ACS vuelve a tropezar con Cimic, de joya australiana a lastrar el dividendo del grupo
Deja abierta la retribución prevista para 2020 y afirma que "mantiene las buenas perspectivas"
Actualizado : 09:43
Una de cal y otra de arena en sólo doce horas. Una desinversión (la de sus plantas y proyectos fotovoltaicos) que va a generar a ACS un beneficio de 330 millones de euros; y, sólo unas horas después, un paso atrás de su filial Cimic en Oriente Medio que le va a conllevar un impacto negativo en sus cuentas de 400 millones. Este último movimiento, además, puede tener recorrido en el futuro porque la compañía presidida por Florentino Pérez deja en el aire cuál va a ser su dividendo para el ejercicio 2020.
El grupo madrileño indicó este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que “mantiene las buenas perspectivas para el año 2020”. No da cifras concretas. Sí lo hace, en cambio respecto a 2019, en el que “mantendrá la retribución al accionista del 65% del beneficio neto”.
De cara al año recién concluido, su previsión pasa por comunicar al mercado un resultado neto “superior a 950 millones de euros”. Esta previsión supone revisar las estimaciones lanzadas por la compañía la pasada primavera. Entonces, a principios de mayo, Florentino Pérez aseguró durante la junta de accionistas que contemplaba cerrar 2019 con un despegue del beneficio del 10% y llegar a la cifra de 1.000 millones de euros.
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ACS vende a Galp su cartera fotovoltaica en España con un beneficio de 330 millonesPese a este revisión a la baja, ACS elevará su resultado, respecto a 2018, si alcanza la cifra de 950 millones de euros, porque concluyó el año previo con una rentabilidad de 915 millones.
De momento, los inversores la penalizan, porque ACS concluyó la sesión del jueves con un retroceso en bolsa del 5,34% (a 31,9 euros la acción) lo que dejaba su capitalización rozando los 10.300 millones de euros.
PROBLEMAS EN CIMIC
Detrás de este traspiés está el paso atrás de Cimic en Oriente Medio, donde no continuará prestando apoyo financiero a su participada BIC Contracting (BICC), que realiza proyectos en Dubai, Omán o Catar, por lo que ha tenido que provisionar todos los riesgos contraídos por esta. ACS es accionista de referencia de la compañía australiana (tiene el 45% de forma indirecta) a través de su filial alemana Hochtief. En concreto, la firma germana tiene casi el 73% de Cimic y ACS controla el 50% de Hochtief.
Cimic es uno de los motores de ACS. Por ejemplo, cerró la primera mitad de su ejercicio con un beneficio de 367 millones de dólares australianos (equivalente a 227 millones de euros). Para este año, tras asumir por BICC un impacto de 1.800 millones de dólares australianos, Cimic asume que no repartirá dividendo con cargo a 2019.
A partir de ahora, según explica la propia empresa australiana, ha iniciado un proceso de venta de sus inversión financiera en BICC. “Las discusiones continúan con una lista de posibles compradores para todo o parte de BICC”, según indica a través de un comunicado. De esta forma, se iría de un mercado que considera deteriorado para centrarse en otros con más potencial, como su mercado de origen, Nueva Zelanda y el conjunto de Asia Pacífico.
No es la primera vez que Cimic coloca este año nubarrones a ACS. En mayo, el consejero delegado de ACS y de Hochtief, Marcelino Fernández Verdes, defendió la gestión de la firma australiana. Afirmó que no había “nada oculto" en sus cuentas, después de que una firma de análisis de Hong Kong apuntara la existencia de dudas contables.