BMW y Volkswagen ahondan en las miserias del sector automovilístico

Las últimas noticias negativas han hundido el precio de sus acciones

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Bolsamania | 16 sep, 2024

Actualizado : 10:53

Lo que prometía ser un año de transición para el sector del automóvil parece que lo será de estancamiento. Factores como la debilidad de la demanda, especialmente en mercados clave como el chino, o el frenazo del coche eléctrico, con grandes cambios en numerosos planes de electrificación, se han reflejado claramente en los resultados del primer semestre de varios de los más importantes fabricantes.

Estas cifras no han convencido a los mercados y eso se ha trasladado a las cotizaciones. Por ejemplo, el MSCI World Automobile Index, que agrupa a 23 empresas de media y gran capitalización, tanto fabricantes como proveedores de partes, registra una caída de alrededor del 3% en lo que va de año. A su vez, el Stoxx Europe 600 Automobiles & Parts se anota un descenso de más del 10% en estos ocho meses y medio. De hecho, es difícil encontrar fabricantes que lo vengan haciendo bien en bolsa.

Firmas como Mercedes-Benz, Ford o Porsche acumulan una caída de doble dígito, mientras que Nissan o Stellantis se desploman alrededor de un 30% desde el 1 de enero; este último, muy afectado por unos resultados que no han gustado nada al mercado. Otros como Toyota o Volvo registran caídas algo más modestas. Tampoco se salvan de la quema fabricantes eléctricos como Tesla, mientras que Renault, Hyundai y, sobre todo, General Motors (+20%) se sitúan entre aquellos que están consiguiendo levantar la cabeza en un año bastante malo para el sector.

Sin embargo, los grandes protagonistas en los últimos días han sido dos compañías que, en ambos casos, están muy por debajo de lo esperado: ambas firmas caen más de un 20% en el último trimestre y su rendimiento en lo que va de año no es que sea mejor. Hablamos de BMW y de Volkswagen.

ALEMANES EN PROBLEMAS

Tras publicar unos resultados semestrales bastante decepcionantes, que certificaron la debilidad de la demanda en el mercado clave de China, ambos fabricantes cayeron con muchísima fuerza y arrastraron al sector. Pese a un intento de remontada a mediados de agosto, las dos compañías germanas se han derrumbado en el comienzo de septiembre.

Por un lado, BMW se desplomó el pasado martes después de llamar a revisión a 1,5 millones de vehículos, representativos de casi el 60% de la producción anual de la compañía, por un problema en los sistemas de frenos. Aún se desconoce si la reparación del sistema de frenos será física o podrá implementarse con una actualización de software y la posibilidad de reclamar a Continental, proveedor del sistema de frenos, los daños ocasionados.

Paralelamente, la compañía anunció una nueva guía de beneficios que decepcionó seriamente a los inversores. BMW anticipa ahora que las ventas caerán ligeramente este año frente a la "ligera mejora" que anticipaba previamente, al tiempo que ha reducido el margen EBIT para el ejercicio hasta el 6% o el 7% desde al rango previsto anteriormente de entre el 8% y el 10% anterior. Además, la firma alemana prevé ahora que el beneficio antes de impuestos caiga "de forma significativa".

Estos factores ha provocado que firmas como JP Morgan, Deutsche Bank o Jefferies hayan recortado sensiblemente el precio objetivo de sus acciones. Otros analistas como los de Bankinter se han mostrado más pesimistas y han reducido su consejo sobre el valor a 'vender' desde el anterior consejo de 'compra'. "BMW quedará tocado a corto plazo en un contexto ausente de catalizadores. Los precios marcaron máximos en el primer trimestre 2023 y desde entonces han caído casi un 4%. Estimábamos una estabilización en el segundo semestre y una ligera mejora a continuación. Ahora prevemos que la presión en precios será difícil de reconducir, especialmente por la debilidad de la demanda en China y también por el daño reputacional del anuncio actual", explican desde el banco naranja.

Los problemas se acumulan para la firma bávara, pero en la Baja Sajonia tampoco están atravesando un buen momento. Este 10 de septiembre, Volkswagen anunció la rescisión de varios convenios colectivos en Alemania y abrió la puerta a numerosos despidos a partir del próximo año. El movimiento estaría en línea con el programa de recorte de costes de 10.000 millones de euros hasta 2026 que ejecutará la compañía tras varios trimestres complicados. Pero eso no es todo.

