España ya es país para 'unicornios', pero los inversores siguen a la caza de 'dragones'

La inversión en startups tecnológicas se acelera: España es el cuarto país europeo con mayor entrada de capitales en este sector

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Bolsamania | 01 mar, 2018

Letgo y Cabify son las dos primeras startups tecnológicas españolas que han ingresado en el club de los 'unicornios'. O lo que es lo mismo, su valoración ya supera los 1.000 millones de dólares este 2018, un hito con el que 'business angels' e inversores privados aseguran que no hay que obsesionarse, pero sí que denota una importante madurez del sector.

Estas dos compañías provocan un efecto llamada para los inversores hacia un ecosistema que acumula un crecimiento en entrada de fondos del 33% anual en los ocho últimos ejercicios. Sólo en 2017, España atrajo la cifra récord de 1.096 millones de euros, lo que supone un 77% más en comparación con los datos de 2016, según un estudio de Big Sur Ventures. Otro ranking, el del listado Tech Tour Growth 50 2017, amplia el número de unicornios patrios y cita, además, a AlienVault, Scytl, Wallapop y Carto.

Sean dos o seis las empresas españolas que brillan entre las aproximadamente 200 de este tipo que existen en el mundo, España se posicionó el año pasado como el cuarto país europeo en captación de capitales para sus empresas de nueva creación, por detrás del Reino Unido, Francia y Alemania, superando a Suecia. Un volumen de inversión que ha aumentado en todas las categorías (fase semilla y rondas de inversión para startups más maduras).

Sólo en 2017, España atrajo la cifra récord de 1.096 millones de euros a las startups tecnológicas, un 77% más

Y aunque los 'unicornios' en sí no deben ser el objetivo, es innegable que ofrecen una pátina de prestigio a la emprendeduría de nuestro país, que aún anda en la adolescencia, comparada con la del trío de naciones europeas que la aventajan. Además, “abren las puertas a otras que están por venir”, asegura José Herrera, presidente de la Asociación Española de Redes de Business Angels (AEBAN). “No serán muchas, porque si algo caracteriza a los unicornios es que no se dejan ver con frecuencia -de ahí que reciban el nombre de este animal mitológico-, pero se podría aspirar a un nuevo cada dos años”, apunta Herrera, un logro con el que ya deberíamos darnos con un canto en los dientes.

Con todo, el presidente de AEBAN también cree que las startups de nuestro país seguirían marchando a toda máquina sin este tipo de compañías. “Si no las hay, no es ninguna frustración porque el sector en su conjunto ha llegado a amplio crecimiento y está comenzando a florecer”, explica.

DRAGONES Y UNICORNIOS

No es el único que toma distancia con el fenómeno. De hecho, Javier Ulecia, socio de Bullet Capital, se muestra escéptico con las valoraciones de estas empresas que superan los 1.000 millones “sobre papel” y que cuyos números “se basan en rondas de financiación”. No niega su buena influencia ya que “pone a España en el mapa”, dado que “los unicornios proyectan una imagen de que en el sector hay grandes empresas”, pero “no por más dinero, una compañía es más buena”, avisa Ulecia.

“Los inversores no nos fijamos en pymes de elevada valoración”, agrega, de hecho, el objetivo de los fondos riesgo (venture capital) es acabar desinvirtiendo en las compañías que tienen en cartera. Por lo tanto, desde el punto de vista de quien mueve el dinero en este sector, “los casos de éxito no son los 'unicornios', sino los 'dragones'”, argumenta.

“Los casos de éxito no son los unicornios, sino los dragones”

Ambos tipos mantienen unas características en común: empresas jóvenes, fundadas por equipos con menos de cuarenta años y altamente experimentados en su sector, que tienen una oportunidad de mercado creíble y que desarrollan productos escalables y disruptivos. Además, cuentan con sobrados recursos financieros. Pero el hecho diferencial de los dragones, en el que hace hincapié el socio de Bullet Capital, es que son capaces de devolver, como retorno, una cantidad que se equipara al tamaño del fondo.

Es decir, que mientras el 'unicornio' ofrece rentabilidades elevadas al capital riesgo, el dragón genera el 100%. Pero es una especie aún más difícil de cazar y los expertos aseguran que lo mejor es atrapar a estas ‘súper startups’ cuando son todavía jóvenes para sacarles todo el jugo a su rendimiento. De lo contrario, crece la empresa pero también crece el tamaño del fondo y sólo se hallan dragones entre los gigantes como Facebook o WhatsApp.

¿SE PUEDE DETECTAR EL SIGUIENTE UNICORNIO?

El reto de los inversores es el de avanzarse al futuro y decidir si una startup puede acabar entrando en el pabellón que habitan estos dos animales fantásticos. Pero la crudeza de los números indica que, aunque se trate de aventurar desde la fase de capital semilla quién puede aspirar a la categoría de 'unicornios' o 'dragones', hasta el 70% de las empresas en las que intervienen los business angels fracasan. “Sólo el 10% alcanzan el éxito, mientras el 20% sobreviven”, expone Herrera.

Hasta el 70% de las empresas en las que intervienen los business angels fracasan. “Sólo el 10% alcanzan el éxito, mientras el 20% sobreviven”

Varias son las empresas en nuestro país que pugnan por ser el siguiente 'unicornio' (o 'dragón'), pero sus nombres deben permanecer en el anonimato, debido a que si los inversores hacen públicas sus preferencias se encarecen las rondas de financiación y es como “pegarse un tiro en el pie”, señala el presidente de AEBAN. Pero lo que sí asegura es que desde los primeros pasos de una startup se puede ver claramente quién jamás obtendrá su carnet de socio en el club de los 1.000 millones.

Lo primordial es que su modelo de negocio sea “verdaderamente escalable, como el en caso de Cabify”, por lo que aquellas iniciativas cuyo ámbito está delimitado geográficamente es muy evidente que no lo lograrán”, agrega el también socio de HF Legal. Entre los requisitos que enumera están también las cualidades de los emprendedores detrás del proyecto, sus conocimientos y habilidades.

Por último, el presidente de la asociación de business angels lanza un reto a los participantes de la fase de inversión primeriza: “Reducir el nivel de fracaso desde estas primeras rondas”. Es decir, que se logre que el número de startups que naufragan se reduzcan en un 20% o 30%. De vuelta a los 'unicornios', lo tiene claro y, aunque hay voces que apuntan a que en el próximo lustro se verán cinco más en España, cree que “es cosa de uno en cada generación”.

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