"Los bancos franceses parecen menos vulnerables a una presidencia de Le Pen"
Francia celebra este domingo la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales
Actualizado : 13:52
Cuando faltan apenas dos días para la celebración de la segunda vuelta de las elecciones francesas (este domingo, 24 de abril), los analistas siguen dándole vueltas a la posibilidad de que Marine Le Pen, la líder de ultraderecha, gane a Emmanuel Macron. Aunque el triunfo de éste último está casi asegurado, nadie descarta una sorpresa, y por eso se analizan las posibles consecuencias si acaba sucediendo.
La agencia Scope se refiere específicamente a la reacción de los bancos si Le Pen se acaba imponiendo, y concluye que "a diferencia de hace cinco años, los bancos franceses parecen menos vulnerables a una presidencia nacional-populista".
Una victoria de Le Pen estaría, en la escala geopolítica de Richter, a la altura del Brexit y del advenimiento de la presidencia de Trump
Sam Theodore, consultor senior de Scope Group, alega tres motivos para justificar la anterior afirmación. En primer lugar, el sector bancario francés ha mostrado, en general, "una fortaleza, un sentido común y una estabilidad tranquilizadores en los últimos años". Señala Theodore que, en 35 años analizando el sector bancario francés, no recuerda haberlo visto en tan buena forma financiera, prudencial y empresarial como actualmente. "La rentabilidad no es brillante, pero en realidad nunca lo ha sido, en gran parte debido a unos ratios de costes-ingresos muy elevados y peores que la media europea", añade.
En segundo lugar, la normativa bancaria, aunque lleva casi una década en vigor, ahora es percibida con más confianza y aprecio que hace cinco años. "El Mecanismo Único de Supervisión ha demostrado su eficacia durante varios años. Los supervisores bancarios no han fallado, al menos en lo que respecta a los bancos franceses. Y tampoco han surgido las discrepancias inicialmente temidas entre el BCE y las autoridades nacionales competentes francesas", continúa.
En tercer lugar, los bancos franceses limpiaron su imagen negativa durante la pandemia, una imagen que los había perseguido tras la crisis financiera mundial. "No sólo han restablecido y preservado unos sólidos fundamentales prudenciales y financieros -incluida la calidad de los activos-, sino que también han desempeñado un papel activo y constructivo a la hora de proporcionar financiación a los hogares y a los particulares durante la pandemia, a menudo junto con el apoyo financiero y las garantías de los agentes del sector público. Y, con la recientemente anunciada salida de Société Générale de Rusia mediante la venta de su filial rusa a un oligarca local, pronto se desvanecerá esta mancha en el banco y en la imagen del sector", detalla Sam Theodore.
No obstante, este experto reconoce que sería imprudente pasar por alto las implicaciones negativas de una presidencia de Le Pen para los bancos y los mercados financieros de Francia. "Puede que no cambien las reglas del juego, pero tampoco puede ser intrascendente", afirma.
Considera Theodore que una presidencia de extrema derecha no debería afectar a las actividades domésticas de los bancos -préstamos a los hogares y a las empresas-, a menos que el país entre en estancamiento económico o en recesión. Sin embargo, podría hacer saltar las alarmas respecto al compromiso de Francia con Europa y con la globalización en general, áreas en las que los grandes bancos franceses han destacado tradicionalmente.
Dado su perfil de banca universal y su importante huella europea, los grandes grupos franceses no estarían muy contentos bajo una presidencia de Le Pen, reconoce. Especialmente BNP Paribas, Société Générale y, en menor medida, Crédit Agricole, que tienen una presencia europea más amplia. Como recordatorio, los tres, así como BPCE (principalmente orientado al mercado nacional), fueron incluidos en la lista del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) de los 30 bancos de importancia sistémica mundial (G-SIB, por sus siglas en inglés) en 2021.
"UN ACONTECIMIENTO MUY NEGATIVO"
Desde Scope consideran que una victoria de Le Pen sería "un acontecimiento muy negativo", independientemente del momento, pero especialmente ahora, cuando la unidad y la determinación europeas son más necesarias que nunca para apoyar a Ucrania contra la invasión de Rusia.
"Gracias a la posición central de Francia en el continente (actualmente reforzada por su presidencia temporal de la UE), una victoria de la extrema derecha estaría, en la escala geopolítica de Richter, a la altura del Brexit y del advenimiento de la presidencia de Trump, y podría ser más perturbadora que la victoria electoral de los populistas italianos en 2018", avisan.