La matriz de Audi y Seat no ha descartado el cierre de algunas de sus fábricas para "preparar a la empresa para el futuro". "La industria automovilística europea se encuentra en una situación muy exigente y grave", señaló el director general del grupo Volkswagen, Oliver Blume. Además, el directivo destacó que "el entorno económico se ha vuelto aún más difícil y están entrando nuevos competidores en el mercado europeo". Mientras, "Alemania, en particular, como lugar de producción, se está quedando aún más atrás en términos de competitividad".

Los expertos de Banco Sabadell opinan que "serían necesarias medidas contundentes" para que la rentabilidad de la compañía "se acerque a la media del sector, una vez que el impulso comercial, especialmente de los nuevos productos eléctricos, carece del dinamismo anticipado".

Por su parte, desde Bankinter destacan que "la medida será difícil de implementar": el estado de Baja Sajonia es el segundo mayor accionista de la compañía (11,8% de participación y 20% de derechos de voto) y los sindicatos ya han anunciado su oposición frontal a los planes de la compañía. No obstante, aseguran que "serían buenas noticias", ya que "bajar la base de costes es fundamental para lograr mejorar los márgenes operativos".

VOLATILIDAD A CORTO PLAZO

En este contexto, los analistas de Berenberg pronostican que la volatilidad se mantendrá en el sector automovilístico en el corto plazo debido a varios factores, como la ralentización de la transición eléctrica o la guerra comercial entre la Unión Europea (UE) y China.

"La ralentización confirmada del impulso de los vehículos eléctricos (VE), la firme inversión de la tendencia de los precios, el debilitamiento de la demanda y los retos persistentes en China se suman a las incertidumbres macroeconómicas, políticas (tensiones comerciales) y normativas (emisiones de CO2). La presión competitiva sobre los precios y la tecnología de los VE sigue siendo feroz, pero las plataformas más rentables están a punto de lanzar sus primeros productos, mientras que los nuevos aranceles de la UE sobre las importaciones chinas ofrecen un alivio temporal", explican desde la firma alemana.

Como resultado, reducen las perspectivas de beneficios operativos de los fabricantes del sector del automóvil para el período 2024-26 en un 10% de media.

El enfriamiento de la electrificación es uno de los factores que más preocupa a Berenberg, que alerta que la falta de opciones de eléctricos "asequibles" está frenando los volúmenes, especialmente en el Viejo Continente. Esta situación, señalan, debería mejorar "gradualmente" con la llegada al mercado de numerosas opciones por debajo de los 25.000 euros a finales de este año y en 2025.

"El mercado de los vehículos eléctricos de batería (BEV, por sus siglas en inglés) en Europa puede necesitar un aumento de la penetración de entre 8 y 10 puntos porcentuales en 2025 para evitar las sanciones relacionadas con el CO2 (hasta 10.000 millones de euros para nuestra cobertura, suponiendo que no se produzcan avances en las tendencias actuales de ventas de BEV), mientras que la penetración en 2024 está actualmente por debajo de la de 2023", indican desde el banco de inversión alemán. Dicho esto, agregan, sin "una visibilidad más clara" de las subvenciones gubernamentales a la compra, los precios de los BEV "pueden sufrir más presiones en 2025".

Con todo, estos analistas destacan que, a pesar de la caída de las expectativas de beneficios, los múltiplos del sector se mantienen "muy por debajo de las medias históricas". De hecho, las valoraciones actuales prevén "un nuevo recorte de márgenes de 270 puntos básicos", lo que reduciría los beneficios operativos del sector en un 30%. "Aunque prevemos un crecimiento limitado del volumen y presiones graduales sobre los precios, creemos improbable un descenso tan brusco de los márgenes. Además, es muy posible que el ciclo de rebaja de beneficios se suavice en los próximos 12 meses", apuntan.

Por ello, a estos analistas les gusta el posicionamiento "premium" y la "gestión de alta calidad" tanto de Mercedes-Benz como de BMW, aunque prefieren a la primera sobre la segunda. De igual modo, siguen eligiendo a Renault ('comprar') sobre Stellantis ('mantener'), ya que el 'mix' "parece mejor protegido" en la primera, gracias a un "fuerte" ritmo de lanzamiento de productos, mientras que la acción "sigue cotizando en la parte baja de su grupo de pares".

Por último, Berenberg destaca que, aunque la regulación del CO2 plantea "riesgos claros" para Volkswagen ('comprar') en 2025, los "elementos estratégicos" parecen estar "ya en su sitio, incluida la consideración de un cierre drástico de plantas". "Su valoración barata protege unas expectativas relativamente poco exigentes, incluso con la probable presión de la reestructuración", concluyen.

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