el sector, aunque afirman que ya existen motivos "para ser más positivos" sobre su desarrollo en el futuro, y apuntan que la clave para aprovechar este resurgir radica en "acertar con el momento de reposicionarse".
Laurent Denize y Brice Prunas, analistas de la gestora, recuerdan que "todos los segmentos del sector han vivido una larga y dolorosa fase bajista en 2022, que terminó con una virulenta capitulación". "Primero fueron las acciones tecnológicas chinas, luego los semiconductores, después las GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft) y finalmente el segmento de software que se desplomó el 4 de noviembre de 2022", agregan.
Esta caída "histórica" del sector tecnológico la ven como "parte de una rotación sectorial más amplia", por la que se registraron salidas de flujos (y especialmente de las GAFAM) hacia dos tipos de sectores, como son los cíclicos (energía, finanzas e industria) y los defensivos, aquellos cuyas expectativas de beneficios se mantienen relativamente estables durante una recesión (productos farmacéuticos y alimentos).
Ante la cuestión de si estamos ante un largo ciclo de rentabilidad inferior o si los valores tecnológicos vuelven a resultar atractivos, consideran que existen motivos "para ser más positivos", puesto que los segmentos que primero se rindieron (tecnología china y semiconductores) están repuntando. Además, "algunas empresas de semiconductores han revisado ya tres veces sus previsiones y presentan ahora un nivel de expectativas con menor riesgo".
También señalan, como muestra de los brotes verdes del sector, que las valoraciones han vuelto a resultar atractivas para los inversores con un horizonte de inversión a largo plazo. "Por ejemplo, no es raro analizar empresas con tasas de crecimiento de dos dígitos, pero con valoraciones similares a las del sector de las telecomunicaciones", señalan.
Teniendo esto en cuenta, los analistas consideran que "los valores tecnológicos siguen siendo atractivos a largo plazo", y ponen el foco para aprovechar esta situación en "acertar con el momento de reposicionarse".
Para encontrar el periodo preciso, es necesario tener en cuenta la evolución de varios indicadores. Uno de los principales aspectos a los que prestan atención los mercados es el ritmo de subidas de tipos de interés que realiza la Reserva Federal (Fed), y en este sentido recuerdan que el banco central estadounidense está "adaptando su estrategia, reduciendo la magnitud de las futuras subidas de tipos, pero sin cambiar su intención de elevar cada vez más el tipo final".
"Creemos que se ha insinuado un giro incipiente y que lo peor del endurecimiento monetario ya ha quedado atrás. La Fed querrá medir el impacto de su política monetaria en la economía y está preocupada, y con razón, por un posible derrape del mercado inmobiliario. La subida de los tipos a corto plazo no ha terminado, pero la subida de los tipos a largo plazo puede que sí", destacan.
Otra de las cuestiones clave es si las compañías del sector se verán obligadas a actualizar a la baja su previsión de resultados para 2023, ante lo que los expertos de Oddo Bhf se decantan por el sí, "ya que las previsiones de los analistas van a la zaga en las fases de recesión y algunas empresas tienden a elaborar sus previsiones teniendo en cuenta únicamente el nivel de deterioro ya registrado, y no el que aún está por venir".
Consideran que el escenario más probable incluirá un descenso del beneficio por acción (BPA).
LOS ACTORES DOMINANTES
El sector apunta a una recuperación en 2023, aunque puede que en el futuro cambien los actores dominantes, tras la era dorada de las cinco grandes compañías: Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft, que concentran entre ellas hasta un 25% del selectivo S&P.
"La historia del sector tecnológico incluye el auge y la caída de grandes empresas que acaban afectadas por la disrupción y siendo sustituidas por otras más innovadoras de la siguiente generación. La enorme destrucción de valor bursátil de estas cinco acciones que ha tenido lugar en octubre y noviembre podría llevarnos por esa senda. Sin embargo, nos cuidamos muy mucho de sacar esa conclusión", consideran.
En concreto, se muestran "muy positivos" con respecto a Microsoft, "por su capacidad para crecer de forma sostenible en segmentos clave como Teams, la ciberseguridad o Power Platform". La misma sensación muestran hacia Google, "por la capacidad de resistencia de su negocio principal, pero también por sus inversiones en inteligencia artificial".
Para el resto de empresas no hay tanto optimismo, debido a que sus "perspectivas del beneficio por acción (BPA) se han dividido recientemente por cuatro, con revisiones a la baja que afectan especialmente a las perspectivas de ingresos publicitarios".
"El segmento de los smartphones de Apple también se ha vuelto negativo y, según nuestro análisis, afectará a la valoración de la acción", destacan, y se decantan por un escenario en el que habrá "una selección natural que degradará" a parte de las grandes.
El sector tecnológico mira con recelo a la relación entre Estados Unidos y China, con la situación de Taiwán como telón de fondo, y los analistas consideran que el conflicto no se moderará, debido a la visión antagónica que ambos países mantienen en temas sensibles como "los intereses relacionados con la inteligencia artificial, el entrelazamiento de las cadenas logísticas de semiconductores y hardware y, por tanto, Taiwán" .
Para que el sector confirme su recuperación, destacan que deben cumplirse una serie de factores, como una pausa en la subida de los tipos, el fin de las revisiones a la baja de beneficios, la reanudación del ciclo de fusiones y adquisiciones y la llegada de inversores oportunistas y activistas a los valores infravalorados.
"De cumplirse estos criterios (nos vamos acercando), nos centraríamos primero en el sector de la tecnología en los mercados emergentes, luego en los semiconductores y, finalmente, en el software. Basta decir que el fin de la política china de 'cero covid' podría propiciar un aumento del riesgo en las carteras, lo que sin duda beneficiaría al sector tecnológico", concluyen